La Unión Europea suspende a dos playas de Pollença por la calidad de sus aguas
Lun, 12/06/2006
Tres playas de Baleares han suspendido el examen que la Unión Europea realiza anualmente a todos los estados miembros. Según se desprende del informe cualitativo de las aguas de baño de 2005, dos playas de Pollença , en Mallorca, y la bahía de Sant Antoni, en Eivissa, incumplen los requisitos mínimos que establece la directiva comunitaria en esta materia.
Pero el informe no sólo da sombras al estado de las playas. De las 185 zonas analizadas en Baleares, ocho playas cumplen los valores obligatorios, mientras que 174 aprueban con mejor nota por ser respetuosas tanto con las normas obligatorias como con las recomendaciones de la directiva europea.
En 2004, algunas playas de Pollença ya estaban al límite para ser consideradas aptas. Cumplían con las obligaciones pero no con las recomendaciones. En el mismo estado estaban Cala en Porter, en Menorca, la Playa de Barcarets, Porto Cristo, Cala Egos y S'Arenal, en Mallorca. Las que superaban el tope de contaminación fecal y suspendían eran Cala Padera (Menorca), una playa de Pollença y la Playa de Son Moll.
Transcurrido un año, Son Moll se ha recuperado y Cala Padera ha pasado a ser aceptable. No obstante, a la lista negra se ha agregado otra playa de Pollença. De hecho, el informe de 2004 ya advertía que esta zona estaba perdiendo calidad en sus aguas de baño.
El informe de 2005 advierte que Palmanova, Portals, Canutells, Cala Egos y Sant Antoni, en Eivissa, cumplen con la directiva pero están perdiendo calidad. La Unión Europea les advierte de que extremen las medidas para que no caigan en la lista negra. En cambio, Bruselas reconoce la mejoría de Playa Barcares, Porto Cristo, una playa de S'Arenal, Son Moll y Cala Padera.
En comparación con otras comunidades autónomas, Baleares está por encima de Bilbao y San Sebastián, que acabaron el 2005 con cuatro playas no aceptables, y en el mismo nivel que Santander y Gijón que también se llevaron tres suspensos. La Costa catalana, con un 100% de aprobados y la costa valenciana y la murciana lideraron el ranking de calidad de aguas.
El control de las aguas de baño lo realiza cada comunidad autónoma durante la temporada turística. Así, los técnicos inspeccionan periódicamente las playas y realizan controles analíticos para determinar los indicadores de contaminación fecal. Si los valores de coliformes y estreptococos superan los límites establecidos por la directiva comunitaria, esa zona de baño pasa a ser considerada automáticamente «mala» por sus condiciones de su agua de baño.
Una vez ha acabado la temporada, la comunidad autónoma envía los datos al Ministerio de Sanidad y Consumo y, a su vez, éste los eleva a la Unión Europea que realiza un informe anual. Del realizado en 2005, se desprende que España informó sobre la calidad de las aguas de 1.825 playas y de 165 zonas interiores de baño (lagos, ríos y presas, entre otros).
Menor supervisión
El número de análisis ha disminuido significativamente desde principios de 1990. Un 69,2% menos de las zonas interiores y un 15,3% menos de las playas están siendo supervisadas. La Unión Europea está investigando, país por país, si el motivo de los descartes ha sido el incremento de la contaminación. Si así lo demuestra, impodrá las sanciones oportunas.
Según dicta el informe a nivel general, las zonas costeras continúan con unos estándares bastante elevados y han aumentado respecto a 2004. La tasa de cumpliento de los valores obligatorios es del 99,1%, mientras que el cumplimiento de los valores más estrictos ha aumentado hasta un 92,4%. El porcentaje que no cumple los requisitos mínimos es del 0,8% y sólo hay una área, en Las Palmas, donde el baño está prohibido.
Pero el informe no sólo da sombras al estado de las playas. De las 185 zonas analizadas en Baleares, ocho playas cumplen los valores obligatorios, mientras que 174 aprueban con mejor nota por ser respetuosas tanto con las normas obligatorias como con las recomendaciones de la directiva europea.
En 2004, algunas playas de Pollença ya estaban al límite para ser consideradas aptas. Cumplían con las obligaciones pero no con las recomendaciones. En el mismo estado estaban Cala en Porter, en Menorca, la Playa de Barcarets, Porto Cristo, Cala Egos y S'Arenal, en Mallorca. Las que superaban el tope de contaminación fecal y suspendían eran Cala Padera (Menorca), una playa de Pollença y la Playa de Son Moll.
Transcurrido un año, Son Moll se ha recuperado y Cala Padera ha pasado a ser aceptable. No obstante, a la lista negra se ha agregado otra playa de Pollença. De hecho, el informe de 2004 ya advertía que esta zona estaba perdiendo calidad en sus aguas de baño.
El informe de 2005 advierte que Palmanova, Portals, Canutells, Cala Egos y Sant Antoni, en Eivissa, cumplen con la directiva pero están perdiendo calidad. La Unión Europea les advierte de que extremen las medidas para que no caigan en la lista negra. En cambio, Bruselas reconoce la mejoría de Playa Barcares, Porto Cristo, una playa de S'Arenal, Son Moll y Cala Padera.
En comparación con otras comunidades autónomas, Baleares está por encima de Bilbao y San Sebastián, que acabaron el 2005 con cuatro playas no aceptables, y en el mismo nivel que Santander y Gijón que también se llevaron tres suspensos. La Costa catalana, con un 100% de aprobados y la costa valenciana y la murciana lideraron el ranking de calidad de aguas.
El control de las aguas de baño lo realiza cada comunidad autónoma durante la temporada turística. Así, los técnicos inspeccionan periódicamente las playas y realizan controles analíticos para determinar los indicadores de contaminación fecal. Si los valores de coliformes y estreptococos superan los límites establecidos por la directiva comunitaria, esa zona de baño pasa a ser considerada automáticamente «mala» por sus condiciones de su agua de baño.
Una vez ha acabado la temporada, la comunidad autónoma envía los datos al Ministerio de Sanidad y Consumo y, a su vez, éste los eleva a la Unión Europea que realiza un informe anual. Del realizado en 2005, se desprende que España informó sobre la calidad de las aguas de 1.825 playas y de 165 zonas interiores de baño (lagos, ríos y presas, entre otros).
Menor supervisión
El número de análisis ha disminuido significativamente desde principios de 1990. Un 69,2% menos de las zonas interiores y un 15,3% menos de las playas están siendo supervisadas. La Unión Europea está investigando, país por país, si el motivo de los descartes ha sido el incremento de la contaminación. Si así lo demuestra, impodrá las sanciones oportunas.
Según dicta el informe a nivel general, las zonas costeras continúan con unos estándares bastante elevados y han aumentado respecto a 2004. La tasa de cumpliento de los valores obligatorios es del 99,1%, mientras que el cumplimiento de los valores más estrictos ha aumentado hasta un 92,4%. El porcentaje que no cumple los requisitos mínimos es del 0,8% y sólo hay una área, en Las Palmas, donde el baño está prohibido.