Los ríos de las cuencas del Tajo y Guadalquivir han perdido un 70% de su caudal desde agosto de 2004
Mié, 22/02/2006
En Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid ha caído este año entre un 30 y un 40 por ciento menos de agua de la media. Son las más perjudicadas
A. A. L. / J. F. C.
MADRID. Desde septiembre de 2004, cuando comenzó el año meteorológico más seco de las últimas décadas, España «padece un déficit de lluvias del 30 por ciento o incluso algo más», según ha informado a ABC el Instituto Nacional de Meteorología. «Hasta ahora, el nuevo año meteorológico (desde septiembre de 2005) ha generado un déficit a nivel nacional de 50 litros por metro cuadrado. Está siendo el segundo año más seco. Durante el año pasado, dejaron de caer 250 litros por metro cuadrado sobre la media». Así, no es de extrañar que los principales ríos de las cuencas del Tajo y Guadalquivir hayan perdido un 70 por ciento de su caudal con respecto al que mantenían al comenzar septiembre de 2004, momento en el que empezó el primer año de la nueva época de sequía que padece España. Y por regiones, Andalucía, castilla-La Mancha, Extremdura y Madrid son las más perjudicadas.
Meteorología, teniendo en cuenta la superficie peninsular, traduce esa cifra «en un déficit de lluvias de 150.000 hectómetros cúbicos». Una cifra que equivaldría al consumo de las ciudades de Madrid y Barcelona en 250 años, si bien hay que matizar que esa cantidad no cabría en los embalses españoles, que sólo tienen capacidad para almacenar unos 53.000 hectómetros cúbicos. Además, de esa cantidad que ha dejado de caer en forma de lluvia sólo un pequeño porcentaje llega a almacenarse en balsas, pantanos y embalses, el resto pasa a engrosar el caudal de los ríos estacionales o se infiltra y recarga los acuíferos subterráneos.
Sólo dos meses húmedos
«Sólo hemos tenidos dos meses húmedos desde septiembre de 2004, que fueron los dos octubres», explican las fuentes consultadas por ABC. «Compensar ese déficit es muy difícil. Tendría que empezar a llover ya y en los próximos dos o tres meses significativamente más de la media». El Instituto Nacional de Meteorología tiene instrumentos suficientes, y más que suficiente calidad sus profesionales, como para saber hacia dónde nos encaminamos. Antonio Mestre, jefe de Aplicaciones Meteorológicas, cree que este año «será algo más lluvioso que el año anterior, pero de no torcer el rumbo menos lluvioso de lo normal. Las predicciones estacionales no apuntan ninguna tendencia clara. No da una tendencia de una primavera muy lluviosa».
La conclusión de Meteorología es que «si no cambia el carácter del año, nos encontramos ante el segundo año de sequía. Lo más habitual para España es que un año de sequía (2004-2005) no venga solo. Es bastante lógico dos o tres años de sequía seguidos, aunque no cuatro o cinco, como sucedió en los primeros años de la década de los noventa».
Esta disminución de las lluvias se refleja también en los caudales de los ríos en las principales cuencas españolas. La sequía ha provocado que el caudal en el conjunto de los principales ríos españoles haya descendido un 40 por ciento desde hace un año, concretamente más de 1.060 metros cúbicos por segundo. Según los datos del último boletín hidrológico del Ministerio de Medio Ambiente, el río más caudaloso sigue siendo el Ebro, que a su paso por Flix (Tarragona) lleva 240 metros cúbicos por segundo, aunque esto supone un descenso de casi un 25 por ciento con respecto al caudal de hace un año en esta misma estación de aforo.
Una de las cuencas más afectadas es sin duda la del Tajo. Desde el 1 de septiembre de 2004, el caudal de los ríos Tajo, Lozoya, Arrago, Guadiela, Alberche, Alagón y Tiétar a su paso por diferentes localidades o estaciones de aforo de la cuenca ha disminuido en conjunto un 73 por ciento. Tanto es así que, por ejemplo, el Tajo, a su paso por Alcántara, Entrepeñas y Valdecañas, está prácticamente seco.
En el sur peninsular, en la cuenca del Guadalquivir, los descensos de caudal de sus ríos están en torno al 75 por ciento de media. Su principal río pasa por Mengíbar con un 78 por ciento menos de caudal, mientras que el Genil lleva un 82 por ciento menos de agua. El Segura continúa con caudales muy bajos como es habitual, unos 7 metros cúbicos por segundo, mientras que en la cuenca del Júcar el río que le da nombre se ha descendido un 64 por ciento su caudal.
«La situación empeora»
Estos datos reafirman algunas de las conclusiones del último informe de sequía del Ministerio de Medio Ambiente, en el que en referencia a la cuenca del Guadalquivir se recuerda que «el año pasado se consumieron las reservas procedentes de los años húmedos anteriores. Este año puede empezar realmente la sequía en la cuenca». Con respecto al Tajo, explican que el sistema de explotación de abastecimiento a Madrid «sigue en una situación delicada», y los datos de Entrepeñas-Buendía son aún más claros: «La situación empeora en este segundo año».
