Cantabria sí aprovecha hasta la última gota
Lun, 16/04/2007
Son miles de tubos unidos bajo tierra que recorren Cantabria desde Unquera hasta Castro Urdiales. Una autovía de 148 kilómetros por la que no transitarán ni coches ni
POR ARANCHA BELLO
SANTANDER. Son miles de tubos unidos bajo tierra que recorren Cantabria desde Unquera hasta Castro Urdiales. Una autovía de 148 kilómetros por la que no transitarán ni coches ni personas. El agua será el único elemento que recorrerá esta infraestructura «inteligente» que conducirá desde el embalse del Ebro hasta los ríos más secos el caudal que necesiten. La «Autovía del Agua» garantizará el consumo de los cántabros durante los próximos 25 años.
Coger de donde sobra para llevarlo hasta donde falta. Ésa es la filosofía de esta autovía que empezó como una prolongación del bitrasvase del Ebro-Pas-Besaya y ahora se ha convertido en una red que abastecerá a toda la región. Su ciclo comenzará en el embalse del Ebro, desde donde se conducirá el agua a los ríos Pas y Besaya, caudales que abastecen a los principales núcleos urbanos de Cantabria: Santander y Torrelavega.
Es en ese punto donde empieza la autovía, propiamente dicha, que recorrerá paralela a la costa toda la región, por los lugares donde se concentra más población y surtiendo a los ríos que en verano son más castigados por la sequía y por el turismo. «Antes cuando se agotaban los recursos no había forma de apoyar el abastecimiento. Se ha intentado crear una red eléctrica mallada», asegura Francisco Martín, director general de Obras Hidráulicas.
Hasta ahora, la región contaba con un sistema de abastecimiento propio del siglo XVIII, pero la instalación de estos conductos que en algunos tramos superan el metro de diámetro, suponen una verdadera obra de ingeniería que comenzó en el 2004 y no concluirá hasta prácticamente el 2009.
La autovía se empezó a construir por los extremos porque la situación es más crítica en esa zona. Tramos como los de Castro-Colindres-Santoña y los que unen el rio Deva y el Nansa, donde la afluencia de turistas juega en contra de los ríos y a favor de la sequía, ya están en funcionamiento. Para este verano, además, todo el tramo oriental de la «Autovía del Agua» estará concluido y desde la Consejería de Medio Ambiente aseguran que el mes que viene se terminará el bitrasvase, verdadero eje de la red hidráulica.
Detractores
Aparte del pantano del Ebro, la autovía también se surtirá del resto de ríos a su paso y de los pocos embalses con los que cuenta Cantabria, como el del Juncal. «Se podrá llevar por ejemplo agua del río Deva que es excedentario al río Escudo, al Sámano o al Brazomar que están más deprimidos», explica Francisco Martín.
A pesar de que el Gobierno de Cantabria garantiza que la «Autovía del Agua» es respetuosa con el medio ambiente y con los ciclos de los ríos, las asociaciones ecologistas están en contra de este proyecto y creen que es «un desastroso ejemplo de gestión y una grave amenaza para los ríos». A principios de 2006 ARCA interpuso un recurso ante el Audiencia Nacional para paralizar el bitrasvase del Ebro, sin el cual la capacidad de la autovía quedaría claramente mermada. De momento, el recurso no ha prosperado y el bitrasvase está ya concluido, aunque no sería la primera vez que esta asociación consigue una sentencia favorable después de terminada la obra.
Los 200 millones «asegurados»
Esto es lo que ocurrió, al menos, con la depuradora de Vuelta Ostrera en Suances, construida con dinero del Estado y que ha comenzado a funcionar recientemente. Ahora pesa sobre ella una sentencia firme de derribo del Tribunal Supremo.
La última polémica que soporta la «Autovía del Agua» es en torno a los 200 millones que el gobierno de Zapatero prometió a esta Comunidad para financiar uno de sus tramos de la costa occidental, el de San Vicente de la Barquera-Santander. Un dinero proveniente de los fondos de cohesión y que compensaría este proyecto, sufragado íntegramente por la Comunidad autónoma.
