Más de la mitad de los municipios no depuran sus aguas Cerca del 80 por ciento de las masas de agua incumplen los objetivos de calidad
Dom, 09/09/2007
El embalse de Flix no es el único caso de contaminación industrial grave que se da en muchas, demasiadas, masas de agua en nuestro país. La calidad del agua superficial y subterránea deja mucho que desear, y así se refleja en el último informe de Greenpeace, que arrojó unos resultados desesperanzadores tras analizar todas las cuencas españolas.
Sólo el 11% de las masas de agua superficiales y el 16% de las subterráneas cumplen los objetivos de calidad fijados por la Directiva Marco del Agua. Unas cifras que han servido repetidamente a las autoridades euopeas para amonestar a nuestro país, sobre todo en cuanto a los sistemas de depuración. Y es que más de la mitad de los municipios españoles no depuran sus aguas. Como ejemplos más graves de contaminación industrial, Julio Barea, responsable de Aguas de Greenpeace, cita el río Saja, en Cantabria.
La causa para que este río esté «literalmente muerto, ni siquiera quedan larvas bajo las piedras» es una papelera que vierte en él. La última visita a la zona la hicieron en julio y «el río es pura pasta de papel». Otra industria papelera, esta vez virtiendo a un medio marino-fluvial como es la ría de Pontevedra, es la causante de que se esté marisqueando en zona contaminada. Y es que los principales polos químicos se encuentran en zona costera —un ejemplo más sería el Polígono de Vilaseca, en Salou, explica Barea—, aunque no siempre. Dos industrias químicas en Huesca, una en Sabiñánigo y otra en Monzón, vierten a los ríos Gállego y Cinca. Pero, sin duda, el caso más grave de contaminación industrial, y que probablemente sea también el más grave de Europa, afirman desde Greenpeace, es el del polo químico de la ría de Huelva. Si en Flix hablamos de 600.000 toneladas de residuos, en Huelva estamos hablando de 120 millones de toneladas de metales pesados y residuos radiactivos.
Una auténtica bomba de relojería a escasos 500 metros de las casas y de los campos de fresas, dice Barea. Estos casos no son más que «la punta del iceberg del descontrol de los vertidos industriales», asegura Barea.
Sólo el 11% de las masas de agua superficiales y el 16% de las subterráneas cumplen los objetivos de calidad fijados por la Directiva Marco del Agua. Unas cifras que han servido repetidamente a las autoridades euopeas para amonestar a nuestro país, sobre todo en cuanto a los sistemas de depuración. Y es que más de la mitad de los municipios españoles no depuran sus aguas. Como ejemplos más graves de contaminación industrial, Julio Barea, responsable de Aguas de Greenpeace, cita el río Saja, en Cantabria.
La causa para que este río esté «literalmente muerto, ni siquiera quedan larvas bajo las piedras» es una papelera que vierte en él. La última visita a la zona la hicieron en julio y «el río es pura pasta de papel». Otra industria papelera, esta vez virtiendo a un medio marino-fluvial como es la ría de Pontevedra, es la causante de que se esté marisqueando en zona contaminada. Y es que los principales polos químicos se encuentran en zona costera —un ejemplo más sería el Polígono de Vilaseca, en Salou, explica Barea—, aunque no siempre. Dos industrias químicas en Huesca, una en Sabiñánigo y otra en Monzón, vierten a los ríos Gállego y Cinca. Pero, sin duda, el caso más grave de contaminación industrial, y que probablemente sea también el más grave de Europa, afirman desde Greenpeace, es el del polo químico de la ría de Huelva. Si en Flix hablamos de 600.000 toneladas de residuos, en Huelva estamos hablando de 120 millones de toneladas de metales pesados y residuos radiactivos.
Una auténtica bomba de relojería a escasos 500 metros de las casas y de los campos de fresas, dice Barea. Estos casos no son más que «la punta del iceberg del descontrol de los vertidos industriales», asegura Barea.