Las nuevas tecnologías permitirán ganar la batalla por el agua potable. En todos los continentes falta agua potable en estos momentos
Jue, 16/11/2006
En torno a 1.500 millones de personas en todo el mundo tiene en la actualidad problemas para acceder a fuentes de agua potable. En el año 2022, esta cifra podría dispararse hasta 4.000 millones, si antes no se comienzan a aplicar soluciones duraderas, sostenibles y responsables.
A pesar de este panorama, la batalla del agua no sólo no está perdida, sino que va camino de ganarse a medio plazo. Las nuevas tecnologías, una vez más, se convierten para ello en aliados que proporcionan alternativas valiosas, tanto a la hora de buscar mejoras en la reutilización de recursos ya existentes, como en la de lograr nuevos recursos. Una de estas nuevas vías es el proceso de desalación. Esta tecnología es una de las principales soluciones de futuro para paliar de manera racional y rentable la escasez de agua que afecta determinadas zonas de planeta.
ESCASO Y VALIOSO En síntesis, la desalación utiliza un recurso que existente en abundancia --el agua de mar salada-- para lograr un producto escaso y valioso, tanto en términos humanos como económicos: el agua potable. En este sentido, se trata de una tecnología que complementa y se suma a las existentes de reutilización de aguas.
Un tercio de la población africana no tiene acceso a agua potable. En nuestro país, vivimos cada verano las consecuencias de la falta de agua con restricciones aplicadas en ciudades como Murcia y Sevilla. Frente a este problema, ¿cuál es el papel de la tecnología? Una buena respuesta la tenemos en Oriente Medio. En algunos países de esa zona se optó por utilizar la opción para solucionar la crisis del agua: la desalinización. Se estima, según la Asociación Mundial de Desalinización, que hay cerca de 17.000 unidades de desalinización en el mundo. Pues bien, el 61% está en Oriente Medio. Pero a pesar de que los árabes están en la cabeza de esta carrera por la búsqueda de nuevos recursos, tendrán que invertir mucho más para paliar su escasez.
En África, unos 300 millones de personas actualmente no tienen acceso al agua y saneamiento. Allí es ejemplar el caso de la república de Cabo Verde, donde se han construido decenas de plantas desalinizadoras que palian la escasez de agua. Pero a pesar del desarrollo de esta antigua colonia portuguesa, el resto del continente no respira tan desahogadamente y otros países ya han apostado por poner en marcha la desalazación.
En Europa, además de España, Italia, Grecia, Turquía y Chipre utilizan esta técnica. En Sudamérica, la situación del agua es similar al resto de continentes. Por ejemplo, en México, según la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México, un total de 11 millones de personas no tienen acceso al agua potable.
Australia, que ha impuesto importantes restricciones tanto al consumo humano como al uso por parte del sector industrial, con el fin de reducir el mal uso de los recursos hídricos, lanzó un ambicioso plan que pretende reutilizar hasta un tercio del agua residual para 2015. Además, desde hace varios años ya hay desalinizadoras en marcha en Japón y Kazakhstan. En Estados Unidos, la desalación se centra en los estados de California, Tejas y Florida. No hay duda de que la desalación se ha convertido en una cuestión prioritaria en todo el mundo. Se ha optado por esta vía como solución a la falta de agua potable, pero, ¿qué hacemos en España?
La cantidad total de desaladoras funcionando en España es superior a 900, de las cuales más de 100 son desaladoras de agua de mar. (Se desala tanto el agua de mar como la salobre, que es el agua que es más salada que la dulce pero que no llega al nivel de la del mar). El gobierno español, a través del Programa AGUA, Actuaciones para la Gestión y la Utilización del Agua, se ha comprometido a impulsar una política del agua que garantice más eficiencia y sobre todo, más sostenibilidad, aprovechando las mejores tecnologías disponibles, entre ellas las desaladoras, que se ha impuesto como una alternativa viable técnica, económica y medioambientalmente. En la actualidad las comunidades canaria y balear están a la cabeza en el uso de las desaladoras para corregir la falta de agua potable.
