La UE obligará a subir el precio del agua en Asturias en más de un 50%. Morán pide incrementos escalonados y reconoce que en la región hay diferencias del 100%
Lun, 28/08/2006
El coste del recibo del agua se incrementará en un plazo de unos tres o cuatro años en más de un 50%. La razón está en que el Gobierno central acuciado por la normativa europea y por la escasez que se viene sufriendo trabaja en un plan para que se equipare el coste real del servicio con el precio que se cobra a los usuarios. Como media en un hogar asturiano se paga por un metro cúbico de agua 0,65 céntimos de euro y según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en España el coste real por metro cúbico es de 0,96.
Los expertos y las cuentas realizadas por algunos gobiernos autonómicos estiman que se tendrá que pagar por el agua entre un 45 y un 150 por ciento más de lo que se viene haciendo. Y la escalada tendrá que iniciarse en el 2007 porque la Unión Europea exige que en el horizonte del 2010 el coste real del servicio esté repercutido en las tarifas.
"Está claro que el precio subirá, pero no me atrevo a decir cómo lo aplicarán, ni en qué porcentaje, cada ayuntamiento, pero se acaba aquello de que al agua, como servicio básico que es, hay que aplicarle el mal llamado precio político", declaró el alcalde de Lena y presidente de la Federación Asturiana de Concejos (FACC), Hugo Morán.
Explica Morán que el problema con que se encuentran los municipios es que no tienen medios para evaluar cuál es el coste real del abastecimiento en el que habría que incluir, como figura en el Plan de Dinamización con que está trabajando el Gobierno central, el gasto en infraestructuras y mantenimiento.
Para empezar, en la mayoría de los 78 municipios asturianos no hay contadores y los ayuntamientos se limitan a cobrar una tasa mínima que en muchas ocasiones ni siquiera está a la altura del consumo real y no contempla para nada lo que Morán llama "la amortización de la infraestructura del agua". Esa diferencia la cubre la administración y de ahí su interés en transferir el coste al usuario, gravando más a quienes caen en un consumo irresponsable del que es un bien escaso.
Los ciudadanos de Asturias y las dos Castillas son los que hoy en día se benefician de tener el agua más barata de España -- en la Península la más cara está en Murcia y Valencia--, y por eso serán los que más noten el incremento cuando, por ley, se traspase a la factura el coste de todos los procesos que son necesarios para que el agua salga del grifo en los hogares.
En este sentido, Hugo Morán demandó a las administraciones implicadas que los incrementos sean escalonados y solicitó el apoyo del consorcio asturiano de abastecimiento aguas Cadasa, que solo llega al área central, el apoyo a los municipios.
"Ante la falta de capacidad de muchos ayuntamientos es necesario que el consorcio incorpore medidas que permitan extender el servicio y la gestión al mayor número posible", señaló el presidente de la FACC quien añadió que, para empezar, sería necesario abordar cuanto antes "una aproximación de precios a nivel regional". El coste del recibo del agua varía en los distintos municipios y en algunos casos se llega a diferencias del cien por cien. Oviedo tiene el agua más cara --casi un 25% más que en Gijón-- y es en las poblaciones más pequeñas donde se paga el agua más barata.
Los expertos y las cuentas realizadas por algunos gobiernos autonómicos estiman que se tendrá que pagar por el agua entre un 45 y un 150 por ciento más de lo que se viene haciendo. Y la escalada tendrá que iniciarse en el 2007 porque la Unión Europea exige que en el horizonte del 2010 el coste real del servicio esté repercutido en las tarifas.
"Está claro que el precio subirá, pero no me atrevo a decir cómo lo aplicarán, ni en qué porcentaje, cada ayuntamiento, pero se acaba aquello de que al agua, como servicio básico que es, hay que aplicarle el mal llamado precio político", declaró el alcalde de Lena y presidente de la Federación Asturiana de Concejos (FACC), Hugo Morán.
Explica Morán que el problema con que se encuentran los municipios es que no tienen medios para evaluar cuál es el coste real del abastecimiento en el que habría que incluir, como figura en el Plan de Dinamización con que está trabajando el Gobierno central, el gasto en infraestructuras y mantenimiento.
Para empezar, en la mayoría de los 78 municipios asturianos no hay contadores y los ayuntamientos se limitan a cobrar una tasa mínima que en muchas ocasiones ni siquiera está a la altura del consumo real y no contempla para nada lo que Morán llama "la amortización de la infraestructura del agua". Esa diferencia la cubre la administración y de ahí su interés en transferir el coste al usuario, gravando más a quienes caen en un consumo irresponsable del que es un bien escaso.
Los ciudadanos de Asturias y las dos Castillas son los que hoy en día se benefician de tener el agua más barata de España -- en la Península la más cara está en Murcia y Valencia--, y por eso serán los que más noten el incremento cuando, por ley, se traspase a la factura el coste de todos los procesos que son necesarios para que el agua salga del grifo en los hogares.
En este sentido, Hugo Morán demandó a las administraciones implicadas que los incrementos sean escalonados y solicitó el apoyo del consorcio asturiano de abastecimiento aguas Cadasa, que solo llega al área central, el apoyo a los municipios.
"Ante la falta de capacidad de muchos ayuntamientos es necesario que el consorcio incorpore medidas que permitan extender el servicio y la gestión al mayor número posible", señaló el presidente de la FACC quien añadió que, para empezar, sería necesario abordar cuanto antes "una aproximación de precios a nivel regional". El coste del recibo del agua varía en los distintos municipios y en algunos casos se llega a diferencias del cien por cien. Oviedo tiene el agua más cara --casi un 25% más que en Gijón-- y es en las poblaciones más pequeñas donde se paga el agua más barata.