Doñana se beneficia de uno de los años de lluvia más equilibrados en décadas

Mar, 26/06/2007

EFE

El Espacio Natural de Doñana -que engloba las algo más de cien mil hectáreas de los parques natural y nacional del mismo nombre- se ha beneficiado este año hidrológico, que acabará en agosto, de uno de los ejercicios más equilibrados de las últimas cuatro décadas.
Uno de los responsables de este Espacio Natural en el área hidrológica, Carlos Urdiales, explicó a Efe que aunque las lluvias caídas en Doñana desde el pasado septiembre no han sido las más cuantiosas de los últimos años sí han estado muy bien repartidas, lo que ha facilitado un adecuado nivel de inundación de la marisma, uno de los ecosistemas vitales de este espacio protegido.
La precipitación acumulada desde septiembre de 2006 hasta la pasada semana en Doñana era de 704 litros por metro cuadrado, muy superior a la media histórica, cifrada en 553 litros por metro cuadrado, según las series históricas a las que ha tenido acceso Efe.
Estas precipitaciones distan de los casi 850 y los más de 950 litros por metro cuadrado acumulados en los ejercicios hidrológicos 1995-96 y 1996-97, los de mayor pluviosidad desde 1970, pero suponen una recuperación destacada respecto al año 2004-05, el más seco en las últimas cuatro décadas, con menos de 200 litros por metro cuadrado.
Pero, además, las precipitaciones caídas en el presente ejercicio hidrológico han estado bien repartidas, con unas intensas lluvias otoñales que acumularon unos 500 litros por metro cuadrado a final de año, muy superiores a los 350 litros por metro cuadrado de la media histórica de final de diciembre.
Este adecuado reparto de las lluvias permitió que el Lucio del Rey -ubicado en el corazón de la marisma inundable y donde se ubica uno de los puntos de control hidrológico- tuviera ya un nivel de inundación de un metro a mediados de octubre, que creció progresivamente hasta alcanzar su nivel máximo, de casi 1,8 metros, a final de febrero, y que aún esté inundado, con más de un metro de agua máxima a comienzos del verano.
El exceso de agua, y no sólo la sequía, también perjudica al funcionamiento ecológico de la marisma, pues un elevado nivel de inundación afecta a su biodiversidad y, en algunos casos, impide incluso la nidificación de muchas especies, la mayoría, aves.
Los niveles máximos de inundación del Lucio del Rey se alcanzaron en diciembre de 1996 y 1997, con 2,26 metros de cota de la lámina de agua.
El Lucio del Rey sólo estuvo inundado entre febrero y mayo en el año hidrológico 2005-2006 y apenas alcanzó una lámina de agua máxima de 1.10 metros.
La marisma de Doñana suele comenzar a inundarse a comienzos de octubre, con las lluvias otoñales, y suele secarse con la llegada del verano.