El vertido en el río Umia es tóxico y amenaza los bancos marisqueros. La Xunta comienza a desviar la mancha a través de un 'by pass' para evitar que llegue a la ría de Arousa y permitir el suministro de agua corriente
Dom, 03/09/2006
La mancha química vertida al río Umia por la explosión ocurrida el viernes por la tarde en la empresa química Brenntag, en Caldas de Reis (Pontevedra), presenta altos índices de derivados del petróleo y una alta toxicidad, según los primeros análisis.
La mancha, de un intenso color azul turquesa, se encontraba ayer a cinco kilómetros del punto de vertido y «avanza lentamente» hacia el mar, al ritmo de medio kilómetro cada cuatro horas.Los técnicos idearon una fórmula para acotar el vertido y extraer el producto contaminante consistente en hacer un by pass al río para canalizar la mancha y separarla del curso del cauce. El objetivo de las obras, que comenzaron ayer mismo por la tarde, informa Efe, es recuperar el agua de suministro a la población e impedir que la contaminación llegue al mar, pues en la desembocadura del Umia se encuentra un rico banco marisquero y se verían afectadas también zonas de bateas de producción de mejillón.
No obstante, y ante el peligro tóxico del vertido, la Consejería de Pesca de la Xunta de Galicia decidió ayer mismo cerrar como medida «cautelar» los bancos marisqueros de la zona sur de la ría de Arousa más próximos a la desembocadura del Umia.
Medio Ambiente estudia además la posibilidad de crear una infraestructura alternativa para transportar agua potable a los vecinos de las localidades afectadas, ya que el suministro desde el río fue interrumpido el mismo viernes, así que las 110.000 personas que viven en la comarca de O Salnés están obligadas a abastecerse de depósitos municipales.
El consejero de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, que se reunió en Cambados (Pontevedra) con el resto de miembros del Comité de Emergencia para analizar las amenazas del vertido, destacó que «desde la cabecera del río y hacia abajo hay vida» y la contaminación «no ha llegado a los puntos de toma de agua de Vilagarcía y O Salnés», zona a las que surte este caudal. Cada tres o cuatro horas, los expertos toman muestras. Destacaron que desde las 3.00 horas no se produjeron nuevos vertidos por parte de la empresa afectada.
El responsable de la campaña de Aguas de Greenpeace, Julio Barea, fue más pesimista, al asegurar que el vertido -que en su opinión se podría haber evitado con «medidas de protección más severas en este tipo de plantas químicas»- es «aparentemente bastante tóxico», porque «ya hay constancia de mortandad de peces y porque podría afectar al abastecimiento de varias localidades».
De opinión parecida era el alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, quien ayer criticaba que el vertido «es peor de lo que se dijo», pues no está compuesto por sulfato de cobre, sino por derivados del petróleo «altamente tóxicos». Además, se declaró sorprendido por que tales compuestos «estuviesen pegados al río» y se preguntó «si la empresa había informado antes de los productos que tenía».
Por su parte, Rafael Louzán, presidente de la Diputación pontevedresa, destacó «la máxima coordinación» entre todos los alcaldes de la comarca de O Salnés, que han pedido a la población que no consuma ni use el agua del Umia, ni para bañarse ni para regar.Según los datos de las analíticas practicadas, se trata de productos orgánicos altamente tóxicos, es decir, disolventes derivados del petróleo, informa Europa Press.
La Xunta se reunirá con los responsables de la química Brenntag.«El lunes la empresa tendrá que dar explicaciones. Así se les va a exigir», dijo el consejero de Medio Ambiente.
La mancha, de un intenso color azul turquesa, se encontraba ayer a cinco kilómetros del punto de vertido y «avanza lentamente» hacia el mar, al ritmo de medio kilómetro cada cuatro horas.Los técnicos idearon una fórmula para acotar el vertido y extraer el producto contaminante consistente en hacer un by pass al río para canalizar la mancha y separarla del curso del cauce. El objetivo de las obras, que comenzaron ayer mismo por la tarde, informa Efe, es recuperar el agua de suministro a la población e impedir que la contaminación llegue al mar, pues en la desembocadura del Umia se encuentra un rico banco marisquero y se verían afectadas también zonas de bateas de producción de mejillón.
No obstante, y ante el peligro tóxico del vertido, la Consejería de Pesca de la Xunta de Galicia decidió ayer mismo cerrar como medida «cautelar» los bancos marisqueros de la zona sur de la ría de Arousa más próximos a la desembocadura del Umia.
Medio Ambiente estudia además la posibilidad de crear una infraestructura alternativa para transportar agua potable a los vecinos de las localidades afectadas, ya que el suministro desde el río fue interrumpido el mismo viernes, así que las 110.000 personas que viven en la comarca de O Salnés están obligadas a abastecerse de depósitos municipales.
El consejero de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, que se reunió en Cambados (Pontevedra) con el resto de miembros del Comité de Emergencia para analizar las amenazas del vertido, destacó que «desde la cabecera del río y hacia abajo hay vida» y la contaminación «no ha llegado a los puntos de toma de agua de Vilagarcía y O Salnés», zona a las que surte este caudal. Cada tres o cuatro horas, los expertos toman muestras. Destacaron que desde las 3.00 horas no se produjeron nuevos vertidos por parte de la empresa afectada.
El responsable de la campaña de Aguas de Greenpeace, Julio Barea, fue más pesimista, al asegurar que el vertido -que en su opinión se podría haber evitado con «medidas de protección más severas en este tipo de plantas químicas»- es «aparentemente bastante tóxico», porque «ya hay constancia de mortandad de peces y porque podría afectar al abastecimiento de varias localidades».
De opinión parecida era el alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, quien ayer criticaba que el vertido «es peor de lo que se dijo», pues no está compuesto por sulfato de cobre, sino por derivados del petróleo «altamente tóxicos». Además, se declaró sorprendido por que tales compuestos «estuviesen pegados al río» y se preguntó «si la empresa había informado antes de los productos que tenía».
Por su parte, Rafael Louzán, presidente de la Diputación pontevedresa, destacó «la máxima coordinación» entre todos los alcaldes de la comarca de O Salnés, que han pedido a la población que no consuma ni use el agua del Umia, ni para bañarse ni para regar.Según los datos de las analíticas practicadas, se trata de productos orgánicos altamente tóxicos, es decir, disolventes derivados del petróleo, informa Europa Press.
La Xunta se reunirá con los responsables de la química Brenntag.«El lunes la empresa tendrá que dar explicaciones. Así se les va a exigir», dijo el consejero de Medio Ambiente.