Indonesia afronta un nuevo desastre con 114 muertos por las fuertes lluvias en Célebes
Jue, 22/06/2006
Al menos 114 personas han muerto por las lluvias torrenciales caídas en los últimos días en el sur de la isla indonesia de Célebes, un nuevo desastre ocurrido cuando el país apenas se ha recuperado del terremoto de Java.
El distrito de Sinjai, unos 1.500 kilómetros al este de Yakarta, es el más afectado, con más del 95 % de las víctimas mortales.
Las riadas en este distrito estuvieron provocadas por el desbordamiento del río Biring Ere, que sorprendió a numerosos residentes mientras dormían la madrugada del pasado lunes, según declaró ayer el portavoz de la oficina provincial de Célebes del Sur, Amrullah Hanafi.
El agua llegó a superar los dos metros de altura y arrasó centenares de casas. Además, alrededor de 40 viviendas de los pueblos de Gantarang y Kompang quedaron enterradas bajo una avalancha de agua, barro y piedras, según la misma fuente.
Localidades incomunicadas
Varias localidades de Sinjai están incomunicadas debido a la rotura de puentes y a la acumulación de rocas en los caminos y las carreteras.
Situaciones semejantes se repitieron en áreas colindantes entre la medianoche del lunes y la tarde del martes. Hanafi ha calificado estas inundaciones "como las peores en años en la región".
Según el recuento provisional de los equipos de rescate, en Sinjai se han recuperado 107 cadáveres mientras que han sido cuatro los cuerpos recogidos en los distritos de Bulukumba. Otros dos han sido rescatados en Bantaeng, y uno, en Bone.
La reanudación de las fuertes lluvias hace temer nuevas riadas y deslizamientos de tierra en las próximas horas.
El centro de Meteorología y Geofísica ha advertido de que se esperan precipitaciones intensas hasta el fin de semana, por lo que ha recomendado que la población desplazada sea trasladada a lugares seguros.
A causa de la lluvia y de la falta de visibilidad por la caída de la noche, las operaciones de búsqueda quedaron ayer interrumpidas hasta primera hora de hoy, según informó el jefe de los equipos de rescate, Effendi Rajaloa.Este nuevo desastre natural llega a Indonesia tan sólo tres semanas después de que un fuerte terremoto provocase más de 5.700 muertos y 300.000 desplazados en el centro de la isla de Java.
El distrito de Sinjai, unos 1.500 kilómetros al este de Yakarta, es el más afectado, con más del 95 % de las víctimas mortales.
Las riadas en este distrito estuvieron provocadas por el desbordamiento del río Biring Ere, que sorprendió a numerosos residentes mientras dormían la madrugada del pasado lunes, según declaró ayer el portavoz de la oficina provincial de Célebes del Sur, Amrullah Hanafi.
El agua llegó a superar los dos metros de altura y arrasó centenares de casas. Además, alrededor de 40 viviendas de los pueblos de Gantarang y Kompang quedaron enterradas bajo una avalancha de agua, barro y piedras, según la misma fuente.
Localidades incomunicadas
Varias localidades de Sinjai están incomunicadas debido a la rotura de puentes y a la acumulación de rocas en los caminos y las carreteras.
Situaciones semejantes se repitieron en áreas colindantes entre la medianoche del lunes y la tarde del martes. Hanafi ha calificado estas inundaciones "como las peores en años en la región".
Según el recuento provisional de los equipos de rescate, en Sinjai se han recuperado 107 cadáveres mientras que han sido cuatro los cuerpos recogidos en los distritos de Bulukumba. Otros dos han sido rescatados en Bantaeng, y uno, en Bone.
La reanudación de las fuertes lluvias hace temer nuevas riadas y deslizamientos de tierra en las próximas horas.
El centro de Meteorología y Geofísica ha advertido de que se esperan precipitaciones intensas hasta el fin de semana, por lo que ha recomendado que la población desplazada sea trasladada a lugares seguros.
A causa de la lluvia y de la falta de visibilidad por la caída de la noche, las operaciones de búsqueda quedaron ayer interrumpidas hasta primera hora de hoy, según informó el jefe de los equipos de rescate, Effendi Rajaloa.Este nuevo desastre natural llega a Indonesia tan sólo tres semanas después de que un fuerte terremoto provocase más de 5.700 muertos y 300.000 desplazados en el centro de la isla de Java.