Agua y desarrollo sostenible es el lema de la Expo de Zaragoza
Dom, 25/06/2006
A gua y desarrollo sostenible es el lema de la Expo de Zaragoza, una ciudad que ha vivido 2.000 años en medio de un erial azotado por el cierzo y aprovechando la bonanza de un río, el Ebro, al que considera su esencia. La ciudad, a pesar del conflicto por los trasvases, ha intentado dar ejemplo de buen uso del agua.
La idea de acoger la Expo se forjó en 1996 con la intención de reordenar la ciudad, recuerda Jerónimo Blasco, director general de Operaciones y Contenidos del evento. Ya entonces estaba claro que la muestra debía ser un empeño de los ciudadanos. Hoy la conoce el 97% de los zaragozanos y la apoya el 94%. Hay más de 50.000 voluntarios inscritos.
El debate ha sido amplio: 'Llegamos a acuerdos sobre el agua, y al mismo tiempo había protestas contra el trasvase, pero trascendimos, llegamos a universalizar el tema. El agua es un gran problema en el mundo y la muestra no podía centrarse en algo particular', explica Paco Pellicer, jefe del área temática de la Expo.
Desde su designación como sede, la ciudad se ha volcado en convertirse en un ejemplo. Zaragoza, que ha sido designada sede de la Secretaría del Decenio Internacional para la Acción. El agua, fuente de vida 2005-2015 de la ONU, es la primera gran ciudad española que depura todas sus aguas. Proyectos como Zaragoza: ciudad ahorradora de agua, en marcha desde 1999, han involucrado a administraciones, empresas y ciudadanos difundiendo 50 buenas prácticas para ahorrar agua.
La Expo pretende ser un referente mundial en este terreno. Aquí estará la Tribuna del Agua, un foro de debate internacional sobre la gestión de los recursos hídricos. Un principio define, según Blasco, la clave del proyecto: 'Hemos logrado que el agua y el medio ambiente estén en el continente y el contenido. Es el primer evento en que es más importante la recuperación ambiental que el asfalto. Hay más inversión en recuperar las orillas de los ríos que en otras obras'.
Con todo, algunos proyectos han sido polémicos. La plataforma contra la Expo, que no tiene gran presencia, ha denunciado el excesivo desarrollo urbanístico y el impulso de la especulación que, según ellos, provoca la Expo. Entre los proyectos más criticados está el azud, una pequeña presa artificial para garantizar una lamina de agua constante en el Ebro, cuyo caudal se cruza a pie en muchos meses del año. Para algunos expertos éste resulta caro, aunque el plan incluye una central hidroeléctrica para recuperar la inversión.
'Con el dinero que nos costará el azud, podrían recuperarse 40 kilómetros de riberas', asegura Pedro Arrojo, presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua. A su juicio, se ha magnificado su importancia: 'No es el condicionante para recuperar el río lo que realmente ha alejado a los ciudadanos del Ebro, sino la contaminación'. En la misma línea se manifiestan el profesor Narcís Prat, de la Universidad de Barcelona, o Javier Sanromán, presidente del Colegio de Geólogos de Aragón.
La Expo tiene dos objetivos ambientales básicos: optimizar los recursos y minimizar el impacto de los proyectos. Los organizadores han logrado captar patrocinadores, que podrán colgarse la etiqueta de sostenibles y desgravarse las aportaciones. Endesa, Acciona y las dos cajas aragonesas -Ibercaja y CAI- han invertido más de seis millones de euros y gestionarán algunas de las instalaciones cuando la muestra acabe.
Por primera vez, los países de un mismo ecosistema se agruparán en una misma zona del recinto, dividido en ocho zonas temáticas: hielo y nieve, desiertos, oasis y estepas, praderas y sabanas, bosques templados, selvas tropicales, montañas, grandes ríos y llanuras aluviales, islas y costas.
Estos pabellones convivirán con tres exposiciones temáticas dedicadas al agua: Agua, recurso único; Agua para la vida y Los paisajes del agua . También habrá plazas especializadas en huracanes, tsunamis y otras catástrofes; en la relación entre el agua y la energía o en innovación y tecnología, entre otras. Los pabellones de España y Aragón acogerán las exposiciones Agua y paisaje y Aragón diversidad de paisajes, respectivamente. El recinto de la Exposición Internacional se completa con un nuevo Parque Metropolitano del Agua de 1,2 millones de metros cuadrados.
