Un año de cuenta atrás para la Expo de Zaragoza 2008 Un centenar de países han confirmado su asistencia a la muestra dedicada al agua

Dom, 24/06/2007

El Mundo

El reloj de la Expo de Zaragoza 2008 activa su modo de cuenta atrás cuando queda un año para su inauguración oficial. Alrededor del 35% de las obras ya se han terminado y las construcciones del meandro de Ranillas -comandadas por la Torre del Agua- comienzan a elevarse en el horizonte de la capital aragonesa. Hasta el momento, 92 países han confirmado su participación en la Exposición Internacional que arranca el 14 de junio de 2008, y la organización prevé que se supere el centenar, con lo que se superará de forma sustancial la previsión de 60 participantes.
Según Roque Gistau, presidente de Expoagua, la entidad organizadora de la muestra, unos cinco millones de personas (7,5 millones de visitas totales) pasarán por Zaragoza para asistir a esta cita con el agua y el desarrollo sostenible. Y es que, según datos de la ONU, en el año 2025 dos tercios de la población mundial tendrán problemas de escasez de agua.
Aunque la población de Zaragoza ya afronta la recta final antes de la Expo, el resto de España no está muy al tanto de los detalles de la exposición internacional. Por ejemplo, aún no es muy conocido (o conocida, pues su género es confuso), Fluvi, la mascota oficial: una simpática gota de agua con grandes pupilas.
El primer acto de la cuenta atrás tuvo lugar el pasado 20 de junio, en una gala presentada por Leonor Watling, en la que se adelantaron los principales contenidos de la Expo. La cantante portuguesa Dulce Pontes y la compañía canadiense Cirque du Soleil actuaron en el acto de presentación, en el que se mezclaron las llamadas a la solidaridad con la promoción. El propio Cirque du Soleil llevará hasta las orillas del Ebro un espectáculo específico.
Así, la muestra se abrirá con un espectáculo de inauguración denominado Iceberg, que se repetirá todas las noches a lo largo de los tres meses que dura la cita.
Además, durante este periodo, los países podrán mostrar problemas, soluciones e iniciativas relacionadas con el agua en los pabellones nacionales y continentales, denominados -de forma coloquial- por la organización cacahuetes.
Dentro del entramado de la Expo, destaca la presencia de edificios singulares, como el pabellón puente diseñado por Zaha Hadid. La arquitecta y Premio Pritzker visitó hace unos meses las obras de este «puente habitado» por el que los visitantes entrarán al recinto. Otra de las construcciones señeras será la Torre del Agua, obra de Enrique de Teresa, en cuyo interior se instalará la muestra Agua para la vida, que afrontará la relación del hombre con el líquido elemento desde una doble perspectiva: biológica y cultural.
Siguiendo con el aspecto natural, el acuario fluvial -el más grande del mundo- recogerá en Zaragoza una muestra de la riqueza biológica de varios ríos del mundo, como el Amazonas, el Nilo, el Mekong, el Ebro o el Murray-Darling. Más de 300 especies de plantas, peces y otro tipo de animales viajan ya desde sus lugares de origen para aclimatarse a su nueva ubicación en Zaragoza.
Otra de las novedades de la Expo de la capital aragonesa será la ubicación de plazas temáticas, dedicadas cada una a un aspecto concreto del fluido. Así, la plaza Agua Extrema aportará la dosis de espectáculo a la cita, ya que incorporará un show tridimensional e interactivo denominado Tsunami. Las otras plazas, con nombres como Sed, Ciudades de agua, Oikos, Agua compartida e Inspiraciones acuáticas, tratarán temas como las cuencas hidrográficas y su importancia política, sus posibilidades energéticas y su importancia en la experiencia cotidiana del hombre a través de fuentes, canales y otro tipo de obras públicas.
Por otra parte, tanto Aragón como el resto de las comunidades españolas contarán con pabellones individuales -creados por Olano y Mendo, y Patxi Mangado, respectivamente-, al estilo de las exposiciones universales. Hay que recordar que la Expo de Zaragoza, al contrario que la de Sevilla en 1992, es Internacional, no Universal, por lo que está limitada en el tiempo y en el espacio de aprovechamiento.
Además, el Pabellón Faro, obra de Ricardo Higueras, será el refugio de las ONG y las iniciativas ciudadanas. Realizado con barro y paja, el pabellón se aprovechará del efecto «botijo» para crear una refrigeración natural.