La fiesta del agua

Lun, 11/06/2007

Hoy

Con una inversión de 700 millones, la Expo quiere divertir y concienciar con el agua como eje temático.
El pabellón de los países invitados deja ver, al fondo, la basílica del Pilar. LA EXPO EN DATOS

Localización: La Expo se organiza en torno a siete edificios, instalados en un terreno de 25 hectáreas de extensión, al borde del Ebro y próximo a la A-2.

Tema: Agua y desarrollo sostenible.

Fechas: La inauguración será el 13 de junio de 2008, y la apertura al público el 14. El cierre, el 14 de septiembre.

La inversión: La sociedad Expoagua invertirá 600 millones de euros en las instalaciones, a los que hay que sumar otros 100 procedentes de otros organismos que van a parar a algunos edificios, como el pabellón de Aragón o el Palacio de Congresos.

Los gastos: Las operaciones de la Expo durante los tres meses de su funcionamiento, más los gastos generados antes y después están valoradas en 215 millones de euros.

Obras de acompañamiento: La Expo requiere de carreteras, saneamientos, obras en la orilla del Ebro, etc. que pagan las instituciones con las competencias para ello. Esas obras están valoradas en unos 1.000 millones de euros.

Financiación: Los gastos de operación de la Expo se pagan con los ingresos por patrocinios (110 millones), entradas (120 millones) y concesiones (entre 10 y 12 millones). Una vez terminada la Expo, la reconversión de los pabellones costará otros 100-110 millones, pero esperan obtener 200 de la venta de los edificios. Un estudio no oficial estima que la Expo generará 2.000 millones.

Pabellones: Tres pabellones acogen a los países y comunidades invitados. Uno de ellos corresponde a España, otro a Aragón, y el tercero, un pabellón de enormes proporciones, estará ocupado por las comunidades autónomas -en una de sus zonas- y los países invitados. Además, hay un palacio de Congresos. Tres pabellones son temáticos: uno de ellos es un acuario fluvial, que acoge la exposición 'Los paisajes del agua'. El segundo es el pabellón-puente, diseñado por Zaha Hadid: en su interior estará la exposición 'Agua, recurso único'. 'Agua para la vida' es el tema de la que se expondrá en la Torre del Agua.

Agua. Agua en forma de hielo. Agua pulverizada. Vapor de agua. Nubes artificiales. Cortinas de agua. Gotas de agua. Pequeños estanques. Un gran río. Agua para refrigerar. Agua para mojarse. Agua como escenario. Agua para la vida. Faltan 367 días para que el 13 de junio de 2008 se inaugure oficialmente la Exposición Internacional Zaragoza 2008, que tiene en el agua su eje temático, pero en la capital maña todo gira ya en torno a una superficie abrazada por un meandro del Ebro, hasta hace bien poco cubierta de huertas de escaso rendimiento, en la que ahora trabajan en dos turnos de nueve horas 3.300 personas de 60 nacionalidades para levantar los pabellones por los que desfilarán según la previsión 5 millones de visitantes.

Las 25 hectáreas de la Expo empiezan a cobrar forma. Se adivinan ya los volúmenes, los perfiles definitivos de cada pabellón y en sus entrañas late la filosofía de la muestra: el agua y la sostenibilidad. Todo lo que se está construyendo será reutilizable cuando el 14 de septiembre de 2008 se cierre la Expo.

Todo está hecho de forma que se minimice el impacto medioambiental: el hormigón se fabrica junto al recinto de la muestra para reducir el movimiento de camiones; no hay aire acondicionado en muchos de los edificios porque se refrigeran con agua; agua que será reciclada una y otra vez a fin de reducir el consumo prácticamente a cero; no se utilizan plásticos ni PVC y hasta las bolsas para los recuerdos del certamen pueden recortarse en pequeños trozos y depositarse en macetas porque sirven de abono.

Así se lleva hasta las últimas consecuencias el planteamiento de una Exposición Internacional que pretende divertir, pero también aleccionar a propósito de los riesgos del cambio climático y del problema que puede suponer en el futuro la escasez de agua. Por eso, la Expo de Zaragoza tendrá foros de discusión articulados en torno a la 'tribuna del agua', donde científicos, representantes políticos y empresariales, instituciones y ciudadanos interesados podrán debatir sobre riesgos y soluciones, hasta completar una serie de documentos de trabajo que concluirán en la elaboración de la Carta de Zaragoza para la Sostenibilidad y el Buen Gobierno del Agua.

