Científicos marinos y WWF/Adena piden acciones urgentes para proteger los océanos
Vie, 08/06/2007
La organización conservacionista WWF/Adena y ocho prestigiosos científicos marinos españoles reclamaron hoy, ante la celebración mañana del Día Mundial de los Océanos, medidas urgentes que aseguren la protección marina, la pesca sostenible y la reducción significativa de la contaminación marina. Estos temas son "imprescindibles a la hora de conservar nuestro patrimonio natural sumergido".
Los océanos abarcan el 71% de la superficie de nuestro planeta y sus aguas suponen el 95% de todo el espacio disponible para la vida; y sin ellos sería imposible entender la vida en la Tierra. Nuestro país posee más de 100.000 km2 de margen continental marino, superficie equivalente a Castilla-La Mancha y Galicia juntas. En sus 8.000 kilómetros de playas y acantilados, la biodiversidad marina es de las más ricas de Europa, pero también la más desprotegida, según WWF/Adena.
"Este es un día de celebración, pero también un día de reflexión. Nuestros mares están mostrando síntomas alarmantes de agotamiento. En esta fecha no sólo los ecologistas alzamos la voz, son los científicos marinos los que se unen a WWF/Adena para denunciar esta situación", declaró el secretario general de WWF/Adena, Juan Carlos del Olmo.
Por su parte, profesor de investigación del Instituto de Ciencias del Mar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Barcelona, el Josep María Gili, apuntó que se "sabe más de la Luna o de Marte que del fondo marino". El año pasado se descubrió que bancos de corales profundos vivos a tan sólo cinco kilómetros de Cap de Creus (Girona) que han estado viviendo allí posiblemente durante más de un millón de años, apuntó el científico.
El catedrático de la Universidad de La Laguna en Tenerife Alberto Brito comentó que "se conocen 95 especies diferentes de corales en aguas canarias, algunas de las cuales son el soporte estructural de comunidades importantes". A pesar de su valía, sólo una especie está recogida en el catálogo oficial de especies amenazadas de Canarias, donde tampoco se incluyen otros muchos organismos que son esenciales para la conservación de los ecosistemas. En su opinión, "ya es hora de que se afronten de verdad los problemas del medio marino y se tomen medidas de protección efectivas".
PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD Y SOBREPESCA.
Por otra parte, la pérdida de biodiversidad en nuestros océanos está afectando gravemente a su capacidad de producir alimento, sin posibilidad de recuperarse del impacto de la presión pesquera. Enric Sala, del Centro de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC, subrayó que "si la presión pesquera sigue como hasta ahora, hacia el año 2050 todas las especies que pescamos habrán llegado a una situación de colapso, es decir, quedará menos del 10% de la abundancia de hace 50 años. Y, aunque seguirá habiendo peces, serán tan escasos que resultará poco rentable salir a pescarlos".
El atún rojo es de esas especies comerciales de altísimo valor que está a punto de desaparecer. Para el director del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en Santander, José Luis Cort, "desde hace milenios el atún rojo se ha capturado en el Estrecho de Gibraltar y toda la cuenca Mediterránea, pero en los últimos 50 años el hombre ha sido capaz de cambiar la historia sometiendo a los 'stocks' a una presión más allá de los límites biológicos sostenibles. Las medidas tomadas para su protección se violan de forma sistemática desde hace más de 30 años y, por desgracia, no parece que la situación vaya a cambiar, al menos, a corto plazo".
Por su parte, un desarrollo litoral sin parangón ha hipotecado hasta el último espacio libre del Mediterráneo. Un 58% de la población española vive ya en la costa. Este desarrollo ha provocado la pérdida o alteración del 75% de los sistemas dunares y el 70% de los humedales costeros en el Mediterráneo.
