La ruina del cambio climático

Mié, 01/11/2006

La Nueva España

El cambio climático le saldrá caro a la economía mundial. Expertos consultados por LA NUEVA ESPAÑA coincidieron con la tesis del informe realizado por el economista británico Nicolas Stern, en el que insta con urgencia a los gobiernos del mundo a alcanzar un gran pacto para reducir las emisiones que contribuyen al efecto invernadero. Lo novedoso, según los expertos del estudio de Stern, que presentó en Londres acompañado por el primer ministro Tony Blair, es que cuantifica la factura medioambiental. El resumen económico es el siguiente: si ahora aceptamos reducir en un 1 por ciento nuestra renta, evitaremos que dentro de unas décadas la economía de todo el planeta se reduzca un 20 por ciento a causa del cambio climático. Es decir, o se aplican soluciones inmediatas o el cambio climático provocará un «crack» económico.

José Alba Alonso, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, remitió a la Agencia Norteamericana de Medio Ambiente, «que hace años advierte de que existe una fuerte evidencia de que se está produciendo un cambio climático, y añade que lo produce la actividad humana». De ahí que, según el profesor, las aseveraciones realizadas por Stern no son novedosas. «La comunidad científica ya ha constatado que se está produciendo ese cambio y que cada vez es más evidente. Económicamente tiene un coste: hay que invertir en tecnología y reducir considerablemente las emisiones, no sólo de CO2 sino también de otros gases, o las generaciones futuras verán reducir sus rentas y bienestar para hacer frente a las consecuencias del cambio climático».

Carlos Lastra, profesor titular de biología de la Universidad de Oviedo, resumió las consecuencias del cambio climático: migraciones masivas de la población, se elevará el nivel del agua, sequías, desaparición de especies vetales y animales, aumento de catástrofes climáticas, como ciclones, inundaciones, huracanes, etcétera. «Es evidente que todo esto tiene una traducción económica elevadísima, mucho más que invertir ahora en tecnología para reducir las emisiones».

El proyecto «Efectos del cambio climático en España» (ECCE), elaborado en el marco del proyecto de investigación Prudence (financiado por la Unión Europea), recoge una evaluación preliminar de lo que ocurrirá en el futuro en España si no se toman medidas urgentes. Por ejemplo, algunos de los ecosistemas acuáticos continentales desaparecerán y en Doñana, el espacio más emblemático de la naturaleza nacional, se producirá una clara disminución de la biodiversidad. Se perderá diversidad vegetal y animal, los recursos hídricos disminuirán considerablemente hasta el punto de que con una simulación de aumento de temperatura en 2,5 grados centígrados y disminución de las precipitaciones en un 8 por ciento, en 2060 se producirá una reducción global de los recursos hídricos del 17 por ciento. El impacto más severo lo sufrirían las cuencas del Guadiana, Canarias, Segura, Júcar, Guadalquivir, el Sur y Baleares.

Los incendios forestales y la pérdida de fertilidad de los suelos de regadío aceleraría la desertificación, especialmente en la zona de clima mediterráneo seco y semiárido.

Además, disminuirá la reserva de agua en el suelo, la producción de madera, aumentarán las plagas y enfermedades forestales y de los cultivos. Aumentará el nivel del mar, se producirán deslizamientos y aludes en las principales cordilleras montañosas, como la Cantábrica, y la frecuencia, intensidad y magnitud de los incendios se incrementará.
Desde un punto de vista estrictamente económico, el mismo informe revela que aumentará la demanda eléctrica, sin poder recurrir a la energía hidráulica, y se incrementará la demanda del petróleo y del gas natural. También el turismo se verá afectado, porque la escasez de agua provocará problemas de funcionalidad o viabilidad económica de ciertos destinos, y la elevación del nivel del mar amenazaría destinos actuales, como la Manga del Mar Menor o el cabo de Gata, por poner algunos ejemplos. Y en cuanto a los efectos en el ser humano, se prevé un aumento de la mortalidad por las olas de calor, que serán más frecuentes, más intensas y de mayor duración.
«No se trata de ser catastrofistas, sino de ver hacia dónde caminamos», afirmó ayer Carlos Lastra. «Que sube la temperatura del agua en el Cantábrico es un hecho constatado. Y a esto se suma que la humanidad ya está en deuda con la Tierra, porque está consumiendo más recursos de los que el planeta puede asumir. ¿Quieren una visión economicista pura y dura? Si se gasta el sueldo antes de fin de mes, uno se endeuda. Los recursos que nos ofrece la Tierra son finitos y se agotan y va a ser más caro reparar que actuar ahora», explicó el profesor.

Lastra tuvo duras palabras para el Gobierno regional y las empresas asturianas, «que no asumen lo que está ocurriendo. Hasta Blair exige un acuerdo internacional para frenar los efectos del cambio climático, y aquí se protesta porque el Protocolo de Kioto nos resta competitividad».

Asturias triplica el promedio europeo de emisiones de gases de efecto invernadero, debido a su especialización en las industrias energéticas y el acero, entre otros, sectores desde los que se ha reclamado un aumento de emisiones. Y España en su conjunto va a incumplir sus compromisos con Kioto.

José Alba concluyó rotundo: «Si no pagamos hoy reduciendo nuestras rentas tendremos que destinar más de lo que vamos a ganar a intentar solucionar el problema, y no nosotros, sino nuestros hijos y nietos».