Israel tiene la mayor desaladora del Mundo. Ashkelton es una ciudad israelí, y allí tienen la mayor planta desaladora del planeta. Está diseñada para producir 330.000 metros cúbicos de agua al día. Es una cifra que puede parecer alta o baja según se mire, pero lo cierto es que con esta cantidad de agua se puede atender a una población de 1.400.000 habitantes.
A pesar de este panorama, la batalla del agua no sólo no está perdida, sino que va camino de ganarse a medio plazo. Las nuevas tecnologías, una vez más, se convierten para ello en aliados que proporcionan alternativas valiosas, tanto a la hora de buscar mejoras en la reutilización de recursos ya existentes, como en la de lograr nuevos recursos. Una de estas nuevas vías es el proceso de desalación. Esta tecnología es una de las principales soluciones de futuro para paliar de manera racional y rentable la escasez de agua que afecta determinadas zonas de planeta.
ESCASO Y VALIOSO En síntesis, la desalación utiliza un recurso que existente en abundancia --el agua de mar salada-- para lograr un producto escaso y valioso, tanto en términos humanos como económicos: el agua potable. En este sentido, se trata de una tecnología que complementa y se suma a las existentes de reutilización de aguas.
Un tercio de la población africana no tiene acceso a agua potable. En nuestro país, vivimos cada verano las consecuencias de la falta de agua con restricciones aplicadas en ciudades como Murcia y Sevilla. Frente a este problema, ¿cuál es el papel de la tecnología? Una buena respuesta la tenemos en Oriente Medio. En algunos países de esa zona se optó por utilizar la opción para solucionar la crisis del agua: la desalinización. Se estima, según la Asociación Mundial de Desalinización, que hay cerca de 17.000 unidades de desalinización en el mundo. Pues bien, el 61% está en Oriente Medio. Pero a pesar de que los árabes están en la cabeza de esta carrera por la búsqueda de nuevos recursos, tendrán que invertir mucho más para paliar su escasez.
En África, unos 300 millones de personas actualmente no tienen acceso al agua y saneamiento. Allí es ejemplar el caso de la república de Cabo Verde, donde se han construido decenas de plantas desalinizadoras que palian la escasez de agua. Pero a pesar del desarrollo de esta antigua colonia portuguesa, el resto del continente no respira tan desahogadamente y otros países ya han apostado por poner en marcha la desalazación.
En Europa, además de España, Italia, Grecia, Turquía y Chipre utilizan esta técnica. En Sudamérica, la situación del agua es similar al resto de continentes. Por ejemplo, en México, según la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México, un total de 11 millones de personas no tienen acceso al agua potable.
Australia, que ha impuesto importantes restricciones tanto al consumo humano como al uso por parte del sector industrial, con el fin de reducir el mal uso de los recursos hídricos, lanzó un ambicioso plan que pretende reutilizar hasta un tercio del agua residual para 2015. Además, desde hace varios años ya hay desalinizadoras en marcha en Japón y Kazakhstan. En Estados Unidos, la desalación se centra en los estados de California, Tejas y Florida. No hay duda de que la desalación se ha convertido en una cuestión prioritaria en todo el mundo. Se ha optado por esta vía como solución a la falta de agua potable, pero, ¿qué hacemos en España?
La cantidad total de desaladoras funcionando en España es superior a 900, de las cuales más de 100 son desaladoras de agua de mar. (Se desala tanto el agua de mar como la salobre, que es el agua que es más salada que la dulce pero que no llega al nivel de la del mar). El gobierno español, a través del Programa AGUA, Actuaciones para la Gestión y la Utilización del Agua, se ha comprometido a impulsar una política del agua que garantice más eficiencia y sobre todo, más sostenibilidad, aprovechando las mejores tecnologías disponibles, entre ellas las desaladoras, que se ha impuesto como una alternativa viable técnica, económica y medioambientalmente. En la actualidad las comunidades canaria y balear están a la cabeza en el uso de las desaladoras para corregir la falta de agua potable.
Israel tiene la mayor desaladora del Mundo. Ashkelton es una ciudad israelí, y allí tienen la mayor planta desaladora del planeta. Está diseñada para producir 330.000 metros cúbicos de agua al día. Es una cifra que puede parecer alta o baja según se mire, pero lo cierto es que con esta cantidad de agua se puede atender a una población de 1.400.000 habitantes.