Para José Luis Acuña, profesor de biología de la Universidad de Oviedo, "se edifican urbanizaciones y puertos sobre comunidades biológicas que no están siquiera cartografiadas y cuyo funcionamiento se desconoce. Se vierten aguas residuales sin depurar y deshechos directamente al mar, cuyos efectos nocivos sobre los ecosistemas litorales estamos lejos de comprenderse. Además, se gestiona el litoral sin tener en cuenta los efectos previsibles del cambio climático. La ignorancia es la gran enemiga de la conservación. No se puede apreciar, enseñar o cuidar aquello que no se conoce".
PRADERAS DE POSIDONIA.
Uno de esos hábitats costeros en peligro son las valiosas praderas de Posidonia. Según datos de Carlos Duarte, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados del CSIC, "los 50.000 km2 de praderas de Posidonia del Mediterráneo logran secuestrar medio millón de toneladas de carbono al año, una cifra nada desdeñable además de dar cobijo a una diversidad elevada de especies y proteger nuestras playas. Es un ecosistema increíble y único en el Mediterráneo que año a año se va degradando por la mala gestión de nuestro litoral: contaminación, puertos deportivos y regeneraciones, que están acabando con este ecosistema clave".
El papel del océano en el clima es tan relevante como el de la atmósfera. Gregorio Parrilla, físico del Instituto Español de Oceanografía, explicó que "el océano está actuando como un amortiguador del calentamiento global, desde 1955 ha absorbido 20 veces más calor que la atmósfera en ese mismo periodo. Aún así, entre la superficie y los 700 metros de profundidad, el mar se ha calentado una media de unos 0,10 grados centígrados desde 1961. La penetración a mayores profundidades de ese calentamiento es reproducida por los modelos cuando se introducen forzamientos antropogénicos"
Todos los expertos destacan que las áreas marinas protegidas pueden ser una de las soluciones a la rápida degradación de los océanos. El catedrático de biología marina de la Universidad de Alicante, Alfonso Ramos, propuso "dejar de mirar al mar como el proveedor inagotable de recursos, es un ecosistema frágil y limitado. Los pescadores españoles, no obstante, van tomando una progresiva conciencia de la necesidad de una pesca responsable, y apoyan la creación de Áreas Marinas Protegidas como solución a algunos de sus problemas. De momento, tan solo el 1% de nuestras aguas mediterráneas está protegido, cuando lo necesario sería entre el 10 y el 20% del margen continental".
Los océanos abarcan el 71% de la superficie de nuestro planeta y sus aguas suponen el 95% de todo el espacio disponible para la vida; y sin ellos sería imposible entender la vida en la Tierra. Nuestro país posee más de 100.000 km2 de margen continental marino, superficie equivalente a Castilla-La Mancha y Galicia juntas. En sus 8.000 kilómetros de playas y acantilados, la biodiversidad marina es de las más ricas de Europa, pero también la más desprotegida, según WWF/Adena.
"Este es un día de celebración, pero también un día de reflexión. Nuestros mares están mostrando síntomas alarmantes de agotamiento. En esta fecha no sólo los ecologistas alzamos la voz, son los científicos marinos los que se unen a WWF/Adena para denunciar esta situación", declaró el secretario general de WWF/Adena, Juan Carlos del Olmo.
Por su parte, profesor de investigación del Instituto de Ciencias del Mar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Barcelona, el Josep María Gili, apuntó que se "sabe más de la Luna o de Marte que del fondo marino". El año pasado se descubrió que bancos de corales profundos vivos a tan sólo cinco kilómetros de Cap de Creus (Girona) que han estado viviendo allí posiblemente durante más de un millón de años, apuntó el científico.
El catedrático de la Universidad de La Laguna en Tenerife Alberto Brito comentó que "se conocen 95 especies diferentes de corales en aguas canarias, algunas de las cuales son el soporte estructural de comunidades importantes". A pesar de su valía, sólo una especie está recogida en el catálogo oficial de especies amenazadas de Canarias, donde tampoco se incluyen otros muchos organismos que son esenciales para la conservación de los ecosistemas. En su opinión, "ya es hora de que se afronten de verdad los problemas del medio marino y se tomen medidas de protección efectivas".
PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD Y SOBREPESCA.
Por otra parte, la pérdida de biodiversidad en nuestros océanos está afectando gravemente a su capacidad de producir alimento, sin posibilidad de recuperarse del impacto de la presión pesquera. Enric Sala, del Centro de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC, subrayó que "si la presión pesquera sigue como hasta ahora, hacia el año 2050 todas las especies que pescamos habrán llegado a una situación de colapso, es decir, quedará menos del 10% de la abundancia de hace 50 años. Y, aunque seguirá habiendo peces, serán tan escasos que resultará poco rentable salir a pescarlos".
El atún rojo es de esas especies comerciales de altísimo valor que está a punto de desaparecer. Para el director del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en Santander, José Luis Cort, "desde hace milenios el atún rojo se ha capturado en el Estrecho de Gibraltar y toda la cuenca Mediterránea, pero en los últimos 50 años el hombre ha sido capaz de cambiar la historia sometiendo a los 'stocks' a una presión más allá de los límites biológicos sostenibles. Las medidas tomadas para su protección se violan de forma sistemática desde hace más de 30 años y, por desgracia, no parece que la situación vaya a cambiar, al menos, a corto plazo".
Por su parte, un desarrollo litoral sin parangón ha hipotecado hasta el último espacio libre del Mediterráneo. Un 58% de la población española vive ya en la costa. Este desarrollo ha provocado la pérdida o alteración del 75% de los sistemas dunares y el 70% de los humedales costeros en el Mediterráneo.
Para José Luis Acuña, profesor de biología de la Universidad de Oviedo, "se edifican urbanizaciones y puertos sobre comunidades biológicas que no están siquiera cartografiadas y cuyo funcionamiento se desconoce. Se vierten aguas residuales sin depurar y deshechos directamente al mar, cuyos efectos nocivos sobre los ecosistemas litorales estamos lejos de comprenderse. Además, se gestiona el litoral sin tener en cuenta los efectos previsibles del cambio climático. La ignorancia es la gran enemiga de la conservación. No se puede apreciar, enseñar o cuidar aquello que no se conoce".
PRADERAS DE POSIDONIA.
Uno de esos hábitats costeros en peligro son las valiosas praderas de Posidonia. Según datos de Carlos Duarte, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados del CSIC, "los 50.000 km2 de praderas de Posidonia del Mediterráneo logran secuestrar medio millón de toneladas de carbono al año, una cifra nada desdeñable además de dar cobijo a una diversidad elevada de especies y proteger nuestras playas. Es un ecosistema increíble y único en el Mediterráneo que año a año se va degradando por la mala gestión de nuestro litoral: contaminación, puertos deportivos y regeneraciones, que están acabando con este ecosistema clave".
El papel del océano en el clima es tan relevante como el de la atmósfera. Gregorio Parrilla, físico del Instituto Español de Oceanografía, explicó que "el océano está actuando como un amortiguador del calentamiento global, desde 1955 ha absorbido 20 veces más calor que la atmósfera en ese mismo periodo. Aún así, entre la superficie y los 700 metros de profundidad, el mar se ha calentado una media de unos 0,10 grados centígrados desde 1961. La penetración a mayores profundidades de ese calentamiento es reproducida por los modelos cuando se introducen forzamientos antropogénicos"
Todos los expertos destacan que las áreas marinas protegidas pueden ser una de las soluciones a la rápida degradación de los océanos. El catedrático de biología marina de la Universidad de Alicante, Alfonso Ramos, propuso "dejar de mirar al mar como el proveedor inagotable de recursos, es un ecosistema frágil y limitado. Los pescadores españoles, no obstante, van tomando una progresiva conciencia de la necesidad de una pesca responsable, y apoyan la creación de Áreas Marinas Protegidas como solución a algunos de sus problemas. De momento, tan solo el 1% de nuestras aguas mediterráneas está protegido, cuando lo necesario sería entre el 10 y el 20% del margen continental".