Una riada en Barcelona inunda varias poblaciones y arrastra decenas de coches
Dom, 27/08/2006
El alcalde del municipio más afectado, Calella de Mar, denuncia que el aviso llegó demasiado tarde por lo que no se pudo activar el dispositivo de emergencia. Las fuertes lluvias llegaron a alcanzar los 50 litros en menos de media hora.
Decenas de coches aparcados en la riera de Calella de Mar (Barcelona) fueron arrastrados la noche del viernes por la fuerte riada que sacudió la población tras un inesperado aguacero, según informaron ayer los Mossos d'Esquadra. Las fuertes lluvias caídas en el Maresme, que llegaron a ser de hasta cincuenta litros por metro cuadrado en menos de media hora, también afectaron a las poblaciones de Sant Pol de Mar (Barcelona), donde los Bomberos tuvieron que realizar 11 salidas, y Pineda de Mar (Barcelona), donde las salidas fueron nueve.
Entre las 21.21 horas y las 23.00 horas, los servicios de emergencias recibieron unos 40 avisos por la lluvia para bombear agua de bajos y párquings, retirar árboles y ramas de la vía pública o revisar la estructura de algún edificio, según los Bomberos de la Generalitat.
Rescate del vehículo
En Calella, un helicóptero de Interior, los submarinistas del Grupo de Actuaciones Especiales (GRAE) de los Mossos d'Esquadra y una embarcación de Salvamento Marítimo rastrearon ayer la zona en busca de posibles víctimas. Por el momento, la Dirección General de Emergencia y Seguridad Civil no tiene constancia de que haya personas desaparecidas, aunque una joven tuvo que ser rescatada del interior de su vehículo al verse sorprendida por la riera.
En Sant Pol de Mar, los Bomberos recibieron el aviso de que se había hundido el techo de la fábrica Olis Millàs, situada en un polígono industrial, aunque no quedaba nadie en su interior.
En Pineda de Mar el incidente más grave tuvo lugar en el paseo marítimo de esta población, donde se hundió una caseta del recinto de la feria y una de las atracciones estuvo a punto de caer encima de la catenaria de las vías del tren. Tanto en Canet de Mar como en Santa Susanna (Barcelona) los servicios de emergencias también recibieron varios avisos que alertaban de vehículos embarrancados en las rieras y en la N-II.
El alcalde de Calella, Josep Basart, denunció ayer que el aviso de fuertes lluvias llegó demasiado tarde al Ayuntamiento, por lo que no hubo tiempo suficiente para reaccionar y activar el dispositivo de emergencia.
El alcalde explicó que la alerta meteorológica se activó apenas unos minutos antes de que se iniciara la tormenta, lo que impidió que se pudiera avisar a los conductores o retirar los coches aparcados en la riera de Capaspre.
En esta población la riada arrastró un total de 38 vehículos, cuatro de los cuales fueron a parar al mar. Los bomberos consiguieron reflotar cuatro de estos vehículos, aunque un cuarto permanecía bajo el agua al cierre de esta edición. El alcalde de Calella confirmó que, a pesar de los importantes destrozos no se han registrado daños personales. La riera Capaspre es de las pocas del Maresme que no entró en el plan de cubrimiento de las rieras de esta zona que la Agencia Catalana del Agua inició en 1992, ya que se consideró que no era peligrosa porque no pasaba por el centro de la ciudad.
Decenas de coches aparcados en la riera de Calella de Mar (Barcelona) fueron arrastrados la noche del viernes por la fuerte riada que sacudió la población tras un inesperado aguacero, según informaron ayer los Mossos d'Esquadra. Las fuertes lluvias caídas en el Maresme, que llegaron a ser de hasta cincuenta litros por metro cuadrado en menos de media hora, también afectaron a las poblaciones de Sant Pol de Mar (Barcelona), donde los Bomberos tuvieron que realizar 11 salidas, y Pineda de Mar (Barcelona), donde las salidas fueron nueve.
Entre las 21.21 horas y las 23.00 horas, los servicios de emergencias recibieron unos 40 avisos por la lluvia para bombear agua de bajos y párquings, retirar árboles y ramas de la vía pública o revisar la estructura de algún edificio, según los Bomberos de la Generalitat.
Rescate del vehículo
En Calella, un helicóptero de Interior, los submarinistas del Grupo de Actuaciones Especiales (GRAE) de los Mossos d'Esquadra y una embarcación de Salvamento Marítimo rastrearon ayer la zona en busca de posibles víctimas. Por el momento, la Dirección General de Emergencia y Seguridad Civil no tiene constancia de que haya personas desaparecidas, aunque una joven tuvo que ser rescatada del interior de su vehículo al verse sorprendida por la riera.
En Sant Pol de Mar, los Bomberos recibieron el aviso de que se había hundido el techo de la fábrica Olis Millàs, situada en un polígono industrial, aunque no quedaba nadie en su interior.
En Pineda de Mar el incidente más grave tuvo lugar en el paseo marítimo de esta población, donde se hundió una caseta del recinto de la feria y una de las atracciones estuvo a punto de caer encima de la catenaria de las vías del tren. Tanto en Canet de Mar como en Santa Susanna (Barcelona) los servicios de emergencias también recibieron varios avisos que alertaban de vehículos embarrancados en las rieras y en la N-II.
El alcalde de Calella, Josep Basart, denunció ayer que el aviso de fuertes lluvias llegó demasiado tarde al Ayuntamiento, por lo que no hubo tiempo suficiente para reaccionar y activar el dispositivo de emergencia.
El alcalde explicó que la alerta meteorológica se activó apenas unos minutos antes de que se iniciara la tormenta, lo que impidió que se pudiera avisar a los conductores o retirar los coches aparcados en la riera de Capaspre.
En esta población la riada arrastró un total de 38 vehículos, cuatro de los cuales fueron a parar al mar. Los bomberos consiguieron reflotar cuatro de estos vehículos, aunque un cuarto permanecía bajo el agua al cierre de esta edición. El alcalde de Calella confirmó que, a pesar de los importantes destrozos no se han registrado daños personales. La riera Capaspre es de las pocas del Maresme que no entró en el plan de cubrimiento de las rieras de esta zona que la Agencia Catalana del Agua inició en 1992, ya que se consideró que no era peligrosa porque no pasaba por el centro de la ciudad.