El primer dique frena, de momento, el vertido que amenaza a la ría de Arosa

Mar, 05/09/2006

ABC

El primer dique del Umia, un terraplén de tierra cubierta de carbono activo, magnesita y corteza de eucalipto triturada, contiene, por el momento, los entre 40.000 y 60.000 metros cúbicos de agua impregnados de productos cancerígenos que han arrasado más de seis kilómetros de flora y fauna fluvial. La presa es el punto neurálgico del primero de los tres complejos sistemas de filtros y piscinas artificiales, montados apresuradamente para reducir la carga tóxica de las aguas que amenazan los ricos bancos marisqueros de la ría de Arosa, donde ayer aún se podía faenar con normalidad.

La moderada satisfacción de los responsables de la Consejería de Medio Ambiente del bipartito -reforzada por los análisis que demuestran que el ph del agua afectada ha pasado de 2,2 a 4,4, acercándose al índice ideal de 6- contrastaba ayer con el radical optimismo de Brenntag. La portavoz de la multinacional en España, Belén Ruiz, explicó que «el vertido está totalmente controlado», y matizó que «desaparecerá en dos o tres días».

Belén Ruiz, que aseguró que la firma está dispuesta, «en principio», a sufragar los gastos derivados de la contaminación provocada por el accidente del pasado viernes, porque tiene seguros «que cubren este tipo de eventualidades», resaltó en cualquier caso que se trata de una «mancha superficial», de tolueno, xileno y estireno, que ha sido sometida a un tratamiento con carbón activo que absorbe películas contaminantes.

Llegará al mar

No comparten sin embargo su optimismo los ayuntamientos del litoral de la ría. El alcalde de Cambados, Xosé Manuel Cores, admitía que la mezcla letal de derivados del petróleo (tolueno, xileno, oxileno, tetracloeriteno, etibenceno, estireno) y metales pesados (aluminio y hierro), según los análisis realizados cada hora por técnicos de Medio Ambiente, «tardará más o menos, pero acabará llegando al mar. Lo que hay que ver es con cuánto poder de destrucción, en qué condiciones y en qué cantidades».

Tampoco el propio consejero de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, que recordó el peligro de los barros contaminados por la marcha del vertido en los seis kilómetros de cauce arrasados, que deberán ser examinados en profundidad. Manuel Vázquez anunció ayer que la Xunta puso toda su información a disposición del fiscal ambiental, y subrayó que su departamento «nunca permitirá a la multinacional, ni a otra similar, situarse en un espacio de esas características».

No hay menos preocupación en los mariscadores de los bancos de la desembocadura del Umia. Ayer se reanudó la actividad extractiva, tras la suspensión cautelar del pasado sábado, y más de 60 expertos del departamento autonómico de Pesca -biólogos, guardacostas y técnicos- hacen continuamente controles del agua para asegurar su salubridad, pero el patrón mayor de la Cofradía de Cambados expresó el temor de sus asociados por la posibilidad de que la alarma social generada desde el vertido pueda perjudicar las ventas de marisco en los próximos días.

Suministro de agua

Simultánea a la batalla ecológica -voluntarios de la asociación ecologista Adega y personal de la estación hidrobiológica de Con han rescatado 3.000 peces vivos del Umia para reubicarlos en tramos sin contaminación-, continuaba ayer la lucha para asegurar el suministro de agua potable a los 110.000 vecinos afectados por los cortes, entre constantes llamamientos para un consumo moderado. La Guardia Civil de Tráfico, la Dirección General de Transportes del Gobierno gallego y el Ejército colaboran para trasladar, desde toda la geografía española, los más de 17 kilómetros de tubería necesarios para enlazar un sistema provisional desde aguas arriba de la zona contaminada.