Las áreas marisqueras con deficiencias en depuración mermaron un 50% desde 2002

Dom, 24/09/2006

La Opinión. A Coruña

Las áreas marisqueras con deficiencias en depuración mermaron un 50% desde 2002
El sector que trabaja en los bancos afectados por residuos y aguas fecales no podrá vender molusco en lonja hasta que la Xunta solucione los problemas de saneamiento, según la nueva norma europea.



Las áreas de marisqueo de peor calidad, debido a deficiencias en la depuración y el saneamiento de las aguas, se redujeron en Galicia un 50% en cuatro años. El nuevo mapa de las rías gallegas que cataloga los bancos de producción marisquera por nivel de pureza en zonas A, B y C rebaja a la mitad la superficie acuática con mayor índice de residuos y vertidos. De los 80.981.463 metros cuadrados en los que se practica el marisqueo, 4.864.680 (un 6%) han sido definidos como zona C, frente al 12,75% (10.331.085 metros) de la distribución vigente desde julio de 2002.

La nueva clasificación de las zonas de producción de molusco bivalvo y otros invertebrados en las rías gallegas publicada el pasado día 13 en el Diario Oficial de Galicia ha sido elaborada por la Xunta, tras la entrada en vigor en enero de 2006 del reglamento comunitario (aprobado ya en 2004) que endurece los controles de la calidad de las aguas. Pese a que los muestreos han permitido que gran parte de las áreas consideradas de peor calidad en los últimos años pasen a la categoría B, la aplicación de la nueva normativa comunitaria ya ha tenido sus efectos en el sector marisquero gallego cuyas zonas de trabajo no están sometidas al nivel de depuración exigido desde Bruselas. Las cofradías que trabajan en la extracción de marisco en las llamadas zonas C -como Ferrol, Lourizán, Raxó, San Telmo, Viveiro, Baiona o Aldán- son las gran perjudicadas por las novedosas exigencias de la UE. Mariscadores ferrolanos y pontevedreses protagonizaron esta semana duras movilizaciones en protesta por la prohibición de vender su producto directamente en lonja, como hacían hasta ahora.

La anterior legislación sólo obligaba a depurar intensivamente el molusco extraído en aguas de baja calidad antes de ser comercializado. Esto es lo que ha cambiado y provocado la indignación de cientos de mariscadores de Galicia al no hallar vías que garanticen la salida de su producción de modo inmediato. La situación se debe a que las recientes normativas comunitarias 853/2004 y 854/2004 obligan a reinstalar durante meses en una zona B el marisco sacado de una zona C para que éste pueda llegar al mercado. Además del reparqueo, la opción que da Bruselas es su venta directa al sector conservero o a la industria de la transformación. A Bruselas ya no le basta con una depuración del producto hasta ahora fiable para lograr los parámetros de salubridad establecidos y esto obliga a los mariscadores que viven de las zonas C a cambiar por completo la estrategia de comercialización e incluso su modo de trabajar. El reparqueo no es fácil. Aunque la mayoría de las áreas C tienen al lado un área B a la que trasladar temporalmente la producción, este método es costoso y, según el sector, "poco viable por la cantidad de marisco que habría que replantar". Y tampoco la industria conservera garantiza a los pósitos la compra de los miles de kilos de berberecho y almeja que se crían en los bancos implicados.

La Consellería de Pesca es consciente de que "se ha creado un grave problema que habrá que ir solucionando pósito por pósito y, evidentemente, con un intenso trabajo de depuración de los puntos críticos", asignatura pendiente de la comunidad gallega desde hace años. "La mayor dificultad está en Ferrol porque la solución en materia de saneamiento no es fácil. Existen conversaciones entre las consellerías implicadas para acelerar lo máximo posible las obras para la depuración pero, aún así, llevará su tiempo. Hemos constituido una mesa de trabajo con el sector para buscar alternativas a este colectivo, alternativas para que puedan trabajar mientras no se solucionan los problemas medioambientales que las aguas de esta zona arrastran desde hace años", explicaron fuentes de la Consellería de Pesca. En los casos de Lourizán, Baiona o Aldán la Xunta confía en solucionar los problemas de vertidos y aguas fecales en menos tiempo, "al ser viables intervenciones en un periodo relativamente corto". Sólo cuando estos puntos críticos de la superficie marisquera gallega pasen el examen de la zona B los pósitos afectados podrán vender de nuevo en lonja. Para la Consellería de Pesca, que trabaja con Augas de Galicia para avanzar en infraestructuras que mejoren la calidad de las aguas de los puntos conflictivos, "el sector sabe que el problema ya existía en la anterior legislatura, en la que faltaron las inversiones en depuración y saneamiento por parte del Partido Popular". Por su parte, el anterior equipo de Gobierno de la Xunta ha criticado la "pésima gestión" del actual bipartito, crítica que el departamento que dirige Carmen Gallego se niega a asumir. "La normativa comunitaria que ahora sufrimos fue aprobada en 2004 y, por lo tanto, es el anterior Gobierno el que quizás no hizo todo lo que tenía que hacer cuando Bruselas elaboraba esta legislación", denunciaron fuentes de la actual Consellería de Pesca e Asuntos Marítimos, departamento que, al aterrizar en la Xunta, empezó a diseñar un nuevo mapa de las zonas en función de la calidad de las aguas "con el objetivo de reducir a la mínima expresión las zonas C, que son las que iban a tener problemas al entrar en vigor una normativa que ya estaba ratificada".

"Pesca y Sanidad, junto a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, negociamos con la Agencia Europea de Sanidad y Consumo para minimizar el impacto de las nuevas directrices comunitarias. Se planteó una posible moratoria del reglamento para retrasar su entrada en vigor y tener así más plazo para arreglar los problemas de saneamiento. Bruselas no aceptó el aplazamiento ni el sistema de depuración intensiva, al considerar que este método no garantiza la eliminación de los virus de aguas fecales. Entonces, trabajamos junto a los pósitos implicados, la Federación Galega de Confrarías y asociaciones como Areal y Agamar para delimitar las nuevas zonas C, multiplicando los puntos de muestreo. Así conseguimos reducir la superficie considerada de peor calidad de las rías", explicó Francisco Fernández Cortés, director xeral de Recursos Mariños, quien apuntó que la nueva norma sí permite ir incorporando las áreas críticas al mapa de zonas B "a medida que vayan pasando los controles".