Más del 70% de los ríos y lagos de China están contaminados y la sequía aumenta
Mié, 19/09/2007
El 60% de los costes ambientales contabilizados en China tiene que ver con el estado de sus aguas, afirma el ex periodista de Pekín Ma Jun. Durante siete años, Ma fue reportero del diario The South China Morning Post de Hong Kong y elaboró muchos informes y reportajes sobre temas medioambientales. En 1999 escribió el libro La crisis del agua en China, que fue todo un hito. Un año después, dejó el periodismo para dedicarse por completo a la contaminación de las aguas en China. 'Es nuestro problema más serio', dice.
'Dos tercios de nuestras ciudades andan cortas de agua y en 150 de ellas no hay ninguna depuradora', afirma. En el norte, los problemas de escasez y contaminación de las aguas se superponen. Además, 320 millones de chinos, una cuarta parte de la población, carecen de acceso a agua potable. Hasta India está mejor en eso. Más del 70% de los ríos y lagos chinos están contaminados, igual que la mitad de las aguas subterráneas en zonas urbanas. El de las aguas subterráneas es un tema particularmente grave, porque en China el 70% del suministro de agua para consumo humano y el 40% de la destinada a la irrigación proviene de ahí. 'Hay que hacer algo, porque para el 2030 tendremos que alimentar a 200 millones más de habitantes con la misma agua', dice Ma, de 38 años. El ex periodista ha creado una ONG, el Instituto de Asuntos Públicos y Medioambientales, que asesora a empresas e instituciones en materia de contaminación de aguas. Desde ahí, y a base de un trabajo minucioso sobre el terreno, ha confeccionado un mapa completo de la situación de las aguas en China. Su mapa (www.ipe.org.cn/index.jsp ) es un pormenorizado banco de datos que arranca desde el 2004 y ha sido elaborado utilizando fuentes oficiales de los departamentos locales y nacionales de defensa del entorno.
La recopilación de datos ha arrojado, entre otras cosas, una lista de 2.700 empresas responsables de contaminación de aguas en todo el país. Entre ellas, figuran 34 multinacionales como Nestlé, Kawasaki Steel, Pizza Hut, DuPont Agricultural Chemicals, Panasonic y Pepsi.
No es que las empresas extranjeras sean peores que las chinas, explica, lo que pasa es que 'en China esas empresas relajan sus estándares medioambientales, en parte porque los gobiernos locales son poco exigentes, o porque su control no es eficiente'.
En China, explica Ma, se han hecho 'progresos significativos en transparencia medioambiental' durante los últimos años. Desde el 2003 hay, por ejemplo, leyes para desarrollar el acceso a la información medioambiental. Sin embargo, las autoridades locales mantienen la actitud tradicional de ocultamiento de la realidad, en parte porque la protección medioambiental incrementa los costes de la administración local, y en parte porque las empresas son, en muchos casos, la principal fuente de impuestos de los distritos, con lo que los funcionarios dependen de ellas.
Un informe reciente de la agencia china de protección del medio ambiente da cuenta de cómo las autoridades locales mienten con descaro a sus inspectores y permiten el establecimiento de industrias que no cumplen las normativas. El informe relataba un caso en el que el vicealcalde de una ciudad de Guizhou, una de las provincias más pobres del país, negaba la existencia en su localidad de una central térmica que es la principal industria de la ciudad. Para Ma, 'con su nuevo discurso, los dirigentes chinos han cambiado su visión del problema', pero la población ha de concienciarse. 'Es necesario que el pueblo presione en asuntos medioambientales para cambiar la dinámica'. Una dinámica en la que los problemas progresan muy deprisa porque 'en China está pasando en 20 años lo que en otros lugares ocurrió en 100'.
Las empresas relajan sus protocolos ambientales y las autoridades locales hacen la vista gorda ante las infracciones.
'Dos tercios de nuestras ciudades andan cortas de agua y en 150 de ellas no hay ninguna depuradora', afirma. En el norte, los problemas de escasez y contaminación de las aguas se superponen. Además, 320 millones de chinos, una cuarta parte de la población, carecen de acceso a agua potable. Hasta India está mejor en eso. Más del 70% de los ríos y lagos chinos están contaminados, igual que la mitad de las aguas subterráneas en zonas urbanas. El de las aguas subterráneas es un tema particularmente grave, porque en China el 70% del suministro de agua para consumo humano y el 40% de la destinada a la irrigación proviene de ahí. 'Hay que hacer algo, porque para el 2030 tendremos que alimentar a 200 millones más de habitantes con la misma agua', dice Ma, de 38 años. El ex periodista ha creado una ONG, el Instituto de Asuntos Públicos y Medioambientales, que asesora a empresas e instituciones en materia de contaminación de aguas. Desde ahí, y a base de un trabajo minucioso sobre el terreno, ha confeccionado un mapa completo de la situación de las aguas en China. Su mapa (www.ipe.org.cn/index.jsp ) es un pormenorizado banco de datos que arranca desde el 2004 y ha sido elaborado utilizando fuentes oficiales de los departamentos locales y nacionales de defensa del entorno.
La recopilación de datos ha arrojado, entre otras cosas, una lista de 2.700 empresas responsables de contaminación de aguas en todo el país. Entre ellas, figuran 34 multinacionales como Nestlé, Kawasaki Steel, Pizza Hut, DuPont Agricultural Chemicals, Panasonic y Pepsi.
No es que las empresas extranjeras sean peores que las chinas, explica, lo que pasa es que 'en China esas empresas relajan sus estándares medioambientales, en parte porque los gobiernos locales son poco exigentes, o porque su control no es eficiente'.
En China, explica Ma, se han hecho 'progresos significativos en transparencia medioambiental' durante los últimos años. Desde el 2003 hay, por ejemplo, leyes para desarrollar el acceso a la información medioambiental. Sin embargo, las autoridades locales mantienen la actitud tradicional de ocultamiento de la realidad, en parte porque la protección medioambiental incrementa los costes de la administración local, y en parte porque las empresas son, en muchos casos, la principal fuente de impuestos de los distritos, con lo que los funcionarios dependen de ellas.
Un informe reciente de la agencia china de protección del medio ambiente da cuenta de cómo las autoridades locales mienten con descaro a sus inspectores y permiten el establecimiento de industrias que no cumplen las normativas. El informe relataba un caso en el que el vicealcalde de una ciudad de Guizhou, una de las provincias más pobres del país, negaba la existencia en su localidad de una central térmica que es la principal industria de la ciudad. Para Ma, 'con su nuevo discurso, los dirigentes chinos han cambiado su visión del problema', pero la población ha de concienciarse. 'Es necesario que el pueblo presione en asuntos medioambientales para cambiar la dinámica'. Una dinámica en la que los problemas progresan muy deprisa porque 'en China está pasando en 20 años lo que en otros lugares ocurrió en 100'.
Las empresas relajan sus protocolos ambientales y las autoridades locales hacen la vista gorda ante las infracciones.