La nueva desaladora garantiza el riego de 2.000 Ha de cultivos en la comarca

Jue, 15/06/2006

Levante


La planta de tratamiento terciario y desalación de aguas residuales inaugurada ayer permitirá garantizar el riego de 2.000 hectáreas de cultivos en la Marina Baixa con caudales de óptimas condiciones. Las instalaciones han supuesto una inversión de 14 millones de euros, sufragados íntegramente por la Generalitat Valenciana y permiten obtener del orden de los 25.000 metros cúbicos diarios de aguas residuales tratadas aptas tanto para el uso agrícola, como para el riego de jardines y labores de baldeo de calles.
El conseller de Infraestructuras y Transportes, José Ramón García Antón, presidió el acto inaugural acompañado por el alcalde de Benidorm, Manuel Pérez Fenoll, los alcaldes de la Nucia y l'Alfàs del Pi y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues y numerosos invitados, entre los que destacaban representantes de las comunidades de regantes de la Marina Baixa, principales usuarios de los recursos tratados en las plantas de Serra Gelada.
Esta es la primera planta de estas características que entra en funcionamiento en Europa, y una de las primeras del mundo. Cuenta con sistema de ultrafiltración para el tratamiento terciario, y osmosis inversa en el de desalación que permite obtener rendimientos de un 73% y 78% respectivamente, lo que la hace apta para todo tipo de cultivo, incluidos verduras y hortalizas que requieren unos estandares de calidad muy restringidos.
García Antón destacó en su discurso el ejemplo que supone la puesta en marcha de este tratamiento terciario y desalación de aguas residuales en la Marina Baixa, que demuestra «la capacidad de gestión de los usuarios, acostumbrados a padecer sed». Señaló que en la comarca se estaba gestionando el agua, «como en ninguna otra parte se hace para aprovechar hasta la última gota», y calificó esta gestión como «un ejemplo a exportar».
Por su parte, Bartelomé Sellés, presidente de la Comunidad de Regantes del Canal Bajo del Algar, concesionario de los recursos que aporta tanto la Edar como la planta desaladora, mostró su satisfacción por la entrada en funcionamiento de estas instalaciones. «Es una reivindicación los regnates estabamos pidiendo, porque nos permite la garantía en el riego». Destacó que se acababa la pesadilla de estar siempre pendiente del medidor para comprobar que el agua no excedía de los niveles de salinidad que permiten los cultivos y expresó que la reivindicación es que a los agricultores no les cueste dinero el tratamiento del agua, ya que la Conselleria baraja situar el precio del metro cúbico a 0,14 euros (23 pesetas), mientras los regantes pretenden que sea el Consorcio de Aguas quien asuma el coste del tratamiento, «porque nosotros damos agua blanca para consumo humano y queremos que nos den agua depurada en buenas condiciones sin coste alguno», señaló.