La idea de acoger la Expo se forjó en 1996 con la intención de reordenar la ciudad, recuerda Jerónimo Blasco, director general de Operaciones y Contenidos del evento. Ya entonces estaba claro que la muestra debía ser un empeño de los ciudadanos. Hoy la conoce el 97% de los zaragozanos y la apoya el 94%. Hay más de 50.000 voluntarios inscritos.
El debate ha sido amplio: 'Llegamos a acuerdos sobre el agua, y al mismo tiempo había protestas contra el trasvase, pero trascendimos, llegamos a universalizar el tema. El agua es un gran problema en el mundo y la muestra no podía centrarse en algo particular', explica Paco Pellicer, jefe del área temática de la Expo.
Desde su designación como sede, la ciudad se ha volcado en convertirse en un ejemplo. Zaragoza, que ha sido designada sede de la Secretaría del Decenio Internacional para la Acción. El agua, fuente de vida 2005-2015 de la ONU, es la primera gran ciudad española que depura todas sus aguas. Proyectos como Zaragoza: ciudad ahorradora de agua, en marcha desde 1999, han involucrado a administraciones, empresas y ciudadanos difundiendo 50 buenas prácticas para ahorrar agua.
La Expo pretende ser un referente mundial en este terreno. Aquí estará la Tribuna del Agua, un foro de debate internacional sobre la gestión de los recursos hídricos. Un principio define, según Blasco, la clave del proyecto: 'Hemos logrado que el agua y el medio ambiente estén en el continente y el contenido. Es el primer evento en que es más importante la recuperación ambiental que el asfalto. Hay más inversión en recuperar las orillas de los ríos que en otras obras'.
Con todo, algunos proyectos han sido polémicos. La plataforma contra la Expo, que no tiene gran presencia, ha denunciado el excesivo desarrollo urbanístico y el impulso de la especulación que, según ellos, provoca la Expo. Entre los proyectos más criticados está el azud, una pequeña presa artificial para garantizar una lamina de agua constante en el Ebro, cuyo caudal se cruza a pie en muchos meses del año. Para algunos expertos éste resulta caro, aunque el plan incluye una central hidroeléctrica para recuperar la inversión.
'Con el dinero que nos costará el azud, podrían recuperarse 40 kilómetros de riberas', asegura Pedro Arrojo, presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua. A su juicio, se ha magnificado su importancia: 'No es el condicionante para recuperar el río lo que realmente ha alejado a los ciudadanos del Ebro, sino la contaminación'. En la misma línea se manifiestan el profesor Narcís Prat, de la Universidad de Barcelona, o Javier Sanromán, presidente del Colegio de Geólogos de Aragón.
La Expo tiene dos objetivos ambientales básicos: optimizar los recursos y minimizar el impacto de los proyectos. Los organizadores han logrado captar patrocinadores, que podrán colgarse la etiqueta de sostenibles y desgravarse las aportaciones. Endesa, Acciona y las dos cajas aragonesas -Ibercaja y CAI- han invertido más de seis millones de euros y gestionarán algunas de las instalaciones cuando la muestra acabe.
Por primera vez, los países de un mismo ecosistema se agruparán en una misma zona del recinto, dividido en ocho zonas temáticas: hielo y nieve, desiertos, oasis y estepas, praderas y sabanas, bosques templados, selvas tropicales, montañas, grandes ríos y llanuras aluviales, islas y costas.
Estos pabellones convivirán con tres exposiciones temáticas dedicadas al agua: Agua, recurso único; Agua para la vida y Los paisajes del agua . También habrá plazas especializadas en huracanes, tsunamis y otras catástrofes; en la relación entre el agua y la energía o en innovación y tecnología, entre otras. Los pabellones de España y Aragón acogerán las exposiciones Agua y paisaje y Aragón diversidad de paisajes, respectivamente. El recinto de la Exposición Internacional se completa con un nuevo Parque Metropolitano del Agua de 1,2 millones de metros cuadrados.