El tifón Bilis remitió ayer tras casi una semana en la que ha arrasado la costa suroriental china y ha causado más de 200 muertos, un centenar de desaparecidos y 25 millones de damnificados.
Las fuertes lluvias provocadas por el tifón, que entró en China a través del Estrecho de Formosa el pasado día 14, causaron grandes daños en las provincias costeras de Zhejiang, Fujian, Cantón y Guangxi, y en las interiores de Hunan y Jiangxi.
Cientos de casas permanecen todavía inundadas, las comunicaciones están suspendidas en muchas localidades y continúan las labores de rescate.
Según las previsiones meteorológicas, la región afectada por el tifón, que entró en China convertido en tormenta tropical, sufrirá una ola de calor la próxima semana, con temperaturas superiores a los 40 grados de temperatura. El Bilis se concentró en una zona montañosa y provocó fuertes precipitaciones, por lo que se formaron riadas de fango y rocas, así como inundaciones , explicó una funcionaria del Buró de Meteorología de Pekín.
El Gobierno central ha destinado ocho millones de dólares (6,3 millones de euros) para reubicar a los desplazados y reparar las casas destruidas, según Radio Internacional de China.