Las últimas lluvias no desactivan la alarma de sequía, ya que los embalses siguen por debajo de la mitad
Mar, 21/03/2006
En esta primavera se esperan lluvias en la Comunidad, pero ni serán continuadas ni cuantiosas, con lo que la estación volverá a ser hidrológicamente deficitaria
M. C.
SEVILLA. Tan poco acostumbrados estamos a la lluvia en los últimos años en Andalucía, que las últimas precipitaciones nos llevan equivocadamente a pensar que el peligro de la sequía se lo han llevado las últimas borrascas. Nada más lejos de la realidad: la mayoría de los pantanos de las cuencas del Guadalquivir, del Mediterráneo y la Atlántica que suministran riego y consumo a la comunidad están por debajo de la mitad de su capacidad; una situación grave que impide desactivar la alarma, más aún cuando los meses que se avecinan en este despertar de la primavera son más proclives al calor que a las intensas precipitaciones.
En todo caso, sí habría que hablar de cierto alivio hidrológico. Las lluvias registradas en prácticamente toda la comunidad en los últimos días han aumentado el agua embalsada en los pantanos andaluces hasta el 42´8 por ciento de su capacidad de embalse, con 4.335, 6 hectómetros cúbicos de agua almacenada, según los datos facilitados a Europa Press por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Agencia Andaluza del Agua, organismo que gestiona las cuencas Mediterránea y Atlántica. «Esto no es entrar en absoluto en un periodo de normalidad», advierte el director técnico de la Confederación del Guadalquivir, Juan Saura. «Estamos a ocho puntos de la mitad del agua embalsada, y las precipitaciones caídas siguen estando por debajo de la media. Lo único reseñable es que este año está siendo ligeramente mejor que el pasado, que fue sequísimo».
Agua de deshielo y escorrentías
No obstante, la primavera suele ser tiempo de aportaciones a los pantanos, no sólo por el agua de los deshielos que comienza a partir de esta subida de las temperaturas que se aprecia, sino por las escorrentías que bajan a los embalses tras varios días de precipitaciones continuadas, cuando las tierra ya no puede absorber más agua. Eso sí, en el caso de que las lluvias sean fuertes y continuadas.
El alivio hídrico de estas lluvias de primavera también viene marcado porque se retrasa algún tiempo el inicio del riego en la agricultura, ya que el campo se suministra con estas precipitaciones; además, cuando se inicie el periodo de riego la tierra estará más húmeda con lo que la cantidad de agua que se necesite será menor.
«Más que incremento hidrológico, lo que estas lluvias suponen es mantener el riego en el campo y el caudal ecológico», apuntó Saura, que no deja de destacar que los pantanos de la cuenca del Guadalquivir, que suponen el 70% del agua que suministra a la comunidad, a finales del verano pasado estaban al 37% de su capacidad y ahora sólo están al 42%, «y eso es poquísimo, cuando ya han pasado los meses de otoño e invierno».
Según las previsiones meteorológicas, esta primavera será hidrológicamente «normal» en Andalucía, a saber, se esperan algunas precipitaciones en la comunidad, pero ni serán continuadas ni cuantiosas, con lo que la estación volverá a ser hidrológicamente deficitaria, como ha ocurrido en los últimos años.
Delicada situación en Málaga
De las tres cuencas que aportan agua a Andalucía es la Mediterránea la que peor situación atraviesa, ya que se encuentra en el 33´2 por ciento de su capacidad. Aunque algunos de sus embalses, como el de Guadarranque (Cádiz) y el de la Concepción (Málaga) se encuentran al 70%, lo cierto es que estas precipitaciones apenas han aliviado la situación que padece la provincia de Málaga. El director general de la Cuenca Mediterránea andaluza, Antonio Rodríguez Leal, aseguraba ayer a ABC que las precipitaciones de los últimos días «han pegado un empujón» a la situación hídrica que se sufría en la Costa del Sol occidental, donde ya se habían puesto en marcha medidas de urgencia como la reapertura de pozos, la desaladora de Marbella o la aportación de agua desde el Campo de Gibraltar. «Podríamos decir que el riesgo que se corría en los últimos meses se ha acabado y se va a salvar el verano» en esta zona del litoral malagueño que comprende de Torremolinos a Manilva. Otra cuestión es la que padece Málaga capital, la más grave de la comunidad, en la que, pese a las fuertes precipitaciones del fin de semana -en las que se registraron 82 litros por metro cuadrado- no se ha alejado el fantasma de las restricciones. «Vamos a intentar evitar esta situación todo lo posible, pero lo cierto es que no ha llovido en las cabeceras de arroyos y ríos, y nos hemos quedado como estábamos. Las circunstancias son muy delicadas para Málaga capital, peor aún que el año pasado», alerta Rodríguez Leal.
En cuanto a los embalses de la Cuenca Atlántica andaluza -provincias de Huelva y Cádiz- se encuentran al 49,9 por ciento de su capacidad tras las lluvias registradas el fin de semana y en Huelva el pantano de Los Machos obtiene el mejor registro de la región, al situarse al 100 por cien de su capacidad.
