España pide que el Fondo de Solidaridad pueda usarse para paliar los efectos de las sequías

España pidió hoy en el Consejo de Medio Ambiente de la Unión Europea --por boca de la ministra, Cristina Narbona, y del consejero de la región de Murcia, Benito Mercader-- una modificación en el reglamento del Fondo de Solidaridad para que contemple "ayudas específicas" destinadas a paliar los efectos de la sequía. También reclamó la puesta en marcha de una estrategia comunitaria para atajar este problema y la creación de un Observatorio Europeo sobre la Sequía.
Narbona señaló que el Fondo de Solidaridad, creado en 2002 como respuesta a las inundaciones en Centroeuropa, tiene "unos límites y unos condicionantes" que hacen "difícil" acceder a las ayudas "para problemas muy propios de España como puedan ser los episodios de sequía o los incendios forestales". Por ello, reclamó que en el futuro "se contemplen ayudas específicas para la sequía en este mecanismo".
Por su parte, Mercader, que intervino en el debate del Consejo de Medio Ambiente sobre este punto en representación de todas las comunidades autónomas, reclamó que la UE establezca una estrategia de lucha contra la sequía y la desertificación en el marco de la directiva del agua. "Entendemos que este problema trasciende el ámbito de una comunidad autónoma o de un país, y que se está convirtiendo en un problema global de toda Europa", apuntó.
Solicitó además la creación de un Observatorio Europeo de la Sequía, iniciativa que ya ha sido respaldada por la Eurocámara y el Comité de las Regiones. A su juicio, este organismo debería funcionar "como instrumento para prevención de los daños que pueda producir la sequía, mitigación de los efectos, y que abarque cuestiones importantes como la innovación y la investigación". Finalmente, defendió que la sequía sea considerada una "catástrofe natural" y "se incluya en el catálogo de solicitud de ayudas del fondo de solidaridad".
Las peticiones españolas fueron secundadas, según Narbona, por Portugal, Francia, Italia y Grecia. "Hay un sentir amplio porque el cambio climático está cambiando las cosas", dijo. Como ejemplo, explicó que la ministra francesa de Medio Ambiente había anunciado restricciones en usos no esenciales del agua como el riego de parques y jardines o el llenado de piscinas.
La ministra de Medio Ambiente aseguró que el comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas, se había comprometido a presentar un nuevo documento sobre la sequía para el Consejo de diciembre de 2006. Sin embargo, fuentes del Ejecutivo comunitario se mostraron escépticas sobre la posibilidad de que puedan llegar a tiempo y señalaron que, antes de decidir si proponen una estrategia comunitaria sobre la sequía, tienen que recibir más datos e información de los estados miembros para comprender mejor la situación.
AGRICULTURA Y TURISMO
Los Veinticinco discutieron sobre la sequía a partir de un documento preliminar elaborado por el Ejecutivo comunitario que señala a la agricultura y al turismo como principales agravantes del problema. En este sentido, Narbona señaló que es "imprescindible" avanzar más rápidamente en la modernización de regadíos, y para ello el Gobierno ha lanzado un "plan de choque". Asimismo, recordó que para cualquier transformación de suelo para usos urbanos se exige un informe previo de las confederaciones hidrográficas para saber si hay disponibilidad de agua.
El consejero murciano insistió además que su región, al padecer sequía y escasez de agua, se ha especializado en una gestión eficaz y responsable de la misma. Dijo que más del 70% de los regadíos se han modernizado, que se depuran más de 100 hectómetros cúbicos y que se han previsto importantes multas de hasta 600.000 euros para los ciudadanos que no ahorren agua de manera responsable.
El estudio del Ejecutivo comunitario, cuya elaboración fue solicitada por España y Portugal en el Consejo de Medio Ambiente de marzo, subraya que Europa tiene recursos suficientes para cubrir su demanda global de agua, aunque en algunas regiones y periodos del año existen desequilibrios entre oferta y demanda. Francia, Alemania, Suecia, Italia y Reino Unido poseen los mayores recursos hídricos de la UE (más de 150 kilómetros cúbicos al año), mientras que Malta, Chipre, Luxemburgo y Dinamarca son los que tienen un nivel inferior (menos de 10 kilómetros cúbicos al año).
No obstante, si se tiene en cuenta el nivel de recursos explotables per cápita, los países 'pobres en agua' son Malta y Chipre (menos de 100 metros cúbicos por habitante y año), seguidos de España, Francia e Italia (menos de 2.000 metros cúbicos). El 46% de la población de Europa vive en países que usan más del 20% de sus recursos hídricos (España, Bélgica, Malta, Italia, Reino Unido y Alemania). Algunos países combinan un bajo nivel de recursos y un alto nivel de extracción (Malta, Chipre, España e Italia).
El informe señala como principal causa de estos desequilibrios a la agricultura, que absorbe el 60% del volumen de agua. Cuando se usa un metro cúbico para irrigación, 0,8 metros son absorbidos por las plantas o se evaporan, y sólo 0,2 metros vuelven al lugar de partida. En la industria y el sector doméstico, 0,8 metros vuelven al medio ambiente local.
La demanda estacional del turismo es también una "presión importante", particularmente en el sur de Europa. El uso del agua por parte de los turistas es aproximadamente dos veces más alto que el de los consumidores locales, y además requieren un volumen de agua más alto para el ocio, como en piscinas o en campos de golf, según explicaron fuentes comunitarias.
"La presión de la irrigación y del turismo a menudo ocurren en el periodo de menor renovación de los recursos hídricos, y en consecuencia el impacto sobre el medio ambiente es todavía más alto", señala el informe. Se trata de un problema "difícil", reconoce el Ejecutivo comunitario, porque muchas de las regiones más afectadas por la sequía "dependen" al mismo tiempo de la agricultura y del turismo, con lo que resulta controvertido reducir el consumo.
El último episodio de sequía afectó el año pasado especialmente a España y Portugal, y con el cambio climático se producirá un aumento de este tipo de fenómenos. "El sur de Europa sufrirá sequías más frecuentes y más severas (en espacio y tiempo) por culpa de una disminución de las lluvias y de un incremento en la evaporación", reza el estudio.