Los ganaderos consideran vital la lluvia de junio para evitar la sequía en los pastos
Lun, 29/05/2006
Los ganaderos asturianos están a la expectativa. De momento, las lluvias caídas durante el invierno están manteniendo un buen nivel de humedad en los pastizales de la región, si bien consideran que será fundamental lo que ocurra durante el próximo mes de junio, pues marcará la pauta de lo que será el verano.
Marino Fernández, ex presidente de Coag, asegura que «la situación está mejor que el año pasado, aunque en esta época tiene que estar bien por narices. El problema es que a partir dejunio viene el tiempo seco. Si se mantiene como hasta ahora, no habrá problemas».
Además, en previsión de tiempos peores, indica, beneficia el hecho de que los precios de forraje y alfalfa han bajado de manera ostensible con respecto al año pasado, cayendo hasta el 50%. Así, la paja ha bajado de las 23 pesetas el kilogramo del año pasado a 11 pesetas, mientras que la alfalfa a pasado de 30 pesetas el kilo a 17. Además, en Asturias el maíz, en pleno crecimiento, está en mejores condiciones que el año pasado, con lo que parece que la alimentación de la cabaña ganadera asturiana está garantizada.
Ramón Artime es presidente de Asaja y coincide en la buena situación del campo asturiano, pues asegura que «ahora hay mucho forraje. Además, nuestras noticias son que ha habido una buena cosecha de alfalfa, aunque aún habrá que esperar a ver cómo evoluciona el mercado».
De todas formas, Artime advierte de que el peligro de sequía en la región aún es alto, pues «si no llueve durante un mes es un problema tremendo. No ocurre como en Castilla, donde se pueden apañar mejor. Por eso, hay que esperar cómo se comporta junio, ya que tras la siembra del maíz se necesita agua hasta mediados de julio. De momento estamos bien, pero en Asturias todo puede cambiar en quince días».
«La peor época»
También se ha mostrado cauto José Calvo, presidente de Uca, quien asegura que la situación dependerá «de lo que ocurra a partir de ahora. Esta es la peor época, porque los prados están empezando a echar hierba y si no llueve todo se puede fastidiar. Una vez que la hierba esté consolidada, ya no será tan peligroso que llueva poco».
En cuanto a los forrajes, Calvo asegura que «todo está ligado, ya que si no viene mucho calor no será necesario que los compremos, pero ahora es algo imprevisible».
Por otro lado, los ganaderos asturianos vienen arrastrando las pérdidas que sufrieron por la sequía del año pasado, ya que no recibieron compensación alguna de la Administración. A esto se unen los bajos precios de la leche, si bien José Calvo asegura que «las empresas juegan a tener contentos a los ganaderos que producen mayor calidad y cantidad. No hay unos precios fijos para todos».
En cuanto al agua recogida en los embalses asturianos, según datos de la Confederación Hidrográfica del Norte, están en unos niveles altos. Los embalses para agua de consumo humano -Los Afilorios y Tanes/Rioseco- rondan el 90% de su capacidad, mientras que los destinados a producción de energía hidráulica oscilan entre el 59% del embalse de Salas y el 94% del de La Barca.
El mayor de los pantanos asturianos, el de Salime, está al 77%, con 204 hectómetros cúbicos de los 265 de su capacidad. JOSÉ CALVO
Marino Fernández, ex presidente de Coag, asegura que «la situación está mejor que el año pasado, aunque en esta época tiene que estar bien por narices. El problema es que a partir dejunio viene el tiempo seco. Si se mantiene como hasta ahora, no habrá problemas».
Además, en previsión de tiempos peores, indica, beneficia el hecho de que los precios de forraje y alfalfa han bajado de manera ostensible con respecto al año pasado, cayendo hasta el 50%. Así, la paja ha bajado de las 23 pesetas el kilogramo del año pasado a 11 pesetas, mientras que la alfalfa a pasado de 30 pesetas el kilo a 17. Además, en Asturias el maíz, en pleno crecimiento, está en mejores condiciones que el año pasado, con lo que parece que la alimentación de la cabaña ganadera asturiana está garantizada.
Ramón Artime es presidente de Asaja y coincide en la buena situación del campo asturiano, pues asegura que «ahora hay mucho forraje. Además, nuestras noticias son que ha habido una buena cosecha de alfalfa, aunque aún habrá que esperar a ver cómo evoluciona el mercado».
De todas formas, Artime advierte de que el peligro de sequía en la región aún es alto, pues «si no llueve durante un mes es un problema tremendo. No ocurre como en Castilla, donde se pueden apañar mejor. Por eso, hay que esperar cómo se comporta junio, ya que tras la siembra del maíz se necesita agua hasta mediados de julio. De momento estamos bien, pero en Asturias todo puede cambiar en quince días».
«La peor época»
También se ha mostrado cauto José Calvo, presidente de Uca, quien asegura que la situación dependerá «de lo que ocurra a partir de ahora. Esta es la peor época, porque los prados están empezando a echar hierba y si no llueve todo se puede fastidiar. Una vez que la hierba esté consolidada, ya no será tan peligroso que llueva poco».
En cuanto a los forrajes, Calvo asegura que «todo está ligado, ya que si no viene mucho calor no será necesario que los compremos, pero ahora es algo imprevisible».
Por otro lado, los ganaderos asturianos vienen arrastrando las pérdidas que sufrieron por la sequía del año pasado, ya que no recibieron compensación alguna de la Administración. A esto se unen los bajos precios de la leche, si bien José Calvo asegura que «las empresas juegan a tener contentos a los ganaderos que producen mayor calidad y cantidad. No hay unos precios fijos para todos».
En cuanto al agua recogida en los embalses asturianos, según datos de la Confederación Hidrográfica del Norte, están en unos niveles altos. Los embalses para agua de consumo humano -Los Afilorios y Tanes/Rioseco- rondan el 90% de su capacidad, mientras que los destinados a producción de energía hidráulica oscilan entre el 59% del embalse de Salas y el 94% del de La Barca.
El mayor de los pantanos asturianos, el de Salime, está al 77%, con 204 hectómetros cúbicos de los 265 de su capacidad. JOSÉ CALVO