Los expertos abogan por dar un uso térmico al agua de las minas
Mar, 13/06/2006
Expertos internacionales en minería aconsejan a Hunosa el aprovechamiento geotérmico del agua de sus pozos cerrados mediante la instalación de bombas de calor. El grupo de profesionales, concentrados ayer en la Escuela de Minas de Oviedo con motivo de una Reunión Científico-Técnica sobre Gestión y Aprovechamiento del Agua en el Cierre de Explotaciones Mineras, realizaron un repaso en profundidad de los posibles usos de los pozos cerrados y el más aplaudido en la jornada de ayer, la primera de las tres que compondrán la conferencia completa, ha sido el aprovechamiento geotérmico.
Este sistema permite generar electricidad, surtir de agua fría o caliente a los balnearios, a las calefacciones o a los invernaderos. También sirve para reducir el tiempo de crecimiento de crustáceos o pescados y tiene usos sanitarios o industriales, como la pasteurización de la leche. Encima es barato y apenas es contaminante. Aparte de su uso industrial, también se propuso la utilización humana (para beber) y ecológica (para mantener el caudal de los ríos) del agua de mina.
El profesor del Departamento de Explotación y Prospección de Minas de Oviedo, Fernando Pendás, director de las jornadas junto a Jorge Loredo, aseguró ayer que las cuencas mineras asturianas son ideales para el aprovechamiento del agua de los pozos por varias razones.
La primera es que los mayores acuíferos se encuentran situados precisamente bajo los núcleos más poblados.
La segunda, aunque no menos importantes, es que el uso térmico del agua permitiría abaratar los costes de bombeo de los pozos de Hunosa (unos 6 millones de euros al año) en, al menos, una tercera parte, aunque también es cierto que bombear agua para usos térmicos es un 20% más caro que los procedimientos normales. No obstante, la experiencia de iniciativas de este tipo en Canadá o Inglaterra han dado pruebas de que la inversión se recupera en 1 año.
La tercera razón es que la cantidad de agua que hay en los pozos cerrados de Hunosa es impresionante ya que, desde la propia empresa, se habla de 30 millones de metros cúbicos anuales.
El sistema utilizado es relativamente sencillo ya que no habría que cambiar el sistema actual de bombeo que utiliza Hunosa, sino instalar una bomba de calor en el mismo y dejar subir algo el nivel de las aguas para que las bombas gasten menos al no tener que sacar el agua de tanta profundidad.
Respecto a la utilización del agua para el consumo humano, Pendás explicó ayer que la primera ventaja de los pozos de Hunosa como depósitos es el bajo grado de acidez del agua que acumulan, por lo que no necesitarían demasiada depuración. Lo mismo se podría aplicar al uso de ese agua para mantener el caudal ecológico de los ríos.
Este sistema permite generar electricidad, surtir de agua fría o caliente a los balnearios, a las calefacciones o a los invernaderos. También sirve para reducir el tiempo de crecimiento de crustáceos o pescados y tiene usos sanitarios o industriales, como la pasteurización de la leche. Encima es barato y apenas es contaminante. Aparte de su uso industrial, también se propuso la utilización humana (para beber) y ecológica (para mantener el caudal de los ríos) del agua de mina.
El profesor del Departamento de Explotación y Prospección de Minas de Oviedo, Fernando Pendás, director de las jornadas junto a Jorge Loredo, aseguró ayer que las cuencas mineras asturianas son ideales para el aprovechamiento del agua de los pozos por varias razones.
La primera es que los mayores acuíferos se encuentran situados precisamente bajo los núcleos más poblados.
La segunda, aunque no menos importantes, es que el uso térmico del agua permitiría abaratar los costes de bombeo de los pozos de Hunosa (unos 6 millones de euros al año) en, al menos, una tercera parte, aunque también es cierto que bombear agua para usos térmicos es un 20% más caro que los procedimientos normales. No obstante, la experiencia de iniciativas de este tipo en Canadá o Inglaterra han dado pruebas de que la inversión se recupera en 1 año.
La tercera razón es que la cantidad de agua que hay en los pozos cerrados de Hunosa es impresionante ya que, desde la propia empresa, se habla de 30 millones de metros cúbicos anuales.
El sistema utilizado es relativamente sencillo ya que no habría que cambiar el sistema actual de bombeo que utiliza Hunosa, sino instalar una bomba de calor en el mismo y dejar subir algo el nivel de las aguas para que las bombas gasten menos al no tener que sacar el agua de tanta profundidad.
Respecto a la utilización del agua para el consumo humano, Pendás explicó ayer que la primera ventaja de los pozos de Hunosa como depósitos es el bajo grado de acidez del agua que acumulan, por lo que no necesitarían demasiada depuración. Lo mismo se podría aplicar al uso de ese agua para mantener el caudal ecológico de los ríos.