Europa se moviliza para paliar la catástrofe ecológica de Líbano
Lun, 21/08/2006
A las catástrofes humanitarias que provocan las guerras le siguen casi siempre los desastres ecológicos. El bombardeo israelí de un depósito de combustible al sur de Beirut en los primeros días de la guerra ha dejado aguas y costas libanesas plagadas de combustible. Las reticencias de algunos países europeos a enviar tropas a Líbano contrasta sin embargo con su disposición a la hora de responder a la petición de Beirut para paliar la mayor catástrofe ecológica que ha vivido Líbano. Algunos países europeos ya han hecho llegar medios materiales para la limpieza de las playas.
La ayuda española -maquinaria, miles de botas de limpieza y jabón, acompañados de al menos un experto- está previsto que llegue esta semana. 'El vertido reciente en la costa de Líbano es un desastre medioambiental que afectará a la vida, la salud, y el futuro de Líbano y países vecinos', aseguró hace unos días el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas.
El incendio tras los bombardeos israelíes de los depósitos de Yiyeh, unos 30 kilómetros al sur de Beirut, soltó al mar entre 10.000 y 15.000 toneladas de fuel. Según las cifras de la Unión Europea, el 20% del petróleo se ha evaporado y del resto, hasta un 80% ha llegado hasta las playas libanesas y sirias, donde ya han comenzado las operaciones de limpieza, por ejemplo en Byblos, cuna del alfabeto romano y donde importantísimas ruinas fenicias descansan al pie del mar. Bruselas calcula que entre 20 y 150 kilómetros de playas de roca y arena en Siria y Líbano han quedado impregnadas de fuel.
'Limpiar Líbano va a llevar mucho tiempo. Además, hay que negociar con los israelíes para que nos dejen utilizar el espacio aéreo y evaluar así desde el aire la extensión de la contaminación. Las imágenes de satélite no son tan precisas', explica la portavoz comunitaria para temas ambientales, Barbara Helfferich. Sostiene que la cooperación española será muy valiosa 'gracias a la experiencia con el Prestige'. España se ha ofrecido a enviar uno o dos expertos, más la ayuda material que consta de 770 palas, 2.776 pares de botas especiales para esta limpieza, grúas y máquinas, según cifras del Mecanismo de Protección Civil y Cooperación de la UE. España no se encargará sin embargo del transporte de las mercancías hasta Líbano. El envío español está a la espera de un ofrecimiento de algún Estado miembro.
'Mientras que por ejemplo la ayuda noruega o la kuwaití ya están sobre el terreno, los equipos españoles está previsto que lleguen antes del final de esta semana', indica Nick Nutall, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), encargada de coordinar junto con la UE y la Organización Marítima Internacional la emergencia ecológica en Líbano. Grecia, Irlanda, Dinamarca, Chipre, Suecia, Reino Unido o Italia son otros de los países que han ofrecido ayuda. 'Tenemos ofertas de equipos de limpieza, pero también necesitamos dinero', apunta sin embargo Nutall.
Los expertos calculan que será necesario un primer desembolso de 50 millones de euros para costear la descontaminación. Ésta ha sido una de las conclusiones a las que llegó la semana pasada la comunidad internacional reunida en Grecia, donde aprobaron un plan de acción a medio y largo plazo para luchar contra el vertido, bajo los auspicios de la UE y de Naciones Unidas. Junto a la cuestión presupuestaria, los especialistas abordaron las dificultades técnicas a las que se enfrentan los equipos de limpieza, insuficientes para desplegarse en todas las áreas contaminadas y proteger además las zonas donde anidan aves o desovan las tortugas, así como lugares patrimonio de la humanidad aún no afectados pero a los que podría llegar la marea negra. Los expertos advierten de que hay que actuar lo antes posible. Cuanto más tiempo pase, más probable es que el fuel emulsione y será más difícil de extraer mezclado con arena.
La celeridad también es conveniente, teniendo en cuenta el alto el fuego con alfileres que ha puesto fin a la lluvia de bombardeos y cohetes. 'Ahora que las bombas han cesado y las armas han sido silenciadas, tenemos la oportunidad de evaluar la magnitud de este problema y movilizar a los países para que ayuden en la limpieza y restauración de la costa', dijo el director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, el pasado viernes en Atenas. No está claro cuánto durará el silencio.
La ayuda española -maquinaria, miles de botas de limpieza y jabón, acompañados de al menos un experto- está previsto que llegue esta semana. 'El vertido reciente en la costa de Líbano es un desastre medioambiental que afectará a la vida, la salud, y el futuro de Líbano y países vecinos', aseguró hace unos días el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas.
El incendio tras los bombardeos israelíes de los depósitos de Yiyeh, unos 30 kilómetros al sur de Beirut, soltó al mar entre 10.000 y 15.000 toneladas de fuel. Según las cifras de la Unión Europea, el 20% del petróleo se ha evaporado y del resto, hasta un 80% ha llegado hasta las playas libanesas y sirias, donde ya han comenzado las operaciones de limpieza, por ejemplo en Byblos, cuna del alfabeto romano y donde importantísimas ruinas fenicias descansan al pie del mar. Bruselas calcula que entre 20 y 150 kilómetros de playas de roca y arena en Siria y Líbano han quedado impregnadas de fuel.
'Limpiar Líbano va a llevar mucho tiempo. Además, hay que negociar con los israelíes para que nos dejen utilizar el espacio aéreo y evaluar así desde el aire la extensión de la contaminación. Las imágenes de satélite no son tan precisas', explica la portavoz comunitaria para temas ambientales, Barbara Helfferich. Sostiene que la cooperación española será muy valiosa 'gracias a la experiencia con el Prestige'. España se ha ofrecido a enviar uno o dos expertos, más la ayuda material que consta de 770 palas, 2.776 pares de botas especiales para esta limpieza, grúas y máquinas, según cifras del Mecanismo de Protección Civil y Cooperación de la UE. España no se encargará sin embargo del transporte de las mercancías hasta Líbano. El envío español está a la espera de un ofrecimiento de algún Estado miembro.
'Mientras que por ejemplo la ayuda noruega o la kuwaití ya están sobre el terreno, los equipos españoles está previsto que lleguen antes del final de esta semana', indica Nick Nutall, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), encargada de coordinar junto con la UE y la Organización Marítima Internacional la emergencia ecológica en Líbano. Grecia, Irlanda, Dinamarca, Chipre, Suecia, Reino Unido o Italia son otros de los países que han ofrecido ayuda. 'Tenemos ofertas de equipos de limpieza, pero también necesitamos dinero', apunta sin embargo Nutall.
Los expertos calculan que será necesario un primer desembolso de 50 millones de euros para costear la descontaminación. Ésta ha sido una de las conclusiones a las que llegó la semana pasada la comunidad internacional reunida en Grecia, donde aprobaron un plan de acción a medio y largo plazo para luchar contra el vertido, bajo los auspicios de la UE y de Naciones Unidas. Junto a la cuestión presupuestaria, los especialistas abordaron las dificultades técnicas a las que se enfrentan los equipos de limpieza, insuficientes para desplegarse en todas las áreas contaminadas y proteger además las zonas donde anidan aves o desovan las tortugas, así como lugares patrimonio de la humanidad aún no afectados pero a los que podría llegar la marea negra. Los expertos advierten de que hay que actuar lo antes posible. Cuanto más tiempo pase, más probable es que el fuel emulsione y será más difícil de extraer mezclado con arena.
La celeridad también es conveniente, teniendo en cuenta el alto el fuego con alfileres que ha puesto fin a la lluvia de bombardeos y cohetes. 'Ahora que las bombas han cesado y las armas han sido silenciadas, tenemos la oportunidad de evaluar la magnitud de este problema y movilizar a los países para que ayuden en la limpieza y restauración de la costa', dijo el director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, el pasado viernes en Atenas. No está claro cuánto durará el silencio.