«El agua puede llegar a ser como un oro líquido»
Dom, 09/09/2007
Tanto el exceso de precipitaciones como lo contrario preocupan a los científicos Gerardo Benito, del Centro de Ciencias Medioambientales, institución dependiente del CSIC, adelantó que el agua, tanto por las excesivas precipitaciones como por lo contrario, está generando una honda preocupación entre la comunidad científica internacional.
-¿Estamos ante un problema? -Aunque depende de las zonas, en general podemos decir que sí, que es un problema y que se espera que sea un problema más grave y acuciante en unos años.
-¿Hasta que punto? -El agua, en un futuro, puede llegar a ser como el oro, como un oro líquido, especialmente en las zonas geográficas donde existe escasez. -Y al igual que algún momento de la historia ha ocurrido,
¿la pugna por su control podría llegar a derivar en conflictos bélicos? -Bueno. A nivel histórico ahora mismo no se me ocurre nada, pero en áreas sensibles, como zonas de Oriente Medio ya existe un conflicto subyacente y el tema del agua es algo importante, por lo que evidentemente puede ser un aspecto de conflicto político casi asegurado de aquí a unos años.
-Ante estas perspectivas, ¿la sociedad qué podría hacer para mitigar el impacto del que habla? -Sobre todo en aquellas zonas donde existe una escasez de agua habría que actuar sobre la mejora en la gestión de este recurso. Así, en el caso concreto de la agricultura habría que favorecer cultivos y plantaciones que no necesiten tanta agua como los actuales, como puede ser el riego por goteo. Esta misma política de gestión se tendría que llevar a la práctica, sobre todo, en aquellas zonas donde existe una escasez de recursos.
-De sus palabras infiero qué existe un cierto derroche por parte de la ciudadanía... -En general, diría que sí, que se derrocha. Donde más agua se utiliza en nuestro país es en el sector de la agricultura.
-¿Y a nivel doméstico? -Sobre el consumo doméstico también se podría actuar, incluso desde políticas o iniciativas gubernamentales. Se debería obligar a los usuarios a tener cisternas que puedan desaguar la totalidad o la mitad de la capacidad de agua en función del uso o incidir sobre algunos comportamientos, como puede ser el uso que se le da al agua doméstica en algunas casos y zonas rurales españolas donde se utiliza este agua para regar.
-Entonces, ¿las campañas de concienciación apenas están teniendo respuestas positivas? -Soy pesimista en este punto. Tal vez el precio del agua en España todavía sigue siendo muy barato en relación con lo que cuesta en otros países. A lo mejor todavía no se ha tocado lo suficiente el bolsillo de los consumidores.
-A veces, esta parece ser la única manera de qué aprendamos. -Si. En muchas ocasiones, es así como la gente aprende. Cuando le tocan el bolsillo, empieza a ser un poco más consciente... De todas las maneras, con las últimas sequías, la sociedad ha ido comprendiendo que el agua es un recurso limitado y que cada uno tenemos que poner nuestro granito de arena para un lograr una utilización sostenible de este recurso.
-¿Estamos ante un problema? -Aunque depende de las zonas, en general podemos decir que sí, que es un problema y que se espera que sea un problema más grave y acuciante en unos años.
-¿Hasta que punto? -El agua, en un futuro, puede llegar a ser como el oro, como un oro líquido, especialmente en las zonas geográficas donde existe escasez. -Y al igual que algún momento de la historia ha ocurrido,
¿la pugna por su control podría llegar a derivar en conflictos bélicos? -Bueno. A nivel histórico ahora mismo no se me ocurre nada, pero en áreas sensibles, como zonas de Oriente Medio ya existe un conflicto subyacente y el tema del agua es algo importante, por lo que evidentemente puede ser un aspecto de conflicto político casi asegurado de aquí a unos años.
-Ante estas perspectivas, ¿la sociedad qué podría hacer para mitigar el impacto del que habla? -Sobre todo en aquellas zonas donde existe una escasez de agua habría que actuar sobre la mejora en la gestión de este recurso. Así, en el caso concreto de la agricultura habría que favorecer cultivos y plantaciones que no necesiten tanta agua como los actuales, como puede ser el riego por goteo. Esta misma política de gestión se tendría que llevar a la práctica, sobre todo, en aquellas zonas donde existe una escasez de recursos.
-De sus palabras infiero qué existe un cierto derroche por parte de la ciudadanía... -En general, diría que sí, que se derrocha. Donde más agua se utiliza en nuestro país es en el sector de la agricultura.
-¿Y a nivel doméstico? -Sobre el consumo doméstico también se podría actuar, incluso desde políticas o iniciativas gubernamentales. Se debería obligar a los usuarios a tener cisternas que puedan desaguar la totalidad o la mitad de la capacidad de agua en función del uso o incidir sobre algunos comportamientos, como puede ser el uso que se le da al agua doméstica en algunas casos y zonas rurales españolas donde se utiliza este agua para regar.
-Entonces, ¿las campañas de concienciación apenas están teniendo respuestas positivas? -Soy pesimista en este punto. Tal vez el precio del agua en España todavía sigue siendo muy barato en relación con lo que cuesta en otros países. A lo mejor todavía no se ha tocado lo suficiente el bolsillo de los consumidores.
-A veces, esta parece ser la única manera de qué aprendamos. -Si. En muchas ocasiones, es así como la gente aprende. Cuando le tocan el bolsillo, empieza a ser un poco más consciente... De todas las maneras, con las últimas sequías, la sociedad ha ido comprendiendo que el agua es un recurso limitado y que cada uno tenemos que poner nuestro granito de arena para un lograr una utilización sostenible de este recurso.