M. C.
SEVILLA. Tan poco acostumbrados estamos a la lluvia en los últimos años en Andalucía, que las últimas precipitaciones nos llevan equivocadamente a pensar que el peligro de la sequía se lo han llevado las últimas borrascas. Nada más lejos de la realidad: la mayoría de los pantanos de las cuencas del Guadalquivir, del Mediterráneo y la Atlántica que suministran riego y consumo a la comunidad están por debajo de la mitad de su capacidad; una situación grave que impide desactivar la alarma, más aún cuando los meses que se avecinan en este despertar de la primavera son más proclives al calor que a las intensas precipitaciones.
En todo caso, sí habría que hablar de cierto alivio hidrológico. Las lluvias registradas en prácticamente toda la comunidad en los últimos días han aumentado el agua embalsada en los pantanos andaluces hasta el 42´8 por ciento de su capacidad de embalse, con 4.335, 6 hectómetros cúbicos de agua almacenada, según los datos facilitados a Europa Press por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Agencia Andaluza del Agua, organismo que gestiona las cuencas Mediterránea y Atlántica. «Esto no es entrar en absoluto en un periodo de normalidad», advierte el director técnico de la Confederación del Guadalquivir, Juan Saura. «Estamos a ocho puntos de la mitad del agua embalsada, y las precipitaciones caídas siguen estando por debajo de la media. Lo único reseñable es que este año está siendo ligeramente mejor que el pasado, que fue sequísimo».
Agua de deshielo y escorrentías
No obstante, la primavera suele ser tiempo de aportaciones a los pantanos, no sólo por el agua de los deshielos que comienza a partir de esta subida de las temperaturas que se aprecia, sino por las escorrentías que bajan a los embalses tras varios días de precipitaciones continuadas, cuando las tierra ya no puede absorber más agua. Eso sí, en el caso de que las lluvias sean fuertes y continuadas.
El alivio hídrico de estas lluvias de primavera también viene marcado porque se retrasa algún tiempo el inicio del riego en la agricultura, ya que el campo se suministra con estas precipitaciones; además, cuando se inicie el periodo de riego la tierra estará más húmeda con lo que la cantidad de agua que se necesite será menor.
«Más que incremento hidrológico, lo que estas lluvias suponen es mantener el riego en el campo y el caudal ecológico», apuntó Saura, que no deja de destacar que los pantanos de la cuenca del Guadalquivir, que suponen el 70% del agua que suministra a la comunidad, a finales del verano pasado estaban al 37% de su capacidad y ahora sólo están al 42%, «y eso es poquísimo, cuando ya han pasado los meses de otoño e invierno».
Según las previsiones meteorológicas, esta primavera será hidrológicamente «normal» en Andalucía, a saber, se esperan algunas precipitaciones en la comunidad, pero ni serán continuadas ni cuantiosas, con lo que la estación volverá a ser hidrológicamente deficitaria, como ha ocurrido en los últimos años.
Delicada situación en Málaga
De las tres cuencas que aportan agua a Andalucía es la Mediterránea la que peor situación atraviesa, ya que se encuentra en el 33´2 por ciento de su capacidad. Aunque algunos de sus embalses, como el de Guadarranque (Cádiz) y el de la Concepción (Málaga) se encuentran al 70%, lo cierto es que estas precipitaciones apenas han aliviado la situación que padece la provincia de Málaga. El director general de la Cuenca Mediterránea andaluza, Antonio Rodríguez Leal, aseguraba ayer a ABC que las precipitaciones de los últimos días «han pegado un empujón» a la situación hídrica que se sufría en la Costa del Sol occidental, donde ya se habían puesto en marcha medidas de urgencia como la reapertura de pozos, la desaladora de Marbella o la aportación de agua desde el Campo de Gibraltar. «Podríamos decir que el riesgo que se corría en los últimos meses se ha acabado y se va a salvar el verano» en esta zona del litoral malagueño que comprende de Torremolinos a Manilva. Otra cuestión es la que padece Málaga capital, la más grave de la comunidad, en la que, pese a las fuertes precipitaciones del fin de semana -en las que se registraron 82 litros por metro cuadrado- no se ha alejado el fantasma de las restricciones. «Vamos a intentar evitar esta situación todo lo posible, pero lo cierto es que no ha llovido en las cabeceras de arroyos y ríos, y nos hemos quedado como estábamos. Las circunstancias son muy delicadas para Málaga capital, peor aún que el año pasado», alerta Rodríguez Leal.
En cuanto a los embalses de la Cuenca Atlántica andaluza -provincias de Huelva y Cádiz- se encuentran al 49,9 por ciento de su capacidad tras las lluvias registradas el fin de semana y en Huelva el pantano de Los Machos obtiene el mejor registro de la región, al situarse al 100 por cien de su capacidad.