Las alarmas saltaron cuando en las listas de las principales actuaciones que se acometerán con los fondos europeos no estaba ni el nombre de la comunidad ni el de esta autovía. El PP criticó entonces y lo hace hoy en día el «abandono» del Gobierno socialista, ya que esos 200 millones son casi lo único que negoció Revilla en su última reunión con el presidente. Desde la Delegación del Gobierno y desde el PSOE han reiterado que ese dinero está «asegurado». Aunque dada la compleja estructura de la financiación europea dicho dinero no llegará hasta que esté casi completada la obra.
Las sequías del norte
La España verde cada vez lo es menos. Mientras en el sur la desertización avanza, en la cornisa cantábrica los inviernos son más suaves y los veranos más calurosos. Las lluvias hacen menos acto de presencia y aunque hay nevadas copiosas, no son tan frecuentes como antaño. El cambio climático y, sobre todo, la mayor afluencia de turismo en las costas han hecho que la sequía esté presente en los estíos del norte. Su consecuencia inmediata es la escasez de agua. Cortes que suelen producirse en agosto y septiembre y no sólo para el riego o la limpieza, sino para el uso doméstico.
Sin ir más lejos que unos meses, el último verano en la región arrojó la peor sequía de los últimos treinta años. Y en el 2003 hubo cortes de agua en las casas de todos los santanderinos. Son ellos quiénes se preguntan cómo es posible que en una región donde el resto del año las lluvias aún son abundantes, no hay recursos hídricos cuando éstos hacen falta. La respuesta es bien sencilla: Cantabria no está preparada.
En la región no hay embalses que abastezcan las zonas más pobladas. Y el agua que cae del cielo apenas se aprovecha. Cantabria sólo utiliza el 1,6 por ciento del agua de las lluvias (1250 litros por metro cuadrado y año), mientras que en Levante, por ejemplo, recogen el 45 por ciento. Además de la «Autovía del Agua», el Gobierno regional está promoviendo campañas como el «Plan de ahorro del agua». Se trata de repartir y promover el uso de perlizadores -que reducen el consumo-, subvenciones para lavadoras A o la instalación de aljibes en los tejados, entre otras actuaciones. Pero el verdadero escollo está en la industria, sector que utiliza más del 50 por ciento del agua de Cantabria.
Una «autovía» bajo tierra de más de 148 kilómetros conducirá el agua desde las zonas donde sobra a las más necesitadas. Una infraestructura «inteligente» que garantiza el consumo en la región para 25 años
POR ARANCHA BELLO
SANTANDER. Son miles de tubos unidos bajo tierra que recorren Cantabria desde Unquera hasta Castro Urdiales. Una autovía de 148 kilómetros por la que no transitarán ni coches ni personas. El agua será el único elemento que recorrerá esta infraestructura «inteligente» que conducirá desde el embalse del Ebro hasta los ríos más secos el caudal que necesiten. La «Autovía del Agua» garantizará el consumo de los cántabros durante los próximos 25 años.
Coger de donde sobra para llevarlo hasta donde falta. Ésa es la filosofía de esta autovía que empezó como una prolongación del bitrasvase del Ebro-Pas-Besaya y ahora se ha convertido en una red que abastecerá a toda la región. Su ciclo comenzará en el embalse del Ebro, desde donde se conducirá el agua a los ríos Pas y Besaya, caudales que abastecen a los principales núcleos urbanos de Cantabria: Santander y Torrelavega.
Es en ese punto donde empieza la autovía, propiamente dicha, que recorrerá paralela a la costa toda la región, por los lugares donde se concentra más población y surtiendo a los ríos que en verano son más castigados por la sequía y por el turismo. «Antes cuando se agotaban los recursos no había forma de apoyar el abastecimiento. Se ha intentado crear una red eléctrica mallada», asegura Francisco Martín, director general de Obras Hidráulicas.
Hasta ahora, la región contaba con un sistema de abastecimiento propio del siglo XVIII, pero la instalación de estos conductos que en algunos tramos superan el metro de diámetro, suponen una verdadera obra de ingeniería que comenzó en el 2004 y no concluirá hasta prácticamente el 2009.
La autovía se empezó a construir por los extremos porque la situación es más crítica en esa zona. Tramos como los de Castro-Colindres-Santoña y los que unen el rio Deva y el Nansa, donde la afluencia de turistas juega en contra de los ríos y a favor de la sequía, ya están en funcionamiento. Para este verano, además, todo el tramo oriental de la «Autovía del Agua» estará concluido y desde la Consejería de Medio Ambiente aseguran que el mes que viene se terminará el bitrasvase, verdadero eje de la red hidráulica.
