El primer temporal invernal llegará al tercio norte peninsular durante la próxima semana
Jue, 18/01/2007
Protección Civil no descarta la posibilidad de declarar el 'estado de calamidad'. Y es que, si no llueve en el próximo mes, «el nivel de todos los ríos de la península llegaría al mínimo histórico. Hay posibilidades de escasez de agua para las irrigaciones y el sistema de enfriamiento de las centrales eléctricas se vería afectado por apagones constantes», advirtió Bernardo de Barnardinis, experto de la Protección Civil.
Después de semanas de temperaturas anormalmente altas en toda Europa, que han hecho saltar todas las alarmas sobre las consecuencias del cambio climático, todo parece indicar que la próxima semana se producirá la llegada del primer temporal invernal de cierta intensidad a España. A partir del lunes, según los pronósticos del Instituto Nacional de Meteorología (INM), tendrá lugar la entrada de una corriente de vientos muy fríos del norte que, unido a la formación de una borrasca, desencadenará abundantes precipitaciones, muchas de ellas de nieve, en el tercio norte peninsular, y más débiles en el resto. En principio y a falta de que se confirmen estos pronósticos, esta situación se prolongará entre cuatro y cinco días.
Las anomalías meteorológicas que se están registrando en las tres primeras semanas del presente invierno, por tanto, con ausencia de precipitaciones y temperaturas máximas y mínimas varios grados por encima de lo habitual, y con una ausencia casi total de heladas, sufrirán variaciones desde el próximo lunes. Para ese día se espera la retirada hacia el Atlántico Norte del potente anticiclón que durante estas semanas ha dominado el clima en España y en gran parte de Europa, lo que permitirá la entrada por el norte de una corriente en chorro de aire mucho más frío y la formación de una borrasca en el Golfo de León. Todo ello dará lugar a precipitaciones y un acentuado descenso de las temperaturas.
La caída de los termómetros dejará nieve, según los pronósticos del Instituto Nacional de Meteorología, en las provincias de León, Palencia y Burgos, y lluvia en el resto del tercio norte. Con el paso de las horas, la borrasca se desplazará hacia el noreste y llevará consigo más precipitaciones en toda la mitad septentrional y más débiles en la mitad sur.
El meteorólogo y portavoz del INM, Ángel Rivera, considera que la probabilidad de que llegue esta borrasca es de «un 75%» y subraya sería una «buena noticia, sobre todo, para las reservas de agua de cara a la primavera» que representa la nieve de las montañas. Rivera prevé, no obstante, que sea en febrero cuando se produzcan los temporales más fuertes del invierno, ya que «tradicionalmente es un mes frío», aunque no duda en afirmar que «las temperaturas continuarán esa tendencia cálida» de diciembre y enero.
El Instituto reconoce además que en los últimos inviernos se viene cumpliendo como tendencia generalizada la llegada de las situaciones de frío más intenso y nevadas en la parte final de esta estación, como parece que ocurrirá este año.
Sequía extrema
Pero mientras llega el 'deseado' temporal, la ausencia de precipitaciones sigue provocando estragos. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, afirmó ayer en Logroño que la sequía, que cumple ahora su tercer año, «es la más grave que ha afectado nunca a España, y más particularmente en las cuencas del Júcar, del Segura, en la cabecera del Tajo y en el Ebro».
En este último caso, Narbona recordó que desde hace año y medio existe un decreto especial para medidas excepcionales que garantizan el abastecimiento en situaciones extremas y que la Confederación Hidrográfica del Ebro puede hacer uso de él en cualquier momento.
Estas declaraciones coinciden prácticamente en el tiempo con la publicación de los últimos datos de la reserva de agua en España, que ha caído por cuarta semana consecutiva hasta situarse en el 54,9% de su capacidad total. En la actualidad hay 29.735 hectómetros cúbicos de agua embalsada, lo que representa una disminución de aproximadamente 91 hectómetros con respecto a los niveles que se habían contabilizado hace sólo siete días.
Las mayores subidas se han producido en la cuenca del Tajo con 31 hectómetros cúbicos, mientras que la cuenca del Duero ha sufrido una disminución de nada menos que 88 hm3. Por su parte, los embalses de las cuencas del Segura y Júcar están al 12,6 y 14,6% de su capacidad total, respectivamente. En el caso opuesto se encuentran los pantanos del sur de Galicia y norte de León (77,5%) y la costa de Galicia con el 73,1%.
Después de semanas de temperaturas anormalmente altas en toda Europa, que han hecho saltar todas las alarmas sobre las consecuencias del cambio climático, todo parece indicar que la próxima semana se producirá la llegada del primer temporal invernal de cierta intensidad a España. A partir del lunes, según los pronósticos del Instituto Nacional de Meteorología (INM), tendrá lugar la entrada de una corriente de vientos muy fríos del norte que, unido a la formación de una borrasca, desencadenará abundantes precipitaciones, muchas de ellas de nieve, en el tercio norte peninsular, y más débiles en el resto. En principio y a falta de que se confirmen estos pronósticos, esta situación se prolongará entre cuatro y cinco días.
Las anomalías meteorológicas que se están registrando en las tres primeras semanas del presente invierno, por tanto, con ausencia de precipitaciones y temperaturas máximas y mínimas varios grados por encima de lo habitual, y con una ausencia casi total de heladas, sufrirán variaciones desde el próximo lunes. Para ese día se espera la retirada hacia el Atlántico Norte del potente anticiclón que durante estas semanas ha dominado el clima en España y en gran parte de Europa, lo que permitirá la entrada por el norte de una corriente en chorro de aire mucho más frío y la formación de una borrasca en el Golfo de León. Todo ello dará lugar a precipitaciones y un acentuado descenso de las temperaturas.
La caída de los termómetros dejará nieve, según los pronósticos del Instituto Nacional de Meteorología, en las provincias de León, Palencia y Burgos, y lluvia en el resto del tercio norte. Con el paso de las horas, la borrasca se desplazará hacia el noreste y llevará consigo más precipitaciones en toda la mitad septentrional y más débiles en la mitad sur.
El meteorólogo y portavoz del INM, Ángel Rivera, considera que la probabilidad de que llegue esta borrasca es de «un 75%» y subraya sería una «buena noticia, sobre todo, para las reservas de agua de cara a la primavera» que representa la nieve de las montañas. Rivera prevé, no obstante, que sea en febrero cuando se produzcan los temporales más fuertes del invierno, ya que «tradicionalmente es un mes frío», aunque no duda en afirmar que «las temperaturas continuarán esa tendencia cálida» de diciembre y enero.
El Instituto reconoce además que en los últimos inviernos se viene cumpliendo como tendencia generalizada la llegada de las situaciones de frío más intenso y nevadas en la parte final de esta estación, como parece que ocurrirá este año.
Sequía extrema
Pero mientras llega el 'deseado' temporal, la ausencia de precipitaciones sigue provocando estragos. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, afirmó ayer en Logroño que la sequía, que cumple ahora su tercer año, «es la más grave que ha afectado nunca a España, y más particularmente en las cuencas del Júcar, del Segura, en la cabecera del Tajo y en el Ebro».
En este último caso, Narbona recordó que desde hace año y medio existe un decreto especial para medidas excepcionales que garantizan el abastecimiento en situaciones extremas y que la Confederación Hidrográfica del Ebro puede hacer uso de él en cualquier momento.
Estas declaraciones coinciden prácticamente en el tiempo con la publicación de los últimos datos de la reserva de agua en España, que ha caído por cuarta semana consecutiva hasta situarse en el 54,9% de su capacidad total. En la actualidad hay 29.735 hectómetros cúbicos de agua embalsada, lo que representa una disminución de aproximadamente 91 hectómetros con respecto a los niveles que se habían contabilizado hace sólo siete días.
Las mayores subidas se han producido en la cuenca del Tajo con 31 hectómetros cúbicos, mientras que la cuenca del Duero ha sufrido una disminución de nada menos que 88 hm3. Por su parte, los embalses de las cuencas del Segura y Júcar están al 12,6 y 14,6% de su capacidad total, respectivamente. En el caso opuesto se encuentran los pantanos del sur de Galicia y norte de León (77,5%) y la costa de Galicia con el 73,1%.