La lluvia arrastra hasta la costa gallega la ceniza de los incendios.
Lun, 16/10/2006
Una nueva 'marea negra' está alcanzado las costas de Galicia. Pero en esta ocasión no llega desde el mar, sino desde las laderas de los montes en las penínsulas formadas por las rías. Las secuelas del fuego que el verano asoló 90.000 hectáreas de monte han llegado en forma de cenizas y lodos hasta las cuencas fluviales, captaciones de agua para consumo doméstico y algunos arenales donde se cría el marisco. Aunque se habían tomado precauciones por parte de la Xunta, no parece haber resultado suficiente para detener la erosión provocada por las fuertes precipitaciones.
Las cenizas arrastradas por los ríos Pedras y Lérez, hasta su desembocadura en las inmediaciones de la playa de Os Raposiños, ponen en peligro la principal cosecha de marisco del año, la destinada al mercado de Navidad. Algunos daños ya se han producido, pero todo parece indicar que la rapidez con la que se llevaron a cabo los trabajos de limpieza permitirá mantener la producción en niveles aceptables.
Según la ministra de Pesca, Elena Espinosa, a pesar de la alarma, las precauciones adoptadas y los trabajos que se realizan permiten afirmar que la cosecha de marisco no se verá afectada de forma importante. La población ribereña se apresta a proteger sus cultivos marinos, impidiendo que una mezcla agua dulce, escorias, cenizas y restos de madera calcinada descienda de los montes al mar.
Las cenizas arrastradas por los ríos Pedras y Lérez, hasta su desembocadura en las inmediaciones de la playa de Os Raposiños, ponen en peligro la principal cosecha de marisco del año, la destinada al mercado de Navidad. Algunos daños ya se han producido, pero todo parece indicar que la rapidez con la que se llevaron a cabo los trabajos de limpieza permitirá mantener la producción en niveles aceptables.
Según la ministra de Pesca, Elena Espinosa, a pesar de la alarma, las precauciones adoptadas y los trabajos que se realizan permiten afirmar que la cosecha de marisco no se verá afectada de forma importante. La población ribereña se apresta a proteger sus cultivos marinos, impidiendo que una mezcla agua dulce, escorias, cenizas y restos de madera calcinada descienda de los montes al mar.