Algas y bacterias invaden las aguas del Sil
Mié, 05/09/2007
En fechas próximas, la Consellería de Medio Ambiente recibirá un mensaje de alerta sobre lo que parece ser una expansión incontrolada de plantas acuáticas y de bacterias tóxicas en el Sil. Miguel López, profesor del departamento de ingeniería química de la Universidade de Vigo, observa con regularidad el tramo de río situado por encima de la presa de Sequeiros, entre los municipios de Quiroga y Ribas de Sil, y ha preparado un breve informe sobre lo que considera como una prueba de que «la persistente agresión medioambiental que sufre el Sil está ganando la partida». Por una parte, López ha detectado una invasión de algas verdes filamentosas del grupo de las clorófitas que desde comienzos de junio se ha extendido a lo largo de ocho kilómetros de cauce. «Las masas de clorófitas tapizan completamente el lecho del río hasta una profundidad de unos tres metros en zonas de poca corriente y poco profundas», afirma. Estas algas, señala el químico, provocan la muerte de otras plantas acuáticas que sirven de refugio y alimento a muchos peces. Pero lo peor, añade, es que desde agosto también proliferan en diversas partes de este tramo las bacterias llamadas cianofíceas, que confieren al agua una coloración verde-azulada o marrón y un olor nauseabundo, y que pueden suponer un riesgo sanitario para personas y animales. Estas alteraciones, en su opinión, se deben a varias causas. «Por una parte, está la eutrofización del embalse de Sequeiros, que consiste en que la materia orgánica acumulada en el fondo del río acelera la aparición de algas y bacterias. Este proceso se da en todos los embalses, pero éste es el más antiguo de Galicia», comenta. A ello se sumaría el efecto de los lodos procedentes de las explotaciones pizarreras de Valdeorras y los vertidos de aguas residuales sin depurar de las poblaciones ribereñas. ¿La solución? «No hay otro remedio que suprimir las causas de la degradación ambiental del río», responde López. «Sé que no es nada fácil, pero en algún momento habrá que pensar seriamente en tomar medidas», añade.