El regadío andaluz no se frena y roza ya el millón de hectáreas

Lun, 07/05/2007

Europa Sur

Un informe del Ministerio de Agricultura calcula en 128.057 las hectáreas nuevas desde 2002 sin que desciendan los sistemas de riego menos eficientes

sevilla. O los términos modernizar y transformar se están confundiendo con expandir o en el campo andaluz no existe la palabra freno. Lejos de menguar, las hectáreas de regadío en la comunidad siguen creciendo y rozan ya -si es que no la han rebasado- la barrera del millón, y ello en un contexto de lloros permanentes ante la falta de agua con que satisfacer los cultivos.

Son, en concreto, 927.957 hectáreas. ¿Muchas o pocas? Nada más y nada menos que el 27,9 por ciento de la superficie nacional, que el pasado año ascendía a 3.319.790. Lo importante, la evolución: mientras que en el conjunto de España 2005 y 2006 quebraron una histórica tendencia creciente, ésta continuó activa en Andalucía.

En efecto, en 2002 el número de hectáreas andaluzas bajo riego era de 799.900 -una cifra que, extraoficialmente, es hoy por hoy superada sólo en la cuenca del Guadalquivir-, de modo que, desde entonces, el aumento ha sido del 16 por ciento, equivalente a 128.057 hectáreas más. Y si se busca un símil, 128.057 campos de fútbol.

Son datos extraídos de la Encuesta de Superficies y Rendimientos de Cultivos en España elaborada por el Ministerio de Agricultura y en cuya metodología se emplea la observación en campo. Es decir: que no media la consulta previa al regante, sino que la información directamente se cosecha en la parcela.

La expansión del regadío andaluz se sustenta sobre todo en el sistema de distribución del agua por goteo (o riego localizado). Este crecimiento, hasta las 615.619 hectáreas, está asociado principalmente a las nuevas plantaciones de olivar y, en menor medida, a las de cítricos, viñedos y frutales en general.

El riego por goteo es el que permite un ahorro mayor de agua y, de hecho, es una de las claves en los procesos de modernización acometidos por los regantes andaluces. Sin embargo, la apuesta por este sistema y el auge que han experimentado las tierras que lo utilizan no ha supuesto una caída significativa del resto de fórmulas de irrigación.

Así, la técnica más primitiva, la de la gravedad o inundación, ocupaba 205.392 hectáreas en Andalucía en 2002 y 186.939 el año pasado. Hay un descenso, sí, pero éste es coyuntural y está asociado al recorte en las siembras de arroz en las marismas del Guadalquivir debido a la sequía de 2006 -y que aún hoy se arrastra-. Además, los arrozales en la comunidad, radicados en Sevilla y algo en Cádiz, no alcanzan ni las 38.000 hectáreas y el resto son producciones agrarias que, a diferencia del arroz, pueden adoptar otros sistemas. Y un último argumento: en 2005 había más tierras regadas por inundación que tres años antes.

Los riegos por aspersión y por mecanismo automotriz, que completan el cuadro de las principales técnicas, tampoco encogen. Crecen.