España ha perdido en un siglo el 60% de los humedales
Dom, 18/02/2007
Con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales, en conmemoración de la Convención sobre los Humedales (firmado en 1971 en Ramsar, Irán), las organizaciones ecologistas han reclamado mayor esfuerzo de conservación por parte de las administraciones públicas, ya que España ha perdido en sólo el último siglo más del 60% de estos enclaves debido a actuaciones de desecación y urbanización. Lejos de mejorar, su situación puede ir a peor porque fenómenos como el cambio climático amenazan su futuro lo que provocará que algunos ecosistemas acuáticos continentales pasen de ser permanentes a estacionales, mientras que otros sencillamente desaparecerán. Los ecologistas han pedido, además, que se reduzca la contaminación del sustrato y de las aguas subterráneas y superficiales, así como su sobreexplotación. Infraestructuras como carreteras, embalses o canales de riego de cemento, suponen, directa o indirectamente, junto a la introducción de especies foráneas, la alteración o destrucción de estos espacios de gran importancia ecológica y económica. Humedales españoles El territorio español presenta una gran variedad de ambientes acuáticos naturales y seminaturales, algunos de ellos únicos en cuanto a su funcionamiento hidrológico, formación geológica y geomorfológica, su integración social, la presencia de numerosas especies de flora y fauna (endémicas o amenazadas), o como lugares clave dentro de las rutas migratorias de numerosas aves. Los expertos en clima prevén que en España el cambio climático provocará la reducción de la biodiversidad asociada a los humedales (más del 40% de las especies amenazadas dependen de ellos en algún momento de su ciclo biológico), debido principalmente a la fuerte dependencia de las zonas húmedas respecto a las condiciones climáticas, ya que la mayoría de ellas disponen de un tiempo de residencia del agua reducido y por tanto están sujetos a las precipitaciones anuales. Aunque no todos los ecosistemas acuáticos se verán afectados por igual, todos ellos sufrirán cambios en su permanencia, superficie o extensión, los ciclos biogeoquímicos y la biodiversidad. Los más vulnerables serán los pertenecientes a los ambientes endorreicos, lagos, lagunas, ríos y arroyos de alta montaña, humedales costeros y ambientes dependientes de las aguas subterráneas. El Convenio Ramsar nació como consecuencia del reconocimiento del valor de las zonas húmedas para todas las formas de vida y la sociedad y de la constatación de la velocidad a la que estaban desapareciendo. En la actualidad, cuenta con 154 países miembros y 1.636 humedales incluidos en su Lista de Importancia Internacional (casi 146 millones de hectáreas). España ratificó el acuerdo en 1982 y, en la actualidad, su aportación se eleva a 63 (suman 283.873 hectáreas), dos de los cuales están en Castilla y León, las Lagunas de Villafáfila y la Laguna de La Nava. En nuestra Comunidad, la Consejería de Medio Ambiente ha aprobado un decreto para proteger la red de humedales que cuenta actualmente con 297. Por provincias, están en cabeza las de Zamora (82), Palencia (46) y León (39), seguidas por Segovia (35), Soria (31), Ávila (27) y Burgos (16), mientras que la lista la cierran Salamanca (12) y Valladolid (9). El uso de pesticidas y abonos químicos, la construcción de embalses, la desviación de cauces fluviales, la especulación urbanística y las explotaciones agrícolas han ido desecando y contaminando estos enclaves que, de seguir así, pueden llegar a acabar con estos «riñones del planeta» debido a la función de filtro de aguas que realizan. Por eso, en el citado decreto se contempla la prohibición de labores de desecación y efectuar cualquier tipo de vertidos para acabar con las auténticas escombreras en que se han convertido algunos de ellos, especialmente los que se ubican cerca de núcleos de población.