Xunta de Galicia espera acabar antes de final de año las actuaciones más urgentes en los montes afectados por las riadas.
Vie, 03/11/2006
La Consellería de Medio Rural espera finalizar las obras "más urgentes" de recuperación de los montes afectados por los incendios y posteriormente por las riadas antes de que finalice el año, según confirmó hoy el director xeral de Montes e Industrias Forestais, Alberte Blanco.
Durante una visita realizada a los montes de Oia (Pontevedra), Blanco explicó que las actuaciones de la Consellería se centrarán en la recuperación de los cauces, las tajeas y la reforestación de las zonas arrasadas por el fuego y por las riadas. Un trabajo que, advirtió, "no se puede hacer en dos días", aunque señaló que Medio Rural espera poder terminar con las actuaciones más urgentes antes de final de año.
En ese sentido, Blanco señaló que tras las lluvias torrenciales hay unas 5.000 hectáreas en Galicia que están en situación de "máximo riesgo", de las que ya se ha actuado en 300. Asimismo, recalcó que Medio Rural trabajará en colaboración con las comunidades de montes y las asociaciones de ganaderos, de hecho, se espera firmar convenios para facilitarles maquinaria, regular las zonas de pastoreo libre y prolongar los convenios con las brigadas, entre otras medidas.
En cuanto a las actuaciones que se están desarrollando en los montes, Alberte Blanco manifestó que se trabajará sobre los cauces, donde se plantará vegetación de ribera, se reconstruirán las tajeas con un diámetro suficiente para que puedan bajar el agua e incluso algunas piedras, y evitar que se formen pequeños embalses que, al desbordarse, provoquen las riadas.
CAUSAS
Sobre las causas de dichas riadas, el responsable de Montes de la Xunta insistió en la teoría de la gran concentración de intensas precipitaciones en poco tiempo, aunque reconoció que "los incendios no ayudan", al destruir la vegetación que podría "amortiguar el agua". Asimismo, criticó la política forestal llevada a cabo por anteriores Gobiernos autonómicos, que "no tuvo en cuenta caídas y escorrentías".
Así, Alberte Blanco admitió que la situación causada por la lluvias, que originó desprendimientos, desaparición de cauces y riachuelos, y otros daños, es "muy grave". De todas formas recalcó que, dado que no había una actuación previa adecuada, aunque se hubieran tomado medidas tras los incendios, y dado el escaso margen de tiempo, "no habrían dado resultado".
Durante una visita realizada a los montes de Oia (Pontevedra), Blanco explicó que las actuaciones de la Consellería se centrarán en la recuperación de los cauces, las tajeas y la reforestación de las zonas arrasadas por el fuego y por las riadas. Un trabajo que, advirtió, "no se puede hacer en dos días", aunque señaló que Medio Rural espera poder terminar con las actuaciones más urgentes antes de final de año.
En ese sentido, Blanco señaló que tras las lluvias torrenciales hay unas 5.000 hectáreas en Galicia que están en situación de "máximo riesgo", de las que ya se ha actuado en 300. Asimismo, recalcó que Medio Rural trabajará en colaboración con las comunidades de montes y las asociaciones de ganaderos, de hecho, se espera firmar convenios para facilitarles maquinaria, regular las zonas de pastoreo libre y prolongar los convenios con las brigadas, entre otras medidas.
En cuanto a las actuaciones que se están desarrollando en los montes, Alberte Blanco manifestó que se trabajará sobre los cauces, donde se plantará vegetación de ribera, se reconstruirán las tajeas con un diámetro suficiente para que puedan bajar el agua e incluso algunas piedras, y evitar que se formen pequeños embalses que, al desbordarse, provoquen las riadas.
CAUSAS
Sobre las causas de dichas riadas, el responsable de Montes de la Xunta insistió en la teoría de la gran concentración de intensas precipitaciones en poco tiempo, aunque reconoció que "los incendios no ayudan", al destruir la vegetación que podría "amortiguar el agua". Asimismo, criticó la política forestal llevada a cabo por anteriores Gobiernos autonómicos, que "no tuvo en cuenta caídas y escorrentías".
Así, Alberte Blanco admitió que la situación causada por la lluvias, que originó desprendimientos, desaparición de cauces y riachuelos, y otros daños, es "muy grave". De todas formas recalcó que, dado que no había una actuación previa adecuada, aunque se hubieran tomado medidas tras los incendios, y dado el escaso margen de tiempo, "no habrían dado resultado".