A. A. L. / J. F. C.
MADRID. Desde septiembre de 2004, cuando comenzó el año meteorológico más seco de las últimas décadas, España «padece un déficit de lluvias del 30 por ciento o incluso algo más», según ha informado a ABC el Instituto Nacional de Meteorología. «Hasta ahora, el nuevo año meteorológico (desde septiembre de 2005) ha generado un déficit a nivel nacional de 50 litros por metro cuadrado. Está siendo el segundo año más seco. Durante el año pasado, dejaron de caer 250 litros por metro cuadrado sobre la media». Así, no es de extrañar que los principales ríos de las cuencas del Tajo y Guadalquivir hayan perdido un 70 por ciento de su caudal con respecto al que mantenían al comenzar septiembre de 2004, momento en el que empezó el primer año de la nueva época de sequía que padece España. Y por regiones, Andalucía, castilla-La Mancha, Extremdura y Madrid son las más perjudicadas.
Meteorología, teniendo en cuenta la superficie peninsular, traduce esa cifra «en un déficit de lluvias de 150.000 hectómetros cúbicos». Una cifra que equivaldría al consumo de las ciudades de Madrid y Barcelona en 250 años, si bien hay que matizar que esa cantidad no cabría en los embalses españoles, que sólo tienen capacidad para almacenar unos 53.000 hectómetros cúbicos. Además, de esa cantidad que ha dejado de caer en forma de lluvia sólo un pequeño porcentaje llega a almacenarse en balsas, pantanos y embalses, el resto pasa a engrosar el caudal de los ríos estacionales o se infiltra y recarga los acuíferos subterráneos.
Sólo dos meses húmedos
«Sólo hemos tenidos dos meses húmedos desde septiembre de 2004, que fueron los dos octubres», explican las fuentes consultadas por ABC. «Compensar ese déficit es muy difícil. Tendría que empezar a llover ya y en los próximos dos o tres meses significativamente más de la media». El Instituto Nacional de Meteorología tiene instrumentos suficientes, y más que suficiente calidad sus profesionales, como para saber hacia dónde nos encaminamos. Antonio Mestre, jefe de Aplicaciones Meteorológicas, cree que este año «será algo más lluvioso que el año anterior, pero de no torcer el rumbo menos lluvioso de lo normal. Las predicciones estacionales no apuntan ninguna tendencia clara. No da una tendencia de una primavera muy lluviosa».
La conclusión de Meteorología es que «si no cambia el carácter del año, nos encontramos ante el segundo año de sequía. Lo más habitual para España es que un año de sequía (2004-2005) no venga solo. Es bastante lógico dos o tres años de sequía seguidos, aunque no cuatro o cinco, como sucedió en los primeros años de la década de los noventa».
Esta disminución de las lluvias se refleja también en los caudales de los ríos en las principales cuencas españolas. La sequía ha provocado que el caudal en el conjunto de los principales ríos españoles haya descendido un 40 por ciento desde hace un año, concretamente más de 1.060 metros cúbicos por segundo. Según los datos del último boletín hidrológico del Ministerio de Medio Ambiente, el río más caudaloso sigue siendo el Ebro, que a su paso por Flix (Tarragona) lleva 240 metros cúbicos por segundo, aunque esto supone un descenso de casi un 25 por ciento con respecto al caudal de hace un año en esta misma estación de aforo.
Una de las cuencas más afectadas es sin duda la del Tajo. Desde el 1 de septiembre de 2004, el caudal de los ríos Tajo, Lozoya, Arrago, Guadiela, Alberche, Alagón y Tiétar a su paso por diferentes localidades o estaciones de aforo de la cuenca ha disminuido en conjunto un 73 por ciento. Tanto es así que, por ejemplo, el Tajo, a su paso por Alcántara, Entrepeñas y Valdecañas, está prácticamente seco.
En el sur peninsular, en la cuenca del Guadalquivir, los descensos de caudal de sus ríos están en torno al 75 por ciento de media. Su principal río pasa por Mengíbar con un 78 por ciento menos de caudal, mientras que el Genil lleva un 82 por ciento menos de agua. El Segura continúa con caudales muy bajos como es habitual, unos 7 metros cúbicos por segundo, mientras que en la cuenca del Júcar el río que le da nombre se ha descendido un 64 por ciento su caudal.
«La situación empeora»
Estos datos reafirman algunas de las conclusiones del último informe de sequía del Ministerio de Medio Ambiente, en el que en referencia a la cuenca del Guadalquivir se recuerda que «el año pasado se consumieron las reservas procedentes de los años húmedos anteriores. Este año puede empezar realmente la sequía en la cuenca». Con respecto al Tajo, explican que el sistema de explotación de abastecimiento a Madrid «sigue en una situación delicada», y los datos de Entrepeñas-Buendía son aún más claros: «La situación empeora en este segundo año».