El proyecto de colectores para mejorar el río, finalista de un premio mundial
Jue, 07/12/2006
El plan de mejora de la calidad de aguas del río Manzanares puede recibir hoy un premio internacional, el World Leadership Awards, dentro de la categoría de «proyectos de servicio público». Esta distinción se falla hoy en Londres, y Madrid competirá con un proyecto de Alburquerque (Estados Unidos).
Hoy se conocerá cuál de los dos proyectos se alza con el galardón. Madrid se presenta con el plan para la mejora de las aguas del río Manzanares, una iniciativa del área de Medio Ambiente que dirige la concejal Paz González, que ayer viajó a Londres para presentarlo ante los jueces del World Leadership Awards.
Este programa, que en la actualidad se desarrolla en la ciudad, cuenta con un presupuesto de 500 millones de euros, de los que 26,4 son aportados por la Unión Europea a través de los Fondos de Cohesión.
El caudal del río Manzanares es escaso, y por ello mismo resulta vulnerable ante el vertido directo de aguas de lluvia sin tratar. Para solucionar este problema, el Ayuntamiento ha puesto en marcha este plan de mejora de la calidad de las aguas del río, que garantiza que todas las aguas residuales y pluviales de Madrid estarán controladas, incluso en épocas de grandes lluvias -que hasta ahora podían «colapsar» los colectores y llegar a verter el sobrante directamente al río, mezclado con aguas sin depurar.
Calculan los responsables municipales que, cuando finalice, permitirá reducir un 98,5 por ciento el número de vertidos sin tratar, y un 99,8 por ciento la cantidad de contaminantes vertidos al río. ¿Cómo? Por un lado, se cambiarán 30 aliviaderos, de manera que las aguas de lluvia no vayan directamente al río sino que se envíen a las plantas de tratamiento o, en caso de lluvias muy copiosas, a los estanques de tormenta que se construyen con este fin. De ahí pasarían a las plantas depuradoras.
El plan incluye la construcción de 34 nuevos kilómetros de colectores -paralelos al cauce del río a todo lo largo del término municipal de Madrid-, y de 28 estanques de tormentas, que servirán para almacenar el agua de lluvia antes de que llegue al río.
Enormes estanques
De entre ellos, hay dos de excepcionales dimensiones: el de Arroyo Fresno y el de Butarque, los más grandes del mundo. Son enormes depósitos rectangulares, el primero bajo el Club de Campo y el segundo junto a la depuradora del mismo nombre, capaces de recoger el agua de «la mayor lluvia que se registre en los próximos 500 años», explicaron fuentes del área de Medio Ambiente: hasta 400.000 metros cúbicos de agua podría albergar sin que ni una gota se fuera a la red de canalizaciones, con el riesgo de rebosar y acabar en el río.
Del total de estanques de tormenta, tres tendrán capacidad para albergar más de un millón de metros cúbicos de agua, equivalentes a tres estadios Santiago Bernabéu llenos del líquido elemento.
Respecto a los colectores, tienen siete metros de diámetro, y por ellos podrían circular hasta 100 metros cúbicos por segundo de agua.
Sobre por qué se deben tratar todas las aguas que caen sobre la ciudad antes de derivarlas al cauce del río Manzanares, la explicación técnica es ésta: la lluvia se incorpora a la red de colectores a través de los aliviaderos de las calles, y no llega limpia: sobre todo tras periodos de sequía, esa agua llega con mucho arrastre de contaminantes, entre otros todos los que quedan sobre el asfalto.
Para evitar que el agua pase sin tratamiento al Manzanares, se recoge en los colectores que recorren los márgenes del río , y una vez tratadas en las depuradoras, se vierten al río.
Hoy se conocerá cuál de los dos proyectos se alza con el galardón. Madrid se presenta con el plan para la mejora de las aguas del río Manzanares, una iniciativa del área de Medio Ambiente que dirige la concejal Paz González, que ayer viajó a Londres para presentarlo ante los jueces del World Leadership Awards.
Este programa, que en la actualidad se desarrolla en la ciudad, cuenta con un presupuesto de 500 millones de euros, de los que 26,4 son aportados por la Unión Europea a través de los Fondos de Cohesión.
El caudal del río Manzanares es escaso, y por ello mismo resulta vulnerable ante el vertido directo de aguas de lluvia sin tratar. Para solucionar este problema, el Ayuntamiento ha puesto en marcha este plan de mejora de la calidad de las aguas del río, que garantiza que todas las aguas residuales y pluviales de Madrid estarán controladas, incluso en épocas de grandes lluvias -que hasta ahora podían «colapsar» los colectores y llegar a verter el sobrante directamente al río, mezclado con aguas sin depurar.
Calculan los responsables municipales que, cuando finalice, permitirá reducir un 98,5 por ciento el número de vertidos sin tratar, y un 99,8 por ciento la cantidad de contaminantes vertidos al río. ¿Cómo? Por un lado, se cambiarán 30 aliviaderos, de manera que las aguas de lluvia no vayan directamente al río sino que se envíen a las plantas de tratamiento o, en caso de lluvias muy copiosas, a los estanques de tormenta que se construyen con este fin. De ahí pasarían a las plantas depuradoras.
El plan incluye la construcción de 34 nuevos kilómetros de colectores -paralelos al cauce del río a todo lo largo del término municipal de Madrid-, y de 28 estanques de tormentas, que servirán para almacenar el agua de lluvia antes de que llegue al río.
Enormes estanques
De entre ellos, hay dos de excepcionales dimensiones: el de Arroyo Fresno y el de Butarque, los más grandes del mundo. Son enormes depósitos rectangulares, el primero bajo el Club de Campo y el segundo junto a la depuradora del mismo nombre, capaces de recoger el agua de «la mayor lluvia que se registre en los próximos 500 años», explicaron fuentes del área de Medio Ambiente: hasta 400.000 metros cúbicos de agua podría albergar sin que ni una gota se fuera a la red de canalizaciones, con el riesgo de rebosar y acabar en el río.
Del total de estanques de tormenta, tres tendrán capacidad para albergar más de un millón de metros cúbicos de agua, equivalentes a tres estadios Santiago Bernabéu llenos del líquido elemento.
Respecto a los colectores, tienen siete metros de diámetro, y por ellos podrían circular hasta 100 metros cúbicos por segundo de agua.
Sobre por qué se deben tratar todas las aguas que caen sobre la ciudad antes de derivarlas al cauce del río Manzanares, la explicación técnica es ésta: la lluvia se incorpora a la red de colectores a través de los aliviaderos de las calles, y no llega limpia: sobre todo tras periodos de sequía, esa agua llega con mucho arrastre de contaminantes, entre otros todos los que quedan sobre el asfalto.
Para evitar que el agua pase sin tratamiento al Manzanares, se recoge en los colectores que recorren los márgenes del río , y una vez tratadas en las depuradoras, se vierten al río.