La escasez de oxígeno en el agua prolonga la crisis del Umia

Dom, 17/09/2006

La Voz de Galicia

La Xunta achaca el suceso a la sequía y al operativo de lucha contra la mancha tóxica. El estancamiento del Umia, aguas arriba del vertido tóxico de Brenntag, ha causado la escasez de oxígeno en partes de su trazado y la aparición de peces muertos flotando en las zonas del curso superior que no se vieron afectadas por la mancha contaminante. Adega denunció que el pasado viernes se produjo una mortandad de peces en el paseo fluvial del centro urbano de Caldas de Reis por esta causa. Una portavoz de este colectivo afirmó haber visto decenas de truchas y escalos flotando sin vida en el agua. Aunque Adega afirmó habérselo comunicado a Medio Ambiente, la Policía Local señaló que no habían registrado ninguna queja vecinal por este asunto. Por su parte, fuentes de Medio Ambiente explicaron que la sequía ha provocado este mes la muerte de muchos peces en los ríos gallegos, por lo que en el caso del Umia, donde se han tenido que tomar medidas extremas para controlar la expansión del vertido tóxico de Brenntag, la mortandad denunciada no es algo fuera de lo normal. El cierre del embalse fue una decisión tomada por la Xunta ante la urgencia de evitar que la mancha contaminante alcanzase la ría de Arousa. Al reducir la velocidad del río, se pudo contener su avance y permitir la construcción de los diques y el tratamiento de la mancha en Baión. La medida salvó el cauce inferior del río y su desembocadura, pero está teniendo unas consecuencias que los ecologistas creen que obligan a incluir el tramo desde el embalse en el plan de regeneración integral del Umia. Eutrofización La portavoz de Adega incidió en que la limitación del flujo del río al caudal ecológico, con el práctico cierre del embalse desde hace dos semanas, ha provocado que el agua quede estancada, sin posibilidad de renovación. A esto hay que añadir que las elevadas temperaturas y la carga orgánica acumulada en el cauce han favorecido un proceso de eutrofización y la consiguiente disminución del oxígeno en el agua. La falta de movimiento en las aguas a su paso por Caldas es perceptible a simple vista por cualquier visitante. La línea de cascadas que existe todo el año al lado del parque jardín está seca y el río discurre por uno de los laterales, alimentado también por sus afluentes. El agua está estancada en charcas o balsas y las algas han proliferado, dándole al Umia un tono verdoso. Por su parte, fuentes del operativo autonómico que aborda la recuperación del río desde el día del vertido señalaron que la comisión creada el pasado viernes en Cambados, con representación del Concello de Caldas, tratará todos los aspectos relacionados con la mejora ambiental integral del Umia, en la que también se debatirá este problema.