El 60% de los humedales españoles han desaparecido

Dom, 12/02/2006

Diario de León

En dos siglos, pesticidas, desviación de cauces, sobreexplotación y presión urbanística han acabado con más de la mitad de estas reservas de la biodiversidad Con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales, las organizaciones ecologistas advierten que España ha perdido en los dos últimos siglos más del 60% de sus zonas húmedas. Lejos de mejorar, la situación de estos enclaves puede ir a peor porque, según recientes estudios, fenómenos como el cambio climático amenazan su futuro, lo que provocará que algunos ecosistemas acuáticos continentales pasen de ser permanentes a estacionales, mientras que otros sencillamente desaparecerán. El cambio climático provocará, además, reducción de la biodiversidad asociada a ellos (más del 40% de las especies amenazadas dependen de los humedales en algún momento de su ciclo biológico), debido principalmente a la fuerte dependencia de los humedales españoles respecto a las condiciones climáticas, ya que la mayoría de ellos disponen de un tiempo de residencia del agua reducido y por tanto están sujetos a las precipitaciones anuales. Por otra parte, el aumento del nivel del mar afectará a un importante número de zonas húmedas situadas en la costa, especialmente del levante español, provocando su práctica desaparición. Aunque no todos los ecosistemas acuáticos se verán afectados por igual, todos ellos sufrirán cambios en su permanencia, superficie o extensión, los ciclos biogeoquímicos, la flora y la fauna. Los más vulnerables serán los pertenecientes a los ambientes endorreicos, lagos, lagunas, ríos y arroyos de alta montaña, humedales costeros y ambientes dependientes de las aguas subterráneas. Recuperar los humedales A pesar de los esfuerzos realizados por recuperar las zonas húmedas, los conservacionistas recuerdan que falta mucho por hacer para restaurar una riqueza natural perdida por el afán desecador de épocas pasadas. Por eso, urgen la adopción de medidas encaminadas a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la modificación de los hábitos energéticos y de transporte, y piden a diputaciones y ayuntamientos que se impliquen en la tarea de regeneración de pequeños humedales, lagunas y zonas de ribera que se perdieron o que se encuentran en un estado muchas veces lamentable. La importancia de estos pequeños enclaves aumenta al ser auténticos «corredores biológicos» que interconectan los grandes humedales de importancia internacional. Además, son lugares de esparcimiento, aprendizaje y contacto con la naturaleza de los ciudadanos, especialmente los escolares y, en ocasiones, pueden llegar a adquirir una extraordinaria importancia biológica cuando se ejerce una gestión adecuada a sus particularidades. A nivel internacional, los ecologistas denuncian que cada año se destinan miles de millones de euros en secar los humedales para irrigación, agricultura y otros usos con el fin de obtener beneficios a corto plazo, lo que ha provocado un aumento de las inundaciones, de la contaminación del agua y más inversiones para reparar los daños. Recuerdan, además, que debido al incremento de la población y de los proyectos de desarrollo, desde 1990 ha desaparecido más de la mitad de las zonas húmedas del planeta y que su recuperación (pérdida de especies, incremento de las alóctonas, escasez de agua), supondrá décadas de trabajo y miles de millones de euros de inversión. Aunque las zonas húmedas no son incompatibles con su explotación económica y social, el problema reside en la calidad del agua, que es usada y devuelta sin depurar. No se debe olvidar que cerca de la mitad de la población del planeta, unos 2.800 millones de personas, no tienen acceso al agua dulce o viven en zonas con escasez.