Las constructoras llevan agua al desierto argelino
Sáb, 11/03/2006
OHL, FCC, Sacyr y ACS exportan la tecnología más avanzada en desalación a uno de los países más secos de la cuenca mediterr ánea.. E. Calatrava
Madrid. Las empresas españolas tienen ante sí el difícil reto de obrar el milagro de la desalación en Argelia, un país donde escasea el agua.
Las empresas de la península han sido las grandes vencedoras de los concursos para diseñar, construir y explotar plantas desaladoras en torno a las ciudades de Argel y Orán. No en vano, España es, a día de hoy, la segunda potencia mundial en tecnología de desalación por el sistema de ósmosis inversa, el más empleado de todos los posibles.
Hace dos años, un consorcio integrado por ACS, Sacyr Vallehermoso y Abengoa abría el camino para hacerse con la concesión durante 25 años de dos grandes desaladoras en las localidades de Skikda y Beni Saf.
A finales del año pasado, el mismo consorcio se adjudicaba su tercera desaladora en el país, en las proximidades de Orán, muy cerca de la frontera con Marruecos.
Una vez entren en servicio, las tres plantas proporcionarán agua a más de dos millones de habitantes, un 6% de la población total.
Un millón más será la población que abastezcan OHL y FCC cuando pongan en funcionamiento otros dos proyectos adjudicados en las localidades de Mostaganem y Cap D& 180;Jinet. Dichas plantas tendrán una capacidad diaria de 200.000 metros cúbicos de agua.
Sólo en el negocio de la desalación, los grupos españoles esperan recaudar más de 3.000 millones de euros de ingresos durante todo el periodo de concesión de las cinco plantas que gestionarán en la costa argelina. Una cifra que podría incrementarse si se adjudican alguna de las que están aún por salir a concurso.
"Tres plantas de las licitadas en Argelia equivalen en volumen a todo el plan de desalación que quiere poner en marcha el Gobierno español", explicaba recientemente un directivo de una de las constructoras con proyectos en el país.
La desalación es un negocio en expansión para las compañías españolas, que compiten por construir instalaciones en medio mundo. FCC y OHL han constituido una alianza expresamente para este área, que ya representa más de 500 millones de euros en España.
Inima, la filial de agua de OHL, gestiona proyectos en Brasil, Chile, Estados Unidos y México. FCC hace lo propio en diez desaladoras repartidas en toda la geografía española. Al igual, que ACS y Sacyr, que cuentan con numerosos proyectos en marcha en la península.
Argelia es ya el segundo destino exportador de España en el continente africano, y la relación entre ambos países va en aumento. Esta situación ha sido posible gracias, en gran medida, al proceso de privatizaciones emprendido por el Gobierno en sectores de primera importancia de la economía.
El ejemplo más claro de la apertura a la iniciativa privada quizás sea el del Grupo Villar Mir.
Además de los proyectos de agua, la constructora que controla esta familia, OHL, construye la segunda circunvalación de la capital Argel, y acaba de adjudicarse la ejecución de una vía ferroviaria de 95 kilómetros en el norte del país.
El Grupo Villar Mir mantiene también una presencia activa en el área a través de Fertiberia. La empresa química ha destinado nada menos que 721,9 millones de euros en la toma de control de la industria argelina de fertilizantes con la compra de Fertial y de Alzofert, la creación de una planta de amoniaco y un plan de inversiones para mejorar las instalaciones.
Madrid. Las empresas españolas tienen ante sí el difícil reto de obrar el milagro de la desalación en Argelia, un país donde escasea el agua.
Las empresas de la península han sido las grandes vencedoras de los concursos para diseñar, construir y explotar plantas desaladoras en torno a las ciudades de Argel y Orán. No en vano, España es, a día de hoy, la segunda potencia mundial en tecnología de desalación por el sistema de ósmosis inversa, el más empleado de todos los posibles.
Hace dos años, un consorcio integrado por ACS, Sacyr Vallehermoso y Abengoa abría el camino para hacerse con la concesión durante 25 años de dos grandes desaladoras en las localidades de Skikda y Beni Saf.
A finales del año pasado, el mismo consorcio se adjudicaba su tercera desaladora en el país, en las proximidades de Orán, muy cerca de la frontera con Marruecos.
Una vez entren en servicio, las tres plantas proporcionarán agua a más de dos millones de habitantes, un 6% de la población total.
Un millón más será la población que abastezcan OHL y FCC cuando pongan en funcionamiento otros dos proyectos adjudicados en las localidades de Mostaganem y Cap D& 180;Jinet. Dichas plantas tendrán una capacidad diaria de 200.000 metros cúbicos de agua.
Sólo en el negocio de la desalación, los grupos españoles esperan recaudar más de 3.000 millones de euros de ingresos durante todo el periodo de concesión de las cinco plantas que gestionarán en la costa argelina. Una cifra que podría incrementarse si se adjudican alguna de las que están aún por salir a concurso.
"Tres plantas de las licitadas en Argelia equivalen en volumen a todo el plan de desalación que quiere poner en marcha el Gobierno español", explicaba recientemente un directivo de una de las constructoras con proyectos en el país.
La desalación es un negocio en expansión para las compañías españolas, que compiten por construir instalaciones en medio mundo. FCC y OHL han constituido una alianza expresamente para este área, que ya representa más de 500 millones de euros en España.
Inima, la filial de agua de OHL, gestiona proyectos en Brasil, Chile, Estados Unidos y México. FCC hace lo propio en diez desaladoras repartidas en toda la geografía española. Al igual, que ACS y Sacyr, que cuentan con numerosos proyectos en marcha en la península.
Argelia es ya el segundo destino exportador de España en el continente africano, y la relación entre ambos países va en aumento. Esta situación ha sido posible gracias, en gran medida, al proceso de privatizaciones emprendido por el Gobierno en sectores de primera importancia de la economía.
El ejemplo más claro de la apertura a la iniciativa privada quizás sea el del Grupo Villar Mir.
Además de los proyectos de agua, la constructora que controla esta familia, OHL, construye la segunda circunvalación de la capital Argel, y acaba de adjudicarse la ejecución de una vía ferroviaria de 95 kilómetros en el norte del país.
El Grupo Villar Mir mantiene también una presencia activa en el área a través de Fertiberia. La empresa química ha destinado nada menos que 721,9 millones de euros en la toma de control de la industria argelina de fertilizantes con la compra de Fertial y de Alzofert, la creación de una planta de amoniaco y un plan de inversiones para mejorar las instalaciones.