Las reservas de agua de Asturias superan el nivel registrado en los dos últimos años
Mié, 13/06/2007
Los embalses asturianos llegaban el lunes al 83,4% de su capacidad total, una media que aleja el fantasma de la sequía temido el año pasado por estas mismas fechas. Todos los pantanos del Principado superaron en las mediciones realizadas para la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN) los niveles registrados en los últimos dos años e incluso sumaron más hectómetros cúbicos a los apuntados hace una semana.
Como caso más significativo, destaca el de Los Alfilorios, que abastece a la ciudad de Oviedo. Este pantano, formado por el río Barrea, estaba el pasado día 4 al 55,59% de su capacidad y siete días más tarde subió hasta el 96,87%. En 2006, por estas fechas, Los Alfilorios alcanzaba el 78,26%, casi 20 puntos por debajo de su estado actual.
Los embalses de Tanes y Rioseco, con agua del río Nalón, que proporcionan el abastecimiento de Gijón y parte del área central, llegaron a principios de esta semana al 96,63%, muy cerca del lleno total. En 2006, estaban al 83,72%. Y en 2005, al 91,68%. Otro dato significativo lo apuntan las medidas tomadas en el pantano más grande de cuantos existen en el Principado, el de Salime en el río Navia, que tiene capacidad para retener hasta 265,63 hectómetros cúbicos. Esta semana suma 236,79, lo que supone el 89,14% de su capacidad total. Mucho más que hace un año, cuando estaba al 69,95%.
Salas, Arbón y La Barca
Doiras, el segundo embalse con mayor capacidad de la región -con 118,99 hectómetros cúbicos de capacidad- se acerca ahora a su tope, con una reserva del 93,22%, también la mayor de los dos últimos años, dado que en 2006 estaba al 78,94%. El pantano de Salas ha llegado a principios de junio al 68,35%, cuando hace dos años el porcentaje era de sólo el 45,56%. Arbón y La Barca, cuyas capacidades son 35,48 y 32,82 hectómetros cúbicos, están desde el lunes al 92,89 y 96,02%, respectivamente.
El Consorcio para el Abastecimiento del Área Central de Asturias (Cadasa), dio la voz de alarma en noviembre del año pasado al afirmar que el centro de la región sólo tenía reservas de agua para tres meses. En aquel momento, Tanes y Rioseco estaban a un 32% de su capacidad y el consorcio tuvo que bombear desde el río Narcea para garantizar el suministro.
La situación en el embalse había sido crítica desde el mes de junio de 2006, momento en el que Cadasa decidió sustraer agua del Narcea para sumarla a la del Nalón, un proceso con un alto coste económico y que además no consigue un líquido potable de calidad óptima.
Y es que 2006 fue un año de pocas lluvias, algo que se notó sobre todo en los meses de abril y mayo, en los que las precipitaciones fueron menores de lo que cabe esperar en esas fechas. «Cuando empezó este año (por 2007), decían que iba a ser el más seco de los últimos tiempos, y parece que, de momento, no es así», apuntó ayer Óscar Sirgo, presidente de la Coordinadora de Organizaciones Agrícolas y Ganaderas (COAG-Asturias).
«Llueve lo necesario»
Sirgo puntualizó que «está lloviendo lo necesario y no muy fuerte. Hasta ahora llueve bien y parece que no habrá problemas de sequía, pero eso puede cambiar si de pronto se pasa un mes sin llover.». Quienes trabajan el campo sostienen que «no es fácil hacer predicciones de futuro. Ahora mismo sólo se puede decir que está lloviendo, que no hay sequía».
Las palabras de José Calvo, secretario general de la Unión de Campesinos Asturianos (UCA), además de esa afirmación revelan un temor: «Más que la sequía, el peligro que tenemos ahora es que haya una gran tormenta, que venga granizo, que es algo que puede acabar con las previsiones de futuro». En su opinión, la aparición del granizo podría ser «catastrófica».
Calvo recordó que «el año pasado por estas fechas ya había indicios de sequía, pero ahora en la montaña la hierba está bien, aunque eso no quita que julio venga sin lluvias y deje una mala situación». Por su parte, Ramón Artime, presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja-Asturias), también subrayó que «ahora está lloviendo todos los días, así que sequía, de momento, ninguna». De los últimos 21 días, llovió 18, añadió Artime. «Si sigue así, todo irá bien, pero un agricultor no es el hombre del tiempo», reflexionó.
