La calidad de las aguas de baño de Gijón ha sido durante casi todo el verano muy buena. Así se desprende de los análisis realizados durante las últimas dieciséis semanas en doce puntos de la costa gijonesa: la 'puntuación' fue la máxima posible en el 90% de los casos. De hecho, en tan sólo siete ocasiones la calidad del agua pasó de muy buena a buena, tal y como explicó ayer la concejala de Medio Ambiente, Dulce Gallego, en un primer balance de la temporada de baños, que no se dará por acabada hasta finales de setiembre.

Esas siete ocasiones en que los parámetros de calidad fueron más bajos se dieron en análisis realizados en Poniente, en la escalera 8 de San Lorenzo y cinco veces en la escalera 12. Según explicó Gallego, esas cinco incidencias coincidieron con grandes tormentas o días de mucha lluvia. En cualquier caso, hasta ahora la calidad del agua no ha bajado hasta la calificación de regular, algo que sí se produjo en el verano pasado, en una ocasión.

La concejala socialista defendió que «Gijón es la única ciudad del Norte que no ha tenido problemas de inundaciones», y relacionó este hecho con la construcción del colector de Dionisio Cifuentes y el pozo de tormentas situado junto al Palacio de Deportes. También destacó «el trabajo que realiza la Empresa Municipal de Limpieza (Emulsa) para mantener en buen estado las playas durante todo el verano».

Hasta fin de mes

Así las cosas, de forma semanal y hasta finales de setiembre se continuarán haciendo los análisis. Las aguas se toman en dos puntos del Arbeyal, dos de Poniente, cinco de San Lorenzo (escaleras 4, 8 y 12, Mayanes y Rinconín) y una de cada uno de los arenales de la zona Este: Estaño, Serín y Peñarrubia.

Los técnicos de Salud Ambiental del área de Medio Ambiente, siempre con la colaboración del equipo de Salvamento de la playa, toman las muestras y analizan después distintos parámetros biológicos, según indica una directiva europea. El primer análisis de la temporada se hizo la última semana de mayo.