Pero para el público en general, la concienciación sobre el uso racional del agua llegará a través de un cúmulo de sensaciones. Mediante instalaciones dotadas de la última tecnología, el visitante sentirá el frío de los lugares donde el hielo es eterno y unos metros más allá la humedad densa del trópico. En la Torre del Agua, escuchará amplificado el sonido de las gotas al chocar contra el suelo y el de las cascadas y podrá atravesar una nube artificial antes de salir a la terraza, situada a 76 metros de altura, para divisar desde allí el recinto de la Expo y, al fondo, la ciudad.

Descubrirá también los efectos devastadores de la sequía y la destrucción causada por las inundaciones. En el pabellón-puente, diseñado por Zaha Hadid como un gigantesco gladiolo depositado sobre el río, tomará conciencia del derroche energético y su impacto en el medio ambiente y podrá imaginar un mundo azotado por la escasez de agua.

Uso racional

En el acuario fluvial conocerá las especies que pueblan los ríos más importantes del mundo. Y en el pabellón de España, diseñado por el arquitecto navarro Patxi Mangado, certificará que es posible refrigerar el interior de un edificio recuperando técnicas de hace siglos adaptadas a los medios de hoy: agua que circula de forma continua por un laberinto de falsas columnas.

El uso racional del agua y los recursos naturales será también el eje que vertebrará los espectáculos, parte fundamental en cualquier evento de este tipo por su atractivo para los visitantes.

Los artistas encargados de los mismos están al nivel de los arquitectos que han diseñado los pabellones: Calixto Bieito ha creado 'Iceberg. Sinfonía poético-visual', que cada noche podrá ser contemplado a la orilla del río por unos 20.000 espectadores. Paco Ortega, responsable de la programación cultural de la Expo, lo describe como un toque de atención sobre el cambio climático, mezcla de gran espectáculo con drama ecológico y música compuesta para la ocasión por José Luis Romero Gil.

El Circo del Sol se encargará de la cabalgata que partirá a las doce del mediodía. 'El archipiélago del desierto' es el título de un espectáculo que llevará hasta el último extremo del recinto el componente estético, mítico y cultural del agua.

La perspectiva más lúdica se concentra en la tercera producción especial para la Expo. La compañía argentina De la Guarda propone un montaje de coreografía aérea que se pondrá en escena seis veces al día y en el que el espectador puede adoptar una actitud distante y verlo desde fuera, o participar en el mismo para terminar remojado junto a los actores.

Si a esos espectáculos se suman los que tendrán lugar con motivo de festividades especiales, los que cada día amenizarán la noche (la Expo cerrará a las tres de la madrugada) y la programación del palacio de Congresos y los teatros de la ciudad, da un total de 3.400 funciones, incluidos dos títulos teatrales a cargo de Albert Boadella y Els Joglars (que paródicamente utilizarán la 'Música acuática' de Haendel) y el Nobel Darío Fo.

Todo está previsto pero aún está todo en marcha. Esta semana, los responsables de la organización reconocían que hay pabellones en los que las obras van al límite de la previsión y otros que se pueden concluir con adelanto.

El enorme pabellón de los países invitados y las comunidades autónomas tiene su estructura terminada y han comenzado a instalarse las fachadas. El acuario está terminado y ahora se trabaja en la instalación de los grandes tanques que deben alojar los peces de los ríos más importantes del mundo.

El pabellón-puente de Hadid ha requerido de una cimentación a gran profundidad por la escasa resistencia del suelo (una formación geológica de apenas siete siglos de antigüedad) y sólo desde hace unas pocas semanas se puede ver cómo la enorme estructura metálica crece a ambas orillas del Ebro. En cuanto al pabellón de España, que se presentó a la prensa el pasado miércoles, no habrá retrasos pese a los rumores que habían circulado por Zaragoza en ese sentido. Con una mezcla de humor y seguridad en sí mismo, Patxi Mangado lo dijo tajante: «He anunciado que estará acabado en marzo, y cuando un arquitecto navarro dice que algo estará en su fecha, lo estará». En su mayor parte, los edificios deben estar a disposición de los países y las comunidades autónomas a principios de año. De esa forma dispondrán de entre tres y cuatro meses para instalar lo que quieran mostrar. De momento, ya está abierto un Centro de Visitantes que ofrece un pequeño avance de lo que se verá en la Expo.