Como caso más significativo, destaca el de Los Alfilorios, que abastece a la ciudad de Oviedo. Este pantano, formado por el río Barrea, estaba el pasado día 4 al 55,59% de su capacidad y siete días más tarde subió hasta el 96,87%. En 2006, por estas fechas, Los Alfilorios alcanzaba el 78,26%, casi 20 puntos por debajo de su estado actual.
Los embalses de Tanes y Rioseco, con agua del río Nalón, que proporcionan el abastecimiento de Gijón y parte del área central, llegaron a principios de esta semana al 96,63%, muy cerca del lleno total. En 2006, estaban al 83,72%. Y en 2005, al 91,68%. Otro dato significativo lo apuntan las medidas tomadas en el pantano más grande de cuantos existen en el Principado, el de Salime en el río Navia, que tiene capacidad para retener hasta 265,63 hectómetros cúbicos. Esta semana suma 236,79, lo que supone el 89,14% de su capacidad total. Mucho más que hace un año, cuando estaba al 69,95%.
Salas, Arbón y La Barca
Doiras, el segundo embalse con mayor capacidad de la región -con 118,99 hectómetros cúbicos de capacidad- se acerca ahora a su tope, con una reserva del 93,22%, también la mayor de los dos últimos años, dado que en 2006 estaba al 78,94%. El pantano de Salas ha llegado a principios de junio al 68,35%, cuando hace dos años el porcentaje era de sólo el 45,56%. Arbón y La Barca, cuyas capacidades son 35,48 y 32,82 hectómetros cúbicos, están desde el lunes al 92,89 y 96,02%, respectivamente.
El Consorcio para el Abastecimiento del Área Central de Asturias (Cadasa), dio la voz de alarma en noviembre del año pasado al afirmar que el centro de la región sólo tenía reservas de agua para tres meses. En aquel momento, Tanes y Rioseco estaban a un 32% de su capacidad y el consorcio tuvo que bombear desde el río Narcea para garantizar el suministro.
La situación en el embalse había sido crítica desde el mes de junio de 2006, momento en el que Cadasa decidió sustraer agua del Narcea para sumarla a la del Nalón, un proceso con un alto coste económico y que además no consigue un líquido potable de calidad óptima.
Y es que 2006 fue un año de pocas lluvias, algo que se notó sobre todo en los meses de abril y mayo, en los que las precipitaciones fueron menores de lo que cabe esperar en esas fechas. «Cuando empezó este año (por 2007), decían que iba a ser el más seco de los últimos tiempos, y parece que, de momento, no es así», apuntó ayer Óscar Sirgo, presidente de la Coordinadora de Organizaciones Agrícolas y Ganaderas (COAG-Asturias).
«Llueve lo necesario»
Sirgo puntualizó que «está lloviendo lo necesario y no muy fuerte. Hasta ahora llueve bien y parece que no habrá problemas de sequía, pero eso puede cambiar si de pronto se pasa un mes sin llover.». Quienes trabajan el campo sostienen que «no es fácil hacer predicciones de futuro. Ahora mismo sólo se puede decir que está lloviendo, que no hay sequía».
Las palabras de José Calvo, secretario general de la Unión de Campesinos Asturianos (UCA), además de esa afirmación revelan un temor: «Más que la sequía, el peligro que tenemos ahora es que haya una gran tormenta, que venga granizo, que es algo que puede acabar con las previsiones de futuro». En su opinión, la aparición del granizo podría ser «catastrófica».
Calvo recordó que «el año pasado por estas fechas ya había indicios de sequía, pero ahora en la montaña la hierba está bien, aunque eso no quita que julio venga sin lluvias y deje una mala situación». Por su parte, Ramón Artime, presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja-Asturias), también subrayó que «ahora está lloviendo todos los días, así que sequía, de momento, ninguna». De los últimos 21 días, llovió 18, añadió Artime. «Si sigue así, todo irá bien, pero un agricultor no es el hombre del tiempo», reflexionó.