Feragua pedirá el miércoles en la Comisión un desembalse de 1.100 hectómetros cúbicos para 'salvar la campaña de riego'
Mar, 09/05/2006
La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) reclamará un desembalse de 1.100 hectómetros cúbicos en la Comisión de Desembalse que tendrá lugar el próximo miércoles, con la idea de "salvar la campaña de riegos".
Según indicó Feragua en una nota remitida a Europa Press, esta petición "es acorde con los criterios establecidos en el Protocolo de Sequía en situaciones como la actual", dotaciones que los regantes entienden "deben ser respetadas por la propia administración que redactó e impulsó ese documento regulador". "Si el protocolo ya no vale, que lo deroguen, pero si se mantiene, hay que cumplirlo", explicó el presidente de Feragua, José Fernández de Heredia.
Feragua se opuso a los 900 hectómetros cúbicos que maneja en este momento la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir", una propuesta rechazada por la Federación por considerarla "insuficiente, desajustada a la situación hídrica real, y generadora de graves e irresolubles tensiones sociales".
La Federación recordó a las administraciones su responsabilidad por "no haber sabido poner soluciones al déficit hídrico de la Cuenca desde la anterior sequía, al tener paralizadas las obras hidráulicas y permitir el crecimiento incontrolado de nuevos regadíos".
Estimó que las restricciones al regadío propuestas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir "causarán un impacto económico sobre la renta agrícola de 300 millones de euros y anunció que más de 10 millones de jornales directos perdidos".
Indicaron que "adicionalmente, tendría una fuerte repercusión de pérdida de empleo inducido en el sector servicios de la población rural que vive dependiendo de la actividad del regadío de unos 50.000 empleados".
En su intervención en la Comisión de Desembalse, el presidente de Feragua subrayará la incidencia sobre la actividad económica del regadío andaluz, "que, a pesar de ocupar sólo el 18 por ciento de la superficie agraria, representa el 60 por ciento de la producción agrícola y más del 55 por ciento de la mano de obra agrícola".
El presidente de Feragua subrayó que se está produciendo una reasignación encubierta de recursos hídricos del regadío establecido hacia nuevos regadíos y usos urbanos que exigen mayor garantía.
"REASIGNACION ENCUBIERTA"
En este sentido puso de manifiesto que en el sistema de regulación general del Guadalquivir en la década de los años 80, con menor volumen de agua embalsada que en la actualidad 2.060 hectómetros cúbicos, "se regaba con normalidad y ahora se restringe a ese regadío con dotaciones inferiores al 40 por ciento de la normal", de forma que "alguien usa el agua en beneficio propio causando un perjuicio a otro usuario, sin indemnización ni compensación económica alguna, lo que denomina reasignación encubierta, algo que los regantes no estamos dispuestos a aceptar".
Feragua considera que no se puede hacer caer todo el peso del sacrificio sobre los regantes, que en estos años han puesto mucho más que las administraciones en las resolución del déficit hídrico de la cuenca, "y la muestra de ello es el esfuerzo que están haciendo en modernización, acometiendo inversiones de más de 1.500 millones en una superficie de más de 250.000 hectáreas, sin tener garantizadas las dotaciones de recursos hídricos, que les permitan rentabilizar dichas inversiones", explicó Fernández de Heredia.
Por último, insistió en la constitución urgente de una Mesa de la Sequía "con participación de todas las administraciones implicadas y los usuarios afectados, para afrontar la problemática desde el diálogo y la participación de todas las partes implicadas, y sobre todo, para proponer medidas que palien las pérdidas previstas y el mantenimiento del tejido productivo asociado al regadío y a la población rural".
Según indicó Feragua en una nota remitida a Europa Press, esta petición "es acorde con los criterios establecidos en el Protocolo de Sequía en situaciones como la actual", dotaciones que los regantes entienden "deben ser respetadas por la propia administración que redactó e impulsó ese documento regulador". "Si el protocolo ya no vale, que lo deroguen, pero si se mantiene, hay que cumplirlo", explicó el presidente de Feragua, José Fernández de Heredia.
Feragua se opuso a los 900 hectómetros cúbicos que maneja en este momento la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir", una propuesta rechazada por la Federación por considerarla "insuficiente, desajustada a la situación hídrica real, y generadora de graves e irresolubles tensiones sociales".
La Federación recordó a las administraciones su responsabilidad por "no haber sabido poner soluciones al déficit hídrico de la Cuenca desde la anterior sequía, al tener paralizadas las obras hidráulicas y permitir el crecimiento incontrolado de nuevos regadíos".
Estimó que las restricciones al regadío propuestas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir "causarán un impacto económico sobre la renta agrícola de 300 millones de euros y anunció que más de 10 millones de jornales directos perdidos".
Indicaron que "adicionalmente, tendría una fuerte repercusión de pérdida de empleo inducido en el sector servicios de la población rural que vive dependiendo de la actividad del regadío de unos 50.000 empleados".
En su intervención en la Comisión de Desembalse, el presidente de Feragua subrayará la incidencia sobre la actividad económica del regadío andaluz, "que, a pesar de ocupar sólo el 18 por ciento de la superficie agraria, representa el 60 por ciento de la producción agrícola y más del 55 por ciento de la mano de obra agrícola".
El presidente de Feragua subrayó que se está produciendo una reasignación encubierta de recursos hídricos del regadío establecido hacia nuevos regadíos y usos urbanos que exigen mayor garantía.
"REASIGNACION ENCUBIERTA"
En este sentido puso de manifiesto que en el sistema de regulación general del Guadalquivir en la década de los años 80, con menor volumen de agua embalsada que en la actualidad 2.060 hectómetros cúbicos, "se regaba con normalidad y ahora se restringe a ese regadío con dotaciones inferiores al 40 por ciento de la normal", de forma que "alguien usa el agua en beneficio propio causando un perjuicio a otro usuario, sin indemnización ni compensación económica alguna, lo que denomina reasignación encubierta, algo que los regantes no estamos dispuestos a aceptar".
Feragua considera que no se puede hacer caer todo el peso del sacrificio sobre los regantes, que en estos años han puesto mucho más que las administraciones en las resolución del déficit hídrico de la cuenca, "y la muestra de ello es el esfuerzo que están haciendo en modernización, acometiendo inversiones de más de 1.500 millones en una superficie de más de 250.000 hectáreas, sin tener garantizadas las dotaciones de recursos hídricos, que les permitan rentabilizar dichas inversiones", explicó Fernández de Heredia.
Por último, insistió en la constitución urgente de una Mesa de la Sequía "con participación de todas las administraciones implicadas y los usuarios afectados, para afrontar la problemática desde el diálogo y la participación de todas las partes implicadas, y sobre todo, para proponer medidas que palien las pérdidas previstas y el mantenimiento del tejido productivo asociado al regadío y a la población rural".