Detractores
Aparte del pantano del Ebro, la autovía también se surtirá del resto de ríos a su paso y de los pocos embalses con los que cuenta Cantabria, como el del Juncal. «Se podrá llevar por ejemplo agua del río Deva que es excedentario al río Escudo, al Sámano o al Brazomar que están más deprimidos», explica Francisco Martín.
A pesar de que el Gobierno de Cantabria garantiza que la «Autovía del Agua» es respetuosa con el medio ambiente y con los ciclos de los ríos, las asociaciones ecologistas están en contra de este proyecto y creen que es «un desastroso ejemplo de gestión y una grave amenaza para los ríos». A principios de 2006 ARCA interpuso un recurso ante el Audiencia Nacional para paralizar el bitrasvase del Ebro, sin el cual la capacidad de la autovía quedaría claramente mermada. De momento, el recurso no ha prosperado y el bitrasvase está ya concluido, aunque no sería la primera vez que esta asociación consigue una sentencia favorable después de terminada la obra.
Los 200 millones «asegurados»
Esto es lo que ocurrió, al menos, con la depuradora de Vuelta Ostrera en Suances, construida con dinero del Estado y que ha comenzado a funcionar recientemente. Ahora pesa sobre ella una sentencia firme de derribo del Tribunal Supremo.
La última polémica que soporta la «Autovía del Agua» es en torno a los 200 millones que el gobierno de Zapatero prometió a esta Comunidad para financiar uno de sus tramos de la costa occidental, el de San Vicente de la Barquera-Santander. Un dinero proveniente de los fondos de cohesión y que compensaría este proyecto, sufragado íntegramente por la Comunidad autónoma.
Las alarmas saltaron cuando en las listas de las principales actuaciones que se acometerán con los fondos europeos no estaba ni el nombre de la comunidad ni el de esta autovía. El PP criticó entonces y lo hace hoy en día el «abandono» del Gobierno socialista, ya que esos 200 millones son casi lo único que negoció Revilla en su última reunión con el presidente. Desde la Delegación del Gobierno y desde el PSOE han reiterado que ese dinero está «asegurado». Aunque dada la compleja estructura de la financiación europea dicho dinero no llegará hasta que esté casi completada la obra.
Las sequías del norte
La España verde cada vez lo es menos. Mientras en el sur la desertización avanza, en la cornisa cantábrica los inviernos son más suaves y los veranos más calurosos. Las lluvias hacen menos acto de presencia y aunque hay nevadas copiosas, no son tan frecuentes como antaño. El cambio climático y, sobre todo, la mayor afluencia de turismo en las costas han hecho que la sequía esté presente en los estíos del norte. Su consecuencia inmediata es la escasez de agua. Cortes que suelen producirse en agosto y septiembre y no sólo para el riego o la limpieza, sino para el uso doméstico.
Sin ir más lejos que unos meses, el último verano en la región arrojó la peor sequía de los últimos treinta años. Y en el 2003 hubo cortes de agua en las casas de todos los santanderinos. Son ellos quiénes se preguntan cómo es posible que en una región donde el resto del año las lluvias aún son abundantes, no hay recursos hídricos cuando éstos hacen falta. La respuesta es bien sencilla: Cantabria no está preparada.
En la región no hay embalses que abastezcan las zonas más pobladas. Y el agua que cae del cielo apenas se aprovecha. Cantabria sólo utiliza el 1,6 por ciento del agua de las lluvias (1250 litros por metro cuadrado y año), mientras que en Levante, por ejemplo, recogen el 45 por ciento. Además de la «Autovía del Agua», el Gobierno regional está promoviendo campañas como el «Plan de ahorro del agua». Se trata de repartir y promover el uso de perlizadores -que reducen el consumo-, subvenciones para lavadoras A o la instalación de aljibes en los tejados, entre otras actuaciones. Pero el verdadero escollo está en la industria, sector que utiliza más del 50 por ciento del agua de Cantabria.
Una «autovía» bajo tierra de más de 148 kilómetros conducirá el agua desde las zonas donde sobra a las más necesitadas. Una infraestructura «inteligente» que garantiza el consumo en la región para 25 años