La mala ordenación territorial dispara el riesgo de inundación. Los técnicos coinciden en que la frecuencia de gota fría es la misma, pero hay más construcciones amenazadas

Mar, 18/09/2007

Mediterráneo

La mala ordenación del territorio, la falta de adaptación de las infraestructuras de evacuación hídrica a la realidad meteorológica de la costa mediterránea y la lentitud en la ejecución del Plan Territorial Contra el Riesgo de Inundaciones en la Comunitat Valenciana (Patricova) son los factores que explican los problemas de inundaciones o del caos circulatorio que generan las lluvias en Castellón.

Así lo estiman algunos de los mayores expertos en materia hídrica de la Comunitat, como el catedrático de la Universidad de Alicante especializado en Ordenación del Territorio y Climatología, Jorge Olcina, quien explicó que "el riesgo de inundaciones se ha incrementado exponencialmente desde los años 90, no porque haya más episodios de gota fría, sino porque hemos aumentado la exposición al riesgo al ocupar con construcciones áreas de peligro, como cauces, barrancos, marjales...".

En este sentido se manifestó también el catedrático en Climatología de la UJI, José Quereda: "La verdadera causa de las inundaciones es la ordenación territorial, ahí está el problema y la solución, porque la intensidad de las precipitaciones no ha variado".

Dijo que uno de los factores que incrementa el riesgo es el boom urbanístico, "ya que hace 70 años en Castellón había 70.000 habitantes y ahora se ha multiplicado. Había menos suelo con edificaciones y cuando llovía hacia menos daño".

Por su parte, el catedrático de Hidrogeología de la Universidad de Castellón, Ignacio Morell, insistió en que el problema no es de las precipitaciones, sino que "es un tema ingenieril, de urbanismo". Añadió que "el viernes no llovió apenas nada comparado con los episodios de gota fría a los que estamos expuestos en el área mediterránea y, sin embargo, se inundó todo. El problema es el encauzamiento de barrancos, limpieza de redes...".

En este sentido, Olcina añadió que "no hemos adaptado nuestras infraestructuras de evacuación a este tipo de precipitaciones". Atribuyó las causas de este factor a que la normativa española "se basa en periodos de retorno que no son compatibles para el área mediterránea. Esa norma infravalora el gran volumen de agua que una tormenta puede dejar aquí en minutos".