Alcaldes de la Ribera temen que la degradación del Júcar origine problemas de salud pública.
Mié, 01/11/2006
Los alcaldes socialistas de la Ribera Baixa temen que la degradación que sufre el Júcar termine convirtiéndose en un problema de salud pública. La comisión creada por los alcaldes para llevar a cabo un seguimiento de la situación del río se reunió el sábado. En dicho encuentro, las autoridades municipales de Sueca, Albalat de la Ribera, Riola, Polinyà, Fortaleny y Benicull mostraron su preocupación por el mal olor que desprende el río y que se ha hecho insoportable en los municipios más próximos al mismo, tal como ya informó este periódico.
El olor a podrido que emana del río «no es casualidad» si no que obedece al estado de «putrefacción» del cauce, según apuntó el alcalde de Albalat, Joan Baptiste Ferrando. Como portavoz de la comisión de seguimiento, Ferrando señaló que los alcaldes se van a mantener vigilantes ya que opinan que «si esto continúa así se puede producir un problema de salud pública». Por ello, los ediles solicitarán a la Confederación Hidrográfica del Júcar que «cuando pueda envíe más caudal ecológico al río». El propio Ferrando reconoció que «milagros no se pueden hacer», pero advirtió de que los alcaldes deben de reivindicar que se busquen soluciones. El primer edil avanzó que ya se han puesto en contacto con la confederación para informarle sobre el problema. Además, concretó que si en el plazo de unos ocho días no mejora la situación tienen previsto remitir un escrito a la Conselleria de Sanidad para trasladarle su preocupación ante la posibilidad de que el estado del río pueda generar un problema de salud pública.
Ferrando destacó que por el río no baja suficiente caudal y, en cambio, sí llegan al cauce todos los vertidos de aguas residuales de poblaciones que todavía no tienen depuradora. «El río es como una fosa», matizó.
Los alcaldes también solitican que la depuradora que se está construyendo en Carcaixent para tratar los vertidos de esta ciudad, así como los de Alzira, la Pobla Llarga y Villanueva de Castellón, se agilice para que pueda comenzar a funcionar lo antes posible. Las previsiones de la CHJ es que a finales de año o principios de 2007 se ponga en servicio la primera fase de la depuradora. La segunda, la que dará servicio a Alzira, no empezará a ser efectiva hasta el próximo mes de abril. Además, los alcaldes socialistas también reclaman celeridad en el plan de recuperación del río. «Sabemos que se quiere presentar pronto, pero que sea lo antes posible porque si en el mismo hay algo que sirva para reducir el olor que desprende el río que se ponga en marcha cuanto antes», dijo Ferrando.
La semana pasada los alcaldes de los municipios más próximos al último tramo del cauce ya advirtieron del olor pestilente que desprende el río y que en algunos momentos llega a ser insoportable en algunas poblaciones como Albalat, Riola o Polinyà de Júcar. Es una muestra más del estado de degradación del río, que se ha agravado a lo largo de los últimos meses debido a la extrema sequía.
El olor a podrido que emana del río «no es casualidad» si no que obedece al estado de «putrefacción» del cauce, según apuntó el alcalde de Albalat, Joan Baptiste Ferrando. Como portavoz de la comisión de seguimiento, Ferrando señaló que los alcaldes se van a mantener vigilantes ya que opinan que «si esto continúa así se puede producir un problema de salud pública». Por ello, los ediles solicitarán a la Confederación Hidrográfica del Júcar que «cuando pueda envíe más caudal ecológico al río». El propio Ferrando reconoció que «milagros no se pueden hacer», pero advirtió de que los alcaldes deben de reivindicar que se busquen soluciones. El primer edil avanzó que ya se han puesto en contacto con la confederación para informarle sobre el problema. Además, concretó que si en el plazo de unos ocho días no mejora la situación tienen previsto remitir un escrito a la Conselleria de Sanidad para trasladarle su preocupación ante la posibilidad de que el estado del río pueda generar un problema de salud pública.
Ferrando destacó que por el río no baja suficiente caudal y, en cambio, sí llegan al cauce todos los vertidos de aguas residuales de poblaciones que todavía no tienen depuradora. «El río es como una fosa», matizó.
Los alcaldes también solitican que la depuradora que se está construyendo en Carcaixent para tratar los vertidos de esta ciudad, así como los de Alzira, la Pobla Llarga y Villanueva de Castellón, se agilice para que pueda comenzar a funcionar lo antes posible. Las previsiones de la CHJ es que a finales de año o principios de 2007 se ponga en servicio la primera fase de la depuradora. La segunda, la que dará servicio a Alzira, no empezará a ser efectiva hasta el próximo mes de abril. Además, los alcaldes socialistas también reclaman celeridad en el plan de recuperación del río. «Sabemos que se quiere presentar pronto, pero que sea lo antes posible porque si en el mismo hay algo que sirva para reducir el olor que desprende el río que se ponga en marcha cuanto antes», dijo Ferrando.
La semana pasada los alcaldes de los municipios más próximos al último tramo del cauce ya advirtieron del olor pestilente que desprende el río y que en algunos momentos llega a ser insoportable en algunas poblaciones como Albalat, Riola o Polinyà de Júcar. Es una muestra más del estado de degradación del río, que se ha agravado a lo largo de los últimos meses debido a la extrema sequía.