La escasez de lluvias amenaza con secar la albufera de Gaianes
Mié, 24/01/2007
La escasez de lluvias amenaza con secar la albufera de Gaianes. El nivel del agua ha descendido cerca de un metro en los últimos meses, y los expertos temen que pueda llegar a desaparecer si persiste la sequía hasta el verano. La albufera, desde su afloramiento en diciembre de 2004, se ha convertido en un punto de atracción para numerosas aves acuáticas, y sigue pendiente de ejecución un proyecto del Ministerio de Medio Ambiente y la Conselleria de Turismo para su acondicionamiento.
La albufera de Gaianes es una zona húmeda que permaneció durante muchos años desaparecida, debido a que el manantial que la alimentaba fue canalizado para desecar las tierras. Sin embargo, las fuertes lluvias registradas en diciembre de 2004, unidas a la rotura de dicha conducción, propiciaron que el agua volviera a aflorar y que la albufera se convirtiera, de nuevo, en una realidad.
Desde aquel momento, el líquido elemento ha sido el protagonista del paisaje, hasta el punto que numerosas aves acuáticas han encontrado en el lago un enclave idóneo. El interés del lugar motivó, asimismo, el anuncio por parte del Ministerio de Fomento y de la Conselleria de Turismo, propietaria de los terrenos, de un proyecto de acondicionamiento de la albufera que sigue pendiente de ejecución. En concreto, estaba prevista la construcción de una pasarela y un observatorio de aves, y ya para más largo plazo, la rehabilitación de la masía ubicada junto al lago para transformarla en un aula de la naturaleza.
Sin embargo, la escasez de lluvias ha puesto en peligro el futuro de la albufera. El descenso de de las aguas es evidente, hasta el punto que el nivel se ha situado cerca de un metro por debajo de lo que es habitual y el diámetro de la zona inundada se ha reducido de forma más que sensible.
El climatólogo de la Universidad de Alicante, Enrique Moltó, explicaba que en el episodio de lluvias de diciembre de 2004 en que las aguas volvieron a aflorar se recogieron alrededor de 600 litros por metro cuadrado en apenas 15 días. Esta abundancia, sin embargo, contrasta con la escasez de precipitaciones de los dos años siguientes, dado que en un lugar donde la media anual se sitúa en unos 700 litros, apenas se han alcanzado los 500. Esta carestía ha coincidido con la sequía que registra a nivel global el conjunto de la provincia, donde 2005, sin ir más lejos, fue el año más seco de la historia con 156 litros.
El problema de la albufera, según los expertos, es que la media anual de lluvias garantiza su subsistencia, pero no unas cifras inferiores. Además, de persistir la sequía hasta el verano, el agua podría secarse totalmente, y haría falta un nuevo episodio de precipitaciones abundantes para hacerla reaparecer.
La albufera de Gaianes es una zona húmeda que permaneció durante muchos años desaparecida, debido a que el manantial que la alimentaba fue canalizado para desecar las tierras. Sin embargo, las fuertes lluvias registradas en diciembre de 2004, unidas a la rotura de dicha conducción, propiciaron que el agua volviera a aflorar y que la albufera se convirtiera, de nuevo, en una realidad.
Desde aquel momento, el líquido elemento ha sido el protagonista del paisaje, hasta el punto que numerosas aves acuáticas han encontrado en el lago un enclave idóneo. El interés del lugar motivó, asimismo, el anuncio por parte del Ministerio de Fomento y de la Conselleria de Turismo, propietaria de los terrenos, de un proyecto de acondicionamiento de la albufera que sigue pendiente de ejecución. En concreto, estaba prevista la construcción de una pasarela y un observatorio de aves, y ya para más largo plazo, la rehabilitación de la masía ubicada junto al lago para transformarla en un aula de la naturaleza.
Sin embargo, la escasez de lluvias ha puesto en peligro el futuro de la albufera. El descenso de de las aguas es evidente, hasta el punto que el nivel se ha situado cerca de un metro por debajo de lo que es habitual y el diámetro de la zona inundada se ha reducido de forma más que sensible.
El climatólogo de la Universidad de Alicante, Enrique Moltó, explicaba que en el episodio de lluvias de diciembre de 2004 en que las aguas volvieron a aflorar se recogieron alrededor de 600 litros por metro cuadrado en apenas 15 días. Esta abundancia, sin embargo, contrasta con la escasez de precipitaciones de los dos años siguientes, dado que en un lugar donde la media anual se sitúa en unos 700 litros, apenas se han alcanzado los 500. Esta carestía ha coincidido con la sequía que registra a nivel global el conjunto de la provincia, donde 2005, sin ir más lejos, fue el año más seco de la historia con 156 litros.
El problema de la albufera, según los expertos, es que la media anual de lluvias garantiza su subsistencia, pero no unas cifras inferiores. Además, de persistir la sequía hasta el verano, el agua podría secarse totalmente, y haría falta un nuevo episodio de precipitaciones abundantes para hacerla reaparecer.