Los embalses del Pirineo, al 93%, viven su tercera mejor campaña en 35 años

Dom, 03/06/2007

Heraldo de Aragón

Los embalses aragoneses del Pirineo están viviendo una de sus mejores campañas de los últimos 35 años. Después de dos veranos consecutivos de sequía, en 2007 los grandes pantanos de la margen izquierda afrontan los meses estivales al 93% de su capacidad conjunta, algo que sólo ha sucedidos en dos ocasiones desde 1972. Si no fuera porque la margen derecha se encuentra sensiblemente peor -al 63%-, a día de hoy la reserva hidráulica de Aragón habría batido todas las marcas históricas.
Según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación, el pasado 31 de mayo los seis grandes embalses aragoneses de la margen izquierda acumulaban 1.506 hectómetros cúbicos (hm3) sobre una capacidad total de 1620 -el 93%-.
La mejor situación la ofrecía El Grado, que estaba al 98% con 391 hm3, algo que a estas alturas del año sólo ha pasado dos veces desde que entró en servicio hace cuatro décadas. Barasona se encontraba al 95% -81 hm3-, Yesa y La Sotonera coincidían en un 92% -414 y 175, respectivamente- y la lista la cerraban el mayor y el más pequeño: Mediano alcanzaba el 90% con 396 hm3 y Búbal se alejaba de esas cifras con "sólo" un 76% -49 de sus 64 hm3-.
El análisis de las series históricas de la CHE muestra que, en los 36 años de los que el organismo de cuenta dispone de datos de los seis pantanos, sólo se han alcanzado esos niveles de llenado otras dos ocasiones. Una fue hace una década, en mayo de 1998, y entonces los grandes embalses del Pirineo aragonés almacenaban sólo 6 hm3 más que ahora -1.512- llegando hasta el 93,3% de su capacidad total.
No obstante, el récord actual se alcanzó hace ya 22 años. El 31 de mayo de 1986, las presas de Yesa, Búbal, La Sotonera, Barasona, El Grado y Mediano contenían conjuntamente 1.531 hm3 de agua, lo que las colocaba al 94,5% de su volumen máximo.
La situación actual de los pantanos que abastecen a los grandes sistemas de riego aragoneses permite ser optimista de cara no sólo a la campaña de este verano, sino también a la evolución del año hidrológico 2007-2008. Las causas de este excepcional panorama hay que buscarlas, fundamentalmente, en las abundantes lluvias de marzo, de mayo y sobre todo de abril -que dejó más del doble de agua de lo habitual-.
En cualquier caso, los pantanos aragoneses empezaron a llenarse en septiembre del año pasado, un mes extraordinariamente húmedo que también se saldó con un 150% más de precipitaciones que lo que indican los promedios. Esos chubascos hicieron que los embalses se repusiesen después de dos años de sequía, permitiéndoles acumular las reservas con las que tuvieron que afrontar un otoño y un invierno que también fueron muy secos.
Desgraciadamente, los pantanos aragoneses de la margen derecha se encuentran muy por debajo de los de la otra orilla, lo que no impide que, en conjunto, los grandes embalses de la Comunidad presenten uno de los mejores balances de los últimos 20 años.
Según el SAIH, el pasado 31 de mayo las presas de La Tranquera, Caspe, Santolea y Calanda se encontraban al 63% de su capacidad conjunta con 170 hm3 de 268 posibles. Ese porcentaje no es preocupante, pero curiosamente es ligeramente inferior al que presentaban tanto en 2005 como en 2006, dos años de fuerte sequía que en la margen derecha no fue tan acusada como en el resto de la cuenca.
El otro pero a la situación actual son los embalses del Noguera Ribagorzana, que aunque no se encuentran en territorio aragonés abastecen a gran parte de los regadíos que dependen del Canal de Aragón y Cataluña. Ese sistema es el que más lentamente se está recuperando de la sequía. Aunque en la actualidad el pantano de Escales ha alcanzado el 85% de su capacidad, el de Santa Ana sigue en el 50% y el de Canelles sólo llega al 29%.