«Los mapas de riesgos permiten replantear la estrategia de lucha contra las riadas, pero cuanto más pequeña es la cuenca, más difícil es actuar ya que hay un gran número de ellas potencialmente peligrosas y los recursos son limitados», indica el catedrático Jerónimo Puertas. Para optimizar los esfuerzos está el protocolo de actuación elaborado por la Xunta, que implica a varios departamentos. Aunque el plan de contingencia lo coordinará la Consellería de Medio Ambiente, también participarán en él las de Medio Rural y Pesca, así como organismos como Augas de Galicia, MeteoGalicia y Protección Civil. Además, habrá un comité científico asesor formado por un número reducido de investigadores (entre 8 y 10) de las tres universidades y centros públicos de investigación gallegos, expertos en hidrología, meteorología y conservación de suelos. En 48 o 72 horas Nada más activarse el operativo, este comité científico deberá elaborar el mapa actualizado de riesgos de erosión e inundaciones, correspondiente a la situación de incendios vigente en ese momento, en 48 o 72 horas, y definir después las recomendaciones de actuación prioritarias para minimizar el impacto, tanto en lo que respecta a la definición geográfica de esas acciones prioritarias como al tipo de medidas a desarrollar en cada caso. En paralelo, se creará un comité de gestión del plan que supervisará el protocolo y remitirá el mapa de riesgos y el plan de actuaciones urgentes a las consellerías de Presidencia, Medio Rural y Pesca para su ejecución. Finalmente, el comité científico realizará un seguimiento del plan, evaluará las medidas propuestas y detectará los puntos débiles del operativo para mejorarlos al año siguiente. «El plan es una herramienta útil para apoyar las estrategias de las distintas áreas de gobierno», afirma el responsable de Desenvolvemento Sostible. «Sabemos que va a haber incendios y que luego puede haber lluvias torrenciales. Llegado el caso, todo el mundo debe saber qué tiene que hacer», agrega Emilio Fernández.