Los expertos alertan sobre la falta de agua para los nuevos regadíos Piden una moratoria y un plan de reconversión para todo el sector
Sáb, 30/06/2007
Es el momento de discutir sobre una reestructuración del regadío porque Aragón se encuentra en el límite de la disponibilidad de agua".
Esta es una de las conclusiones del seminario que sobre Economía y Regadío se viene celebrando a lo largo del año en la Facultad de Económicas, y que ayer se encargó de explicar el profesor Pedro Arrojo. "Hemos calculado que en toda la cuenca del Ebro está previsto la creación de más de 300.000 nuevas hectáreas de regadío en un plazo de menos de diez años. Y eso es una temeridad", añadió.
El problema, según los asistentes a este seminario, se centra en las políticas individualizadas que cada comunidad autónoma está llevando a cabo en el tema del regadío. "Unas decisiones que no se toman bajo la perspectiva racional, sino que responden a criterios políticos. Así, en la práctica hemos comprobado que ya están comprometidos más de 2.000 hectómetros cúbicos de nuevos consumos. O el equivalente a dos trasvases del Ebro. Algo suicida", argumentó este experto en recursos hídricos.
DEBATE Arrojo pidió que se deseche la idea de que el regadío es la clave del desarrollo rural, y exigió una corresponsabilidad de todas las autonomías de la cuenca del Ebro para no aplazar más el debate sobre un plan de regadío que sea coherente con la nueva directiva marco del agua.
"Es el momento de pedir una moratoria y revisar el concepto de disponibilidad del agua, que se entiende como el 10% de la media de los caudales. Creemos que el resultado será que para todas las hectáreas previstas se necesitará más agua de la disponible", anticipó.
En los debates de ayer se contó con la participación de José Roldán, de la Universidad de Córdoba. Uno de los referentes del mundo agrónomo en la Junta de Andalucía, y la persona elegida por el Ministerio de Medio Ambiente para formar parte de la Comisión de la Sequía. "Después de la lucha abanderada para que no se realizara el trasvase, sería una pena que no se tenga en cuenta la garantía de suministro en el regadío", afirmó.
Ambos especialistas coincidieron en que se debe reducir la superficie de riego para hacer más competitivo al campo. "El 50% de la superficie regable tiene problemas de salinización. Y con un plan de reconversión se abandonarían más de 30.000 hectáreas de regadío en toda la cuenca", aseguraron.
En su opinión, el futuro del regadío --que deberá tener en cuenta el cambio climático-- no debe ir unido al monocultivo, pero sí a la calidad de los productos y al mercado de cercanía. "Hay que apostar por las cooperativas y por que el agricultor se apoye también en la comercialización y la transformación".
Esta es una de las conclusiones del seminario que sobre Economía y Regadío se viene celebrando a lo largo del año en la Facultad de Económicas, y que ayer se encargó de explicar el profesor Pedro Arrojo. "Hemos calculado que en toda la cuenca del Ebro está previsto la creación de más de 300.000 nuevas hectáreas de regadío en un plazo de menos de diez años. Y eso es una temeridad", añadió.
El problema, según los asistentes a este seminario, se centra en las políticas individualizadas que cada comunidad autónoma está llevando a cabo en el tema del regadío. "Unas decisiones que no se toman bajo la perspectiva racional, sino que responden a criterios políticos. Así, en la práctica hemos comprobado que ya están comprometidos más de 2.000 hectómetros cúbicos de nuevos consumos. O el equivalente a dos trasvases del Ebro. Algo suicida", argumentó este experto en recursos hídricos.
DEBATE Arrojo pidió que se deseche la idea de que el regadío es la clave del desarrollo rural, y exigió una corresponsabilidad de todas las autonomías de la cuenca del Ebro para no aplazar más el debate sobre un plan de regadío que sea coherente con la nueva directiva marco del agua.
"Es el momento de pedir una moratoria y revisar el concepto de disponibilidad del agua, que se entiende como el 10% de la media de los caudales. Creemos que el resultado será que para todas las hectáreas previstas se necesitará más agua de la disponible", anticipó.
En los debates de ayer se contó con la participación de José Roldán, de la Universidad de Córdoba. Uno de los referentes del mundo agrónomo en la Junta de Andalucía, y la persona elegida por el Ministerio de Medio Ambiente para formar parte de la Comisión de la Sequía. "Después de la lucha abanderada para que no se realizara el trasvase, sería una pena que no se tenga en cuenta la garantía de suministro en el regadío", afirmó.
Ambos especialistas coincidieron en que se debe reducir la superficie de riego para hacer más competitivo al campo. "El 50% de la superficie regable tiene problemas de salinización. Y con un plan de reconversión se abandonarían más de 30.000 hectáreas de regadío en toda la cuenca", aseguraron.
En su opinión, el futuro del regadío --que deberá tener en cuenta el cambio climático-- no debe ir unido al monocultivo, pero sí a la calidad de los productos y al mercado de cercanía. "Hay que apostar por las cooperativas y por que el agricultor se apoye también en la comercialización y la transformación".