La Universidad de La Laguna estudia cómo reducir la velocidad del agua en los barrancos.
Mar, 14/11/2006
Las intervenciones en los tramos de los barrancos que atraviesan las zonas urbanizadas, previstas en el Plan de Defensa frente a las Avenidas del Consejo Insular de Aguas de Tenerife para amortiguar los efectos de las riadas, requieren de proyectos singulares. La Universidad de La Laguna cuenta con un laboratorio de ingeniería hidráulica e hidrología, único en Canarias, que estudia modelos físicos a escala reducida para conocer sobre el terreno la viabilidad de estos proyectos antes de su instalación.
Las condiciones topográficas y del clima y la mayor o menor ocupación urbana de espacios que antaño fueron las vías naturales de drenaje de las aguas de lluvia imponen condiciones a las obras que son difíciles de resolver. Esta fue la causa de que en noviembre de 2005 el rector de La Laguna, Ángel Gutiérrez, y el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, firmaran un convenio titulado "Estudio de distintas alternativas de disipadores de energía para la reducción de la velocidad en los encauzamientos de barrancos".
La investigación, que ha contado con la participación de los ingenieros del Consejo Insular de Aguas de Tenerife Lorenzo García, Javier Fernández y Javier González, ha sido desarrollada en el laboratorio de ingeniería hidráulica e hidrología del Departamento de Física Básica, bajo la dirección del profesor e ingeniero de caminos, canales y puertos Juan González, y los alumnos de último curso de la titulación de ingeniero técnico de obras públicas, especialidad de hidrología, Adrián Tejera y Miguel Argany.
Ha quedado patente que los procedimientos de cálculo actuales, aún aquellos que se apoyan en modelos matemáticos programados para ordenadores, no pueden resolver todos los aspectos del diseño hidráulico de las obras de canalización y que es necesario desarrollar, en la práctica del territorio, la investigación de los proyectos de las obras singulares en modelos físicos a escala reducida.
Esto significaría una contribución al mejor tamaño de las obras, a una más clara comprensión de las fortalezas y de las debilidades de los proyectos y a generalizar las primeras y superar las segundas.
El trabajo de investigación ha consistido en el estudio experimental de quince modelos físicos a escala reducida, diez más que los previstos en el convenio. Los principales resultados han sido la evaluación de tres de las tipologías de obras de canalización de barrancos más frecuentes en Tenerife: cadena de azudes, canales con rugosidades artificiales y canales escalonados sin y con dispositivos de disipación de energía, y la elaboración de un conjunto de recomendaciones prácticas para su aplicación en nuevos proyectos de canalizaciones de barrancos.
Los resultados de la investigación, que fueron expuestos el pasado mes de octubre en reunión técnica desarrollada en la sede del Consejo Insular de Aguas de Tenerife, ratifican que el laboratorio de hidráulica e hidrología de la Universidad de La Laguna representa, actualmente, la posibilidad para completar por primera vez el desarrollo sistemático de estos trabajos en la región.
La presencia de este tipo de laboratorio en Canarias permite que los proyectos de las obras hidráulicas insulares que, por su escala relativa, no se remiten a centros especializados, tengan también la posibilidad de estudiarse en modelos físicos y que, si lo requieren, se mejoren antes de redactarse de forma definitiva. Ello conlleva la garantía de un funcionamiento adecuado y evita los posibles y siempre costosos trabajos de rectificación posteriores a la puesta en funcionamiento de las obras.
Además, es posible estudiar los proyectos en un entorno que, por ser más accesible, favorece las posibilidades de interacción entre los proyectistas y los investigadores en el transcurso de los experimentos, reduce los costos de las investigaciones y contribuye al desarrollo de las capacidades de la región.
Las condiciones topográficas y del clima y la mayor o menor ocupación urbana de espacios que antaño fueron las vías naturales de drenaje de las aguas de lluvia imponen condiciones a las obras que son difíciles de resolver. Esta fue la causa de que en noviembre de 2005 el rector de La Laguna, Ángel Gutiérrez, y el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, firmaran un convenio titulado "Estudio de distintas alternativas de disipadores de energía para la reducción de la velocidad en los encauzamientos de barrancos".
La investigación, que ha contado con la participación de los ingenieros del Consejo Insular de Aguas de Tenerife Lorenzo García, Javier Fernández y Javier González, ha sido desarrollada en el laboratorio de ingeniería hidráulica e hidrología del Departamento de Física Básica, bajo la dirección del profesor e ingeniero de caminos, canales y puertos Juan González, y los alumnos de último curso de la titulación de ingeniero técnico de obras públicas, especialidad de hidrología, Adrián Tejera y Miguel Argany.
Ha quedado patente que los procedimientos de cálculo actuales, aún aquellos que se apoyan en modelos matemáticos programados para ordenadores, no pueden resolver todos los aspectos del diseño hidráulico de las obras de canalización y que es necesario desarrollar, en la práctica del territorio, la investigación de los proyectos de las obras singulares en modelos físicos a escala reducida.
Esto significaría una contribución al mejor tamaño de las obras, a una más clara comprensión de las fortalezas y de las debilidades de los proyectos y a generalizar las primeras y superar las segundas.
El trabajo de investigación ha consistido en el estudio experimental de quince modelos físicos a escala reducida, diez más que los previstos en el convenio. Los principales resultados han sido la evaluación de tres de las tipologías de obras de canalización de barrancos más frecuentes en Tenerife: cadena de azudes, canales con rugosidades artificiales y canales escalonados sin y con dispositivos de disipación de energía, y la elaboración de un conjunto de recomendaciones prácticas para su aplicación en nuevos proyectos de canalizaciones de barrancos.
Los resultados de la investigación, que fueron expuestos el pasado mes de octubre en reunión técnica desarrollada en la sede del Consejo Insular de Aguas de Tenerife, ratifican que el laboratorio de hidráulica e hidrología de la Universidad de La Laguna representa, actualmente, la posibilidad para completar por primera vez el desarrollo sistemático de estos trabajos en la región.
La presencia de este tipo de laboratorio en Canarias permite que los proyectos de las obras hidráulicas insulares que, por su escala relativa, no se remiten a centros especializados, tengan también la posibilidad de estudiarse en modelos físicos y que, si lo requieren, se mejoren antes de redactarse de forma definitiva. Ello conlleva la garantía de un funcionamiento adecuado y evita los posibles y siempre costosos trabajos de rectificación posteriores a la puesta en funcionamiento de las obras.
Además, es posible estudiar los proyectos en un entorno que, por ser más accesible, favorece las posibilidades de interacción entre los proyectistas y los investigadores en el transcurso de los experimentos, reduce los costos de las investigaciones y contribuye al desarrollo de las capacidades de la región.