ONU alerta es esencial fortalecer la gobernabilidad del agua a más alto nivel

Mié, 13/12/2006

EFE

En cuestiones de gestión hidráulica, Naciones Unidas lanza un mensaje claro y básico: es esencial fortalecer la gobernabilidad del agua con autoridades estatales al más alto nivel, y hay que solucionar esta carencia que se da tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo.
Así se contiene en el segundo informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hidráulicos, "El Agua, una responsabilidad compartida", que ha sido traducido al castellano gracias a la aportación de Expo Zaragoza 2008 y hoy fue presentado en la capital aragonesa en unas jornadas en las que participan más de noventa expertos y autoridades de una veintena de países.
El coordinador adjunto del informe, Carlos Fernández-Jaúregui, insistió antes de la presentación en que el documento -en cuya elaboración han participado las veinticuatro agencias de la ONU para dar una visión global y no contradictoria- trata básicamente el asunto de la gobernabilidad del agua desde cinco perspectivas.
Son la ausencia de una autoridad al más alto nivel, la carencia de una legislación moderna que incluya la participación de la comunidad en la toma de decisiones, que no haya recursos humanos, y tampoco financieros, y que no se disponga de información confiada.
Estas carencias no son exclusivas de países menos desarrollados, dijo, y recordó que, por ejemplo, Estados Unidos no tiene una autoridad de aguas y el caso del huracán Katrina "es el mejor ejemplo de cómo no se debe hacer un tema vinculado a la gestión de los recursos hídricos".
El proceso de gobernabilidad del agua en España se está haciendo, reconoció, a través de las autonomías, pero echó en falta la creación de una Agencia Estatal, "al más alto nivel", insistió.
En este sentido, aunque alabó que en su época, a principios del siglo XX, las confederaciones hidrográficas españolas fueron "una gran, gran iniciativa", lamentablemente después "no se actualizaron" para dar respuesta a las necesidades y requerimientos actuales de la gestión del recurso y no se abrieron lo suficiente a la participación de la comunidad.
Además, defendió por encima de cualquier "circunstancia o división política" la unidad de cuenca, que debe guiar en todos los casos la gestión de las aguas.
También asistió a la presentación el subsecretario de las Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales, José Antonio Ocampo, quien hizo hincapié en que el informe bucea, primero, en las maneras de conseguir avances en el acceso de toda la población mundial a agua limpia y potable y, después, en cómo garantizar el uso sostenible del agua y, por lo tanto, el desarrollo de las instituciones que permitan que todos los actores se involucren en las decisiones.
Apuntó que el acceso al agua es prioritario, al ser su carencia una expresión de la pobreza pero al afectar, también, a áreas muy sensibles, como la mortalidad infantil, y en esta línea países como España, que es "un ejemplo notorio" de buen manejo de los recursos ante la escasez de agua, "puede servir de asistencia técnica" en otros países del mundo.
En función de los Objetivos del Milenio, la ONU se ha propuesto reducir a la mitad, hasta 2015, la población sin acceso al agua, que se cifra en 1.200 millones de personas, y en 2.000 millones quienes no disponen de saneamiento básico, área esta última donde más lentamente se avanza no sólo por problemas financieros, sino también culturales, dado que en determinadas sociedades no hay tradición del uso de letrinas.
En su intervención en las jornadas, Ocampo dijo que la ONU ha instado "seriamente" a los países a que preparen planes de manejo integral del ciclo del agua porque sin ellos será "difícil" cumplir los Objetivos del Milenio.
El informe se divide en cinco secciones: Contextos cambiantes, Sistemas naturales cambiantes, Retos para el bienestar humano y el desarrollo, Administración y soluciones de gestión y Compartir responsabilidades, y está prologado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan