La disponibilidad de agua formará parte de la evaluación ambiental en planes urbanísticos
Mié, 10/05/2006
«Se trata de que se establezcan las reglas del juego para planificar el crecimiento de determinadas zonas», según explica la ministra de Medio Ambiente
J. F. C./ABC
MADRID/BARCELONA. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, anunció ayer a ABC que los informes de los organismos de cuenca sobre disponibilidad de agua en los proyectos de desarrollo urbanístico «formarán parte de los estudios de evaluación de impacto ambiental» de esos proyectos urbanísticos en la futura ley del suelo. En la actualidad, el organismo de cuenca emite un informe, preceptivo pero no vinculante, sobre disponibilidad de agua, que es entregado a la comunidad autónoma correspondiente, y ésta utiliza ese documento en la forma que considera más oportuna.
Ahora, «el paso es que al formar parte ese informe del estado de impacto ambiental, se añade racionalidad y transparencia a los ciudadanos», explica la ministra: «No se trata de cambiar el carácter preceptivo por vinculante. Formará parte de un procedimiento reglado». Luego, la decisión última sobre ese proyecto urbanístico «seguirá siendo de la comunidad autónoma». En este sentido, dijo que «son las propias autoridades autonómicas las que deciden si debe seguir adelante o no un desarrollo urbanístico para el cual no existe una garantía de disponibilidad de agua», informa Ep.
En la clausura de unas jornadas sobre medio ambiente urbano organizadas en Barcelona por la Asociación de Promotores y Constructores (APCE), Narbona negó que el Gobierno «tenga la voluntad de paralizar proyectos urbanísticos», sino de «ofrecer seguridad jurídica y de que los constructores tomen decisiones sensatas». A la vez, «se trata de ofrecer a los ciudadanos lo que ellos mismos ya demandan cada vez más, que es impulsar un urbanismo sostenible y que se establezcan las reglas del juego para planificar el crecimiento de determinadas zonas».
Según la ministra de Medio Ambiente, su departamento pretende «reforzar dentro de la futura ley lo que es una exigencia europea de la evaluación ambiental de los cambios de uso del suelo», que es «un procedimiento muy poco utilizado en España». La razón es que «han surgido en España desarrollos urbanísticos que no han tenido en cuenta factores como qué tipo de suelo ocupan, si existe disponibilidad de agua o si está previsto una afección de un litoral especialmente valioso».
Descenso de las reservas
Y es que la preocupación por las reservas de agua en España y su uso es una constante entre las administraciones y los propios ciudadanos. Una preocupación que aumentó ayer al conocerse que las reservas que acumulan los embalses españoles cayeron por primera vez desde octubre del año pasado.
El director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, afirmó ayer, tras conocer el dato de la reserva de agua, que es importante «no levantar el pie del acelerador» y seguir con la política de ahorro y el uso racional de este recurso. La reserva de agua almacenada en los embalses peninsulares se ha reducido en un 0,2 por ciento hasta situarse en el 59,3 por ciento de su capacidad, con una disminución de 104 hectómetros cúbicos, lo que significa la primera bajada en lo que va de año.
Es la primera semana que se produce un descenso neto en toda España «y además las reservas se están gastando», explicó Palop. No obstante, el dato no es malo si se compara la situación con la de hace un año, «con sequía generalizada salvo en la cornisa cantábrica» y problemas «muy serios» como, por ejemplo, restricciones en Barcelona, en la Costa del Sol y en Madrid.
Este año en cambio, según Palop, «ha llovido casi dentro de la media y la situación se está recuperando». Explicó que «han salido del ámbito de la sequía» Madrid, Barcelona y la Costa del Sol, pero todavía están en situaciones comprometidas la cuenca del Júcar, Segura y la cabecera del Tajo.
En Madrid se vive la situación con cierto optimismo. La situación «ha mejorado mucho y hay una capacidad similar a la del año pasado», además de una «batería de pozos en la sierra de Guadarrama, recursos hidroeléctricos del Alberche y el bombeo de agua del Henares y del Tajo». Sin embargo, precisó, la situación no está fuera «de todo riesgo porque ya se han acabado las grandes precipitaciones y las grandes entradas de agua en los embalses».
J. F. C./ABC
MADRID/BARCELONA. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, anunció ayer a ABC que los informes de los organismos de cuenca sobre disponibilidad de agua en los proyectos de desarrollo urbanístico «formarán parte de los estudios de evaluación de impacto ambiental» de esos proyectos urbanísticos en la futura ley del suelo. En la actualidad, el organismo de cuenca emite un informe, preceptivo pero no vinculante, sobre disponibilidad de agua, que es entregado a la comunidad autónoma correspondiente, y ésta utiliza ese documento en la forma que considera más oportuna.
Ahora, «el paso es que al formar parte ese informe del estado de impacto ambiental, se añade racionalidad y transparencia a los ciudadanos», explica la ministra: «No se trata de cambiar el carácter preceptivo por vinculante. Formará parte de un procedimiento reglado». Luego, la decisión última sobre ese proyecto urbanístico «seguirá siendo de la comunidad autónoma». En este sentido, dijo que «son las propias autoridades autonómicas las que deciden si debe seguir adelante o no un desarrollo urbanístico para el cual no existe una garantía de disponibilidad de agua», informa Ep.
En la clausura de unas jornadas sobre medio ambiente urbano organizadas en Barcelona por la Asociación de Promotores y Constructores (APCE), Narbona negó que el Gobierno «tenga la voluntad de paralizar proyectos urbanísticos», sino de «ofrecer seguridad jurídica y de que los constructores tomen decisiones sensatas». A la vez, «se trata de ofrecer a los ciudadanos lo que ellos mismos ya demandan cada vez más, que es impulsar un urbanismo sostenible y que se establezcan las reglas del juego para planificar el crecimiento de determinadas zonas».
Según la ministra de Medio Ambiente, su departamento pretende «reforzar dentro de la futura ley lo que es una exigencia europea de la evaluación ambiental de los cambios de uso del suelo», que es «un procedimiento muy poco utilizado en España». La razón es que «han surgido en España desarrollos urbanísticos que no han tenido en cuenta factores como qué tipo de suelo ocupan, si existe disponibilidad de agua o si está previsto una afección de un litoral especialmente valioso».
Descenso de las reservas
Y es que la preocupación por las reservas de agua en España y su uso es una constante entre las administraciones y los propios ciudadanos. Una preocupación que aumentó ayer al conocerse que las reservas que acumulan los embalses españoles cayeron por primera vez desde octubre del año pasado.
El director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, afirmó ayer, tras conocer el dato de la reserva de agua, que es importante «no levantar el pie del acelerador» y seguir con la política de ahorro y el uso racional de este recurso. La reserva de agua almacenada en los embalses peninsulares se ha reducido en un 0,2 por ciento hasta situarse en el 59,3 por ciento de su capacidad, con una disminución de 104 hectómetros cúbicos, lo que significa la primera bajada en lo que va de año.
Es la primera semana que se produce un descenso neto en toda España «y además las reservas se están gastando», explicó Palop. No obstante, el dato no es malo si se compara la situación con la de hace un año, «con sequía generalizada salvo en la cornisa cantábrica» y problemas «muy serios» como, por ejemplo, restricciones en Barcelona, en la Costa del Sol y en Madrid.
Este año en cambio, según Palop, «ha llovido casi dentro de la media y la situación se está recuperando». Explicó que «han salido del ámbito de la sequía» Madrid, Barcelona y la Costa del Sol, pero todavía están en situaciones comprometidas la cuenca del Júcar, Segura y la cabecera del Tajo.
En Madrid se vive la situación con cierto optimismo. La situación «ha mejorado mucho y hay una capacidad similar a la del año pasado», además de una «batería de pozos en la sierra de Guadarrama, recursos hidroeléctricos del Alberche y el bombeo de agua del Henares y del Tajo». Sin embargo, precisó, la situación no está fuera «de todo riesgo porque ya se han acabado las grandes precipitaciones y las grandes entradas de agua en los embalses».