Un vertido tóxico en el río Rois causa la muerte de cientos de peces en A Pontenova
Lun, 18/09/2006
Un vertido tóxico de origen aún no identificado ha causado en los últimos días la muerte de cientos de peces en el río Rois, a la altura de A Pontenova y de la playa fluvial de Seira, en el término municipal de Rois. El suceso fue revelado por los miembros del Club de Pesca Deportiva Londra de A Pontenova, que advirtieron desde mediados de la semana pasada vertidos en las aguas del río; las consecuencias se hicieron visibles el fin de semana, con la presencia de cientos de truchas muertas en el tramo del río cercano a la playa fluvial de Seira. Además de los peces, también aparecieron cadáveres de otras especies, como ranas o incluso de algunas aves acuáticas, como el martín pescador. Una vez hecho el hallazgo, los miembros del club Londra pusieron los hechos en conocimiento del Seprona y de la Consellería de Medio Ambiente, que envió un equipo para recoger muestras del agua contaminada y determinar su origen. No es la primera vez que se produce un vertido de estas características en A Pontenova. Dos años atrás, los propios socios del club Londra hicieron una denuncia a Medio Ambiente que no generó ningún tipo de consecuencias ni sirvió para detener los vertidos, que se han venido repitiendo de forma esporádica desde entonces. Sin embargo, y a falta de lo que determinen los análisis realizados por los técnicos de la Xunta, tanto los pescadores como los vecinos dirigen sus sospechas hacia una destilería instalada en las inmediaciones del río, frente a la cual se sitúa el foco del vertido. Es, además, la única industria de la zona, y los primeros vertidos coinciden con el momento de su instalación en A Pontenova. Antonio Gestoso, presidente del club Londra, asegura que «esta vez, ni los pescadores ni los vecinos nos vamos a quedar de brazos cruzados», y anuncia que, si después de un tiempo prudencial las autoridades no actúan, habrá movilizaciones. «Llevamos dos años sin pescar para recuperar el río, lo limpiamos, lo repoblamos y todo el trabajo de dos años se echa a perder en unos días», explica Antonio desolado.