La alternativa bajo tierra.

Dom, 23/07/2006

El Mundo

Francisca rememora la época en la que acudía cada día a la fuente, con un cántaro a la cabeza y otro al costado. Ahora tiene 98 años. Es la más anciana de Fleix, un pueblo de Vall de Laguar -en la Marina Alta de Alicante- al que nunca ha afectado una sequía. La razón: un lago bajo sus pies. Es un ejemplo de la España que no bebe del agua de los pantanos, sino de la subterránea: «Bajo el 80% del territorio nacional existen acuíferos. Son unos 1.000» , según Juan Antonio López, director de Hidrogeología del Instituto Geológico y Minero.
Bien de dominio público desde 1985, este agua invisible es usada por 13 millones de españoles. Se consume en el 70% de los núcleos urbanos -en Europa las cifras son mucho mayores: en Austria el 99%, en Suiza el 83% y en Holanda el 81%- y en la tercera parte de los cultivos. Castellón se abastece únicamente de acuíferos, y Almería cubre con ella el 80% de las necesidades. En otros casos se usa como complemento al agua superficial cuando ésta escasea, como es el caso de la Comunidad de Madrid.
El de Esla-Valderaduey (en la cuenca del Duero), con 13.264 kilómetros cuadrados, es el acuífero más grande. El más pequeño es Argallet (en la cuenca del Júcar), con 6,39 kilómetros cuadrados.
Las reservas totales se estiman en, al menos, 300.000 hectómetros cúbicos: seis veces más que la capacidad de los embalses, que es de 50.000. Por tanto, el agua de los acuíferos multiplica por 12 la que hay hoy en los embalses (calculando por aproximación que estuvieran al 50%). Los expertos creen que podríamos abastecernos de los acuíferos durante, al menos, cinco años (aunque una sequía no suele durar más de tres o cuatro años). Anualmente la lluvia recarga entre 20.000 y 30.000 hectómetros cúbicos los acuíferos.
En Fleix se hicieron pozos y cisternas en algunas casas. Todos quedaron en desuso en 1969, cuando llegó el agua corriente. Desde 1985 el sondeo Lucifer, en el Barranco del Infierno, surte a Vall de Laguar y Calpe (que abona a Fleix un canon de 35 millones).Con una profundidad de 400 metros, se sacan unos 120 litros por segundo.
España extrae 5.500 hectómetros cúbicos al año de acuíferos.Llegan a 6.500 si hay sequía. Restando la parte que va a los embalses y al mar, si cada año se filtran -en el peor de los casos - 20.000 hectómetros cúbicos de lluvia, aún quedan 10.000 susceptibles de utilizar.
Los pantanos siguen disminuyendo sus reservas: un 49,7%, frente al 50,3% del año pasado. El Ministerio de Medio Ambiente prevé restricciones de agua para la agricultura en algunas zonas. La recarga artificial de acuíferos con lluvia sirve para aprovecharlos como embalses subterráneos, pero esto sólo se realiza en Barcelona y Alicante.
PEREGRINOS DEL AGUA
Vecinas de Fleix rememoran los tiempos en los que iban al lavadero.Era todo un acto social: charlaban, bailaban y eran cortejadas por los jóvenes. Ahora la lavadora lo ha dejado obsoleto. A la Fuente del Hielo ahora acuden forasteros: Teresa espera a que la garrafa termine de llenarse (lleva 120 litros). Desde hace un año recorre, cada 15 días, 25 kilómetros desde Denia. Su caso no es único: en la Fuente del Pueblo, en Beniglemba -a 14 kilómetros-, se recogen de ella 2.000 o 3.000 litros al día.
En Fleix no hay regadíos: viven del almendro, el olivo, la vid.Paradójicamente, en el seco litoral mediterráneo abundan los cultivos intensivos de regadío. Utilizan mucho el agua subterránea, a veces de forma inadecuada: necesitan tanta que extraen más de la que el acuífero puede recargar. Además de la sobreexplotación, el uso abusivo de fertilizantes provoca un exceso de nitrato en el suelo, que puede resultar tóxico. Otro problema es la intrusión del agua del mar, que saliniza la dulce: el 60% de los acuíferos costeros (sobre todo mediterráneos) están afectados.Sólo hay desaladoras en Canarias, Almería y Alicante.
Ramón Llamas, catedrático de hidrogeología de la Complutense de Madrid, calcula que más de la mitad de los pozos españoles (de un total de dos millones) son alegales. Considera que hay que utilizarlos de modo sostenible y que para ello se necesita mayor planificación. Desde el Colegio Oficial de Geólogos, por su parte, se demanda mayor número de hidrogeólogos.
Insípida, incolora, inodora e invisible. Puede que nuestro futuro, no muy lejano, dependa de